La muerte es la única certeza vital; la sentencia obligada de cada existencia. Sin embargo, el anuncio del final de una vida siempre duele, angustia, sorprende, estremece... nos recuerda cuán frágiles somos.

Durante esta Semana Mayor, la muerte hizo estragos y reclamó las vidas de importantes miembros de la cultura y el entretenimiento.

En tan solo un día, el jueves pasado, el mundo se estremeció con el fallecimiento del salsero y bolerista José “Cheo” Feliciano; el del escritor y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez; el de la progenitora de Chayanne, Irma Arce y el de la actriz venezolana, Mayra Alejandra Rodríguez.

Relacionadas

Ayer, sábado, todavía con el asombro en nuestros sistemas, los medios reportaron el deceso de la cantante Sonia Silvestre.

La desaparición física de estas figuras impactó al mundo porque ocurrieron de forma inesperada y en el marco de la Semana Santa, tiempo de recordación de la muerte y resurrección de Jesús dentro de la teología cristiana.

Crecimos con ellos

No es de extrañar que estas muertes nos sacudan, después de todo, se trata de personalidades con las que muchos nos criamos. Fuimos testigos de sus trayectorias a través del tiempo y en alguna medida, sus aportaciones en el ámbito en el que se desempeñaron, impactaron nuestras formas de ver el mundo.

José Pérez Aponte, terapeuta profesional, opinó que todas estas personas, de forma directa o indirecta, se pueden denominar como íconos de la cultura puertorriqueña e internacional.

“[Son...] personas que han colaborado con lo que es la realidad de vida. Son personas que traen unos ejemplos de vida, de superación”, expuso Pérez Aponte. “Al mismo tiempo, las personas, socialmente, las identifican con la cultura, con la época en que estamos viviendo. Estas personas tienen una trayectoria larga. Las personas les van cogiendo un cariño especial”, agregó.

Pérez Aponte destacó que, de la misma forma en que los seguidores de estas figuras se identifican con sus obras, también se sentirán afectados por sus muertes.

Por ejemplo, Chayanne, quien perdió a su madre, “se ganó ese amor (del público), por eso las personas están dolidas, por eso uno ve que las redes sociales se llenan de condolencias”.

“Reality check”

Los seres humanos pensamos que somos eternos, hasta que eventos trágicos destruyen esa ilusión.

Reinaldo Oquendo, psicólogo, terapista de familia y de parejas expuso que, particularmente, la muerte de Cheo Feliciano fue repentina, pues era un “hombre maduro, pero productivo”.

El salsero, que le ganó varias batallas a la adicción a drogas y a la enfermedad, murió en un accidente automovilístico. “Fue un suceso súbito. Tiene un carácter traumático, de conmoción, de algo inesperado”, comentó Oquendo.

“¿Cómo eso afecta en el colectivo? Es como un ‘reality check’, una oportunidad para nosotros de apreciar la vida”, opinó el psicólogo. “Ama a los tuyos y recapacita sobre tu existencia. ¿Qué cosas tú puedes hacer este momento para vivir, para festejar lo que es tu existencia, porque, al fin y al cabo, de aquí, nos vamos todos”, añadió.

Estas desgracias, para el experto en salud mental, son una invitación a la introspección y a la auto evaluación. “Es un espacio para evaluar qué significa esta pérdida y mi presencia de aquí en adelante”, manifestó.

Por su parte, Pérez Aponte, opinó que estamos viviendo con un enfoque muy superficial. “Cuando pasan estos eventos, es como un pequeño cantacito de que somos vulnerables como seres humanos y nos recuerda las cosas más importantes, los valores primarios”, expuso.

“Decimos: ‘contra, lo que le está pasando a esta persona famosa, nos puede pasar también a nosotros, desde una enfermedad como el cáncer a una pérdida de una madre... A cualquiera nos puede ocurrir”, advirtió.

Pérez Aponte agregó que, el ejemplo de Cheo Feliciano, quien no tenía un cinturón de seguridad puesto al momento del accidente –su viuda reconoció que no le gustaba usarlo– crea un “nivel de conciencia” sobre la importancia de usar el mismo siempre que se está dentro de un auto en marcha.

“Todos eventos que han estado ocurriendo crean unos elementos más grandes de conciencia”, manifestó.

A celebrar la vida

No hay una sola forma de asumir el duelo. Algunos lloran o gritan, otros, entran en un estado de negación  y sencillamente, no creen lo que está sucediendo.  

Oquendo opina que la forma de despedir a estas figuras, es celebrándolas. “Esta es una forma de conmemorar, de pasar el duelo. Es el recordatorio de lo que fue la aportación de esa persona. Celebramos lo que fueron las aportaciones positivas de esas grandes personas. Sería un buen momento para repasar las grandes obras de ‘Gabo’ y ‘desempolvar’ ese disco viejo de Cheo Feliciano y escucharlo con nostalgia”, compartió.

“Yo me pondría más cursi... invitaría a un grupo de amigos para celebrar su vida con un café escuchando la música de él ”, expresó Oquendo.

Un contexto espiritual

El hecho de que estas muertes ocurrieran justamente en Semana Santa impactó a muchos que consideran dicho tiempo como uno de reflexión espiritual.

Pérez Aponte indicó que en dicha ocasión, los creyentes están más receptivos a la espiritualidad. “En esta semana, estamos más conscientes. Nosotros, como seres humanos, nos identificamos más con el dolor humano”, dijo y agregó que, en general, los ciudadanos están más emotivos.