Diane Keaton nunca interpretó realmente el papel de una estrella de cine glamurosa. Participó en películas icónicas y salió con algunas de las estrellas más importantes de su generación, y aun así, de alguna manera, se mantuvo diferente y desafiante a pesar de tantos años trabajando en el sistema de Hollywood.

Excéntrica y accesible, con una especie de encanto efervescente, no sorprende que fuera la musa de tantos cineastas.

Keaton se consideraba fea, luchaba contra trastornos alimenticios y nunca parecía reconocer el mérito de sus éxitos. Pero también supo canalizar eso en sus actuaciones, que abarcaron cinco décadas, como ninguna otra.

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A continuación presentamos seis filmes esenciales de su extensa filmogarfía:

“El Padrino” (1972)

“Kay Adams”, la futura Sra. Corleone, podría haber sido un papel secundario. Pero Keaton, en su papel revelación, dominó la pantalla junto a sus contrapartes más llamativas. Era la esposa con algo oculto tras la mirada, capaz de mantener la pantalla en la escalofriante toma final de la primera película.

“Annie Hall” (1977)

Es el papel por excelencia de Keaton, una carta de amor a sus peculiaridades, excentricidades, inseguridades y encanto. Woody Allen la animó a usar lo que quisiera y así armó su icónico atuendo —pantalones caqui, chaleco, corbata y sombrero— de las “mujeres con estilo en las calles de Nueva York”.

“Looking for Mr. Goodbar” (1977)

La otra gran película de Keaton de 1977 se convirtió en un clásico de culto al no estrenarse en vídeo doméstico ni en DVD, y solo recientemente ha estado disponible en plataformas digitales. El papel de “Theresa Dunn” hace que “Annie Hall” parezca una monja.

“Reds” (1981)

Protagonizó como la periodista y activista Louise Bryant esta epopeya histórica de Warren Beatty —quien dirigió, escribió y produjo— sobre los periodistas que documentaron la Revolución Bolchevique.

“Baby Boom” (1987)

Interpreta a una “yuppie” de Manhattan que hereda inesperadamente un bebé de 14 meses y comienza a reevaluar su vida. Finalmente, se muda a Vermont, donde conoce a un veterinario interpretado por el apuesto Sam Shepard. Un comentario adelantado a su tiempo sobre el discurso del “tenerlo todo” de los siguientes 30 años.

“Something’s Gotta Give” (2003)

En esta comedia romántica se convierte en una mujer de cincuenta y tantos años que es objeto de deseo. Interpreta a una brillante dramaturga que atrae la atención tanto de un “playboy” mayor (Jack Nicholson) con predilección por mujeres mucho más jóvenes como de un joven y apuesto médico (Keanu Reeves). Keaton la calificó como su película favorita, en parte porque besó a Nicholson.