La meta era realizar el desafío de las “Toro Bikes”. Pero con el nerviosismo y la impresión de la altura, la realidad fue otra.

La telerreportera Soraida Asad Sánchez llegó con todo el ímpetu y la determinación de vencer su miedo a las alturas al parque de aventuras Toro Verde, en Orocovis, y realizar el reto propuesto por Primera Hora. Pero conforme llegó a la plataforma y comenzó a asimilar la altura de 65 pies, y las instrucciones para mantener la bicicleta en balance durante el recorrido de 1,069 pies de longitud del cable colgante, los nervios se apropiaron de su osadía.

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Al inicio, se mostró decidida a salir vencedora del circuito de bicicletas, que implicaba llegar a la estación contraria y regresar. “Nerviosa, pero bien”, fue la respuesta de la periodista de Telenoticias (Telemundo) mientras era asistida por el guía Abdiel Jiménez para vestir el equipo de seguridad requerido para subir hacia la plataforma.

En las alturas, la sólida voluntad comenzó a dar un giro. “Mi corazón lo tengo en la garganta”, confesó a Kenyel Padilla mientras éste le explicaba que un arnés la protegería en caso de que dirigiera mal una rueda de la bicicleta y quedara colgando. El tiempo que tomaría el tramo y qué pasaría si se asustaba a mitad de recorrido, formaron parte de la serie de preguntas.

“Tranquila”, fue una de las respuestas constantes del guía en su gestión de tratar de inspirarle confianza. Pero no resultó.

“¡Ay espérate! ¡No me va a gustar! ¡Porque es que tienes que agarrar el manubrio mirando hacia abajo!”, increpó Soraida varias veces dentro de su indecisión, tan pronto centró su mirada en el cable fino por donde tendría que pedalear. “¡No me sueltes! ¡Siento que se está moviendo la bicicleta!”, reclamó nerviosa a Kenyel sin siquiera haber comenzado su jornada.

“Honestamente, tengo hasta náuseas. Esto se ve fabuloso. La vista es bella. Pero ir mirando para abajo…”, prosiguió la periodista dentro de su sinceridad.

Luego de pensarlo mejor reveló que prefería retirarse del reto, así que nos dirigimos escaleras abajo asegurándonos de que se sentía más tranquila -literalmente- con los pies en la tierra.

“Lo que más me aterró de la bicicleta es que no iba a ser posible pedalear sin mirar hacia abajo y sabía que me iba a poner muy ansiosa, y no era necesario someter mi cuerpo y mente a eso”, confesó al repasar el momento que, como aprendizaje, le dejó “que es correcto decir no cuando no estamos 100% seguros de que queremos hacer algo, sin importar el qué dirán, porque no se puede controlar lo que otros digan de uno, pero sí puedes controlar cómo reaccionas a lo que se dice de ti”.

Pero los empleados de Toro Verde, que incluyeron las constantes atenciones de Francheska Pagán y Albin Jiménez, no se darían por vencidos en alentar la valentía de Soraida. Y ella finalmente asumió una nueva propuesta.

Enfrenta a “La bestia”… y a los lagartijos

Luego de contar con unos minutos de sosiego, accedió a lanzarse en el “zipline” llamado “La bestia”. No es que abrazó el reto con emoción… pero había que “recobrar la dignidad” que dejó atorada en la plataforma de la Toro Bike, confesó con humor.

“¡Soraida, vamos a ti!”, le corearon varios de los empleados al dirigirse a la estación de salida.

En esta área de la montaña, con el verdor de la vista y la brisa constante, Gabriela Beatriz la recibió con una amplia sonrisa y comenzó el proceso de orientación y preparación. Soraida no tardó en confesar una vez más que los nervios estaban a flor de piel.

“No me vas a tirar todavía, ¿verdad?”, le cuestionó a la guía en varias ocasiones durante la preparación, hasta que llegó el momento de lanzarse.

“¿Lista?”, le preguntó Gabriela Beatriz. “¡No!”, respondió contundente la periodista, pero sin poner “freno” en esta ocasión.

El viaje comenzó a toda velocidad por el cable de 4,745 pies de longitud. Tuvo miedo al principio, nos confesó luego. Pero segundos después, a sobre 800 pies de altura, se animó a abrir sus ojos y se encontró con la vista de los árboles, el río y con una gran sensación de libertad.

“¡Divino! ¡Una vista brutal! ¡Bello!”, dijo triunfante poco después de ser recibida en la estación donde aguardaba el guía Christopher Acosta.

Desde allí, tocaba un tramo a pie por un sendero monte abajo, por cerca de 10 minutos, para esperar el transporte que nos llevaría de regreso a las instalaciones principales de Toro Verde.

Los lagartijos en el camino se convirtieron en otro reto a superar. Además de recoger las impresiones para este reportaje, parte de la misión de Primera Hora fue espantarlos para que Soraida se atreviera a continuar por el tramo. “¡Gigante!”, aseveró espantada mientras señalaba a uno de ellos, posado inmóvil en un poste de la cerca.

De regreso, la calma le devolvió la sonrisa.

“El aprendizaje que me dejó el reto de La Bestia es que cuando dejas que los pensamientos negativos y las dudas se apoderen de ti, te puedes bloquear y perderte la oportunidad de vivir experiencias maravillosas. Hay que respirar, analizar y vivir”, reflexionó sosegada.