Su nombre no es común, como tampoco son sus intereses. La soledad es su cómplice en los momentos de creación en que su risa delata una nueva aventura de sus personajes, mientras su mirada parece extraviarse por el laberinto de las palabras.

Se trata de Pabsi Livmar González Irizarry, una joven peñolana que labora como Traductora Jurídica, en el Negociado de Traducciones del Tribunal Supremo de Puerto Rico, enseña Traducción en la Pontificia Universidad Católica de Ponce, se dedica a la percusión en diversos grupos, y como si fuera poco, le sobra tiempo para traducir subtítulos para Netflix, así como escribir cuentos y novelas.

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González Irizarry, ganadora de la X Edición del Premio El Barco de Vapor, también es bloguera y trabaja en la redacción de textos para universitarios, así como en un Manual de Traducción. Cuentos para adultos, de igual manera figuran en su lista de creaciones.

“Fue mi madre quien me introdujo en la lectura, ya que desde pequeña me leía mucho, compraba libros y se sentaba y me leía. Me hizo una biblioteca en mi cuarto y cuando me interesé por la Literatura buscaba cualquier libro y ella lo compraba”, explicó González Irizarry, quien no se lleva con los deportes ni tampoco con las matemáticas, y es la palabra la que ha tocado su corazón e intelecto desde que el primer libro asomó a sus ojos y comenzó a acariciar sus páginas.

Escritores como William Shakespeare, Franz Kafka, y Kahlil Gibran capturaron su atención en la adolescencia, al punto de que un profesor que la vio con la obra Metamorfosis, comentó “yo espero grandes cosas de ti”.

También se interesó en Flavia Bujor y Christopher Paolini, J.K. Rowling, Eoin Colfer, y Cornelia Funke, porque siempre le han interesado autores internacionales, quizá porque su abuela Carmen Pagán, fue maestra de inglés.

“Cuando leí a Shakespeare, lo primero que leí fue Hamlet y eso para mí fue una maravilla”, relató González Irizarry, que ahora en su tercera década de existencia, ha entrado en las páginas de autores de la envergadura de Tomi Ungerer, Albert Camus y Tatiana de Rosnay.

Sin embargo, aunque tenía la vena literaria empezó en la facultad de Biología de la UPR, pero como no se llevaba con las matemáticas, descubrió con la profesora de francés, Nadya Alsina, que los idiomas eran lo suyo, por lo que se encaminó en el Departamento de Lenguas Extranjeras. Allí estudió francés, italiano y alemán.

“Me encantó, me gustó muchísimo, volvería a hacer el bachillerato de nuevo”, expresó Pabsi Livmar, quien obtuvo el galardón por una historia de fantasía y ciencia ficción con aires de distopía, “El visitante de las estrellas”.

La novela corta para público juvenil de 30 capítulos cortos, recrea una sociedad humana del futuro que, aunque concibiéndose adelantada, se sume en la exclusión y la opresión, donde la solidaridad con otredad es protagonista.

La obra fue elegida unánimemente por el jurado compuesto por Ángel Antonio Ruiz Laboy, actual director de la Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Awilda Cáez, José Enrique Muratti, Juan López Bauzá, y en representación de la Fundación SM, Diana Bernard, directora editorial de SM Puerto Rico.

El Premio El Barco de Vapor, que ofrece un premio de $12 mil, ha sido conferido a Tina Casanova, Mayra Montero (en dos ocasiones), Isabel Arraiza-Arana, C. J. García, Samuel Silva Gotay, Janette Becerra, José Rabelo y Ernesto Guerra Frontera.

Cuando ganó el premio no sabía que estaba pasando a su alrededor en la oficina que ocupa en el Tribunal Supremo, pero todos sabían que el Barco de Vapor era para ella.

“En realidad no iba a someter mi novela, no estaba segura del texto, y las amistades que me leen me dijeron que no era un libro para niños pero sometí y cuando gané me llamaron a mi celular y no entendía nada, y pensé enganchar porque no sabía que estaba pasando”, relató al indicar que estuvo en “shock”, por varias semanas, porque aunque cree en su trabajo no creía que había ganado.

Pabsi Livmar es su nombre y se va a escuchar mucho en el futuro ya que cuenta con más novelas y cuentos para adultos, adolescentes y todo el que quiera entrar en la magia de su literatura.