Provocar carcajadas con las ocurrencias de sus personajes ha sido una de las ganancias que mayor satisfacción ha derivado de su trayectoria en la actuación. Permanecer en la memoria de un colectivo que todavía disfruta recordarlos lo atesora más aún.

Reconocer desde su infancia su anhelo por estar en los escenarios fue fácil. El reto fue darle alas a esa aspiración desde su natal Mayagüez, cuando el deseo parecía mucho más lejos que la distancia para llegar a San Juan a forjar su sueño.

Waleska Seda mira con orgullo la determinación que la llevó a tocar puertas hasta lograr en la década de 1980 comenzar a vivir su sueño de trabajar en la televisión. “Domingo fantástico”, “Los kakucómicos”, “Entrando por la cocina” y “El Kiosko Budweiser” son solo algunos de los que forman su respetada carrera artística, y con los que pronto se ganó el favor del público. Recorrer con memorias ese trayecto para esta entrevista con Primera Hora deriva en la actriz reacciones de nostalgia, satisfacción, risas y una que otra lágrima.

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¿Cuándo te das cuenta de tu amor por la actuación?

“Desde jovencita. Lo que pasa es que vengo de esta generación que, en el hogar, los padres te presionan mucho a una carrera que ellos tienen planificada para los hijos. En mi caso, ellos esperaban mucho de mí entre los cuatro hijos que tenían. Si eres buena estudiante esperan más y, ‘ella quizás va a ser una buena abogada porque es amante de la justicia’... este tipo de cosas”.

¿Qué deseaban que estudiaras?

“Entro a la universidad por premédica, estudiando biología. Pero siempre latía (el interés por actuar), lo que pasa es que cuando les pido a ellos que me envíen a la Universidad de Puerto Rico, que era donde únicamente se daba el curso de drama, el título para estudiar arte dramático, ellos no me lo permitieron. Como soy mayagüezana me tuve que quedar allí en lo que antiguamente se llamaba CAAM, Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, y ahora se llama el RUM, Recinto Universitario de Mayagüez”.

¿Cómo haces para irte por la actuación?

“Vine a coger una clase de verano de psicología y ahí es que me fui como que destetando; hice mis trampitas en ese aspecto porque no tenía la capacidad de fallarle a mis padres en el otro momento. Pero ya cuando eres un poquito más madura, entonces dices ‘yo puedo, yo creo en mí, yo quiero hacer esto’, así que voy tomando esa decisión, esa valentía, hasta lograrlo”.

¿Cómo tomaron tus padres esa decisión?

“No me hablaron. Me escribieron una carta de 11 páginas…”, recordó con voz entrecortada. “Esto se me hace bien difícil ahora decirlo porque ellos fallecieron el año pasado. Lo puedes contar ahora que ya todo pasó. Ellos después me aceptaron. Ellos al principio no me hablaron. Me escribieron una carta, nunca lo olvido, de 11 páginas. Me cortaron toda ayuda económica. Yo me tuve que sostener, porque acuérdate que de Mayagüez a San Juan... ¿dónde vivo?, ¿qué hago?. Entonces, me lo propuse y busqué trabajo. Trabajaba en un salón de belleza lavando las cabezas, atendiendo los clientes, haciéndole la agenda al dueño”.

¿Se reanudó la comunicación?

“Se reanudó y entonces fue todo lo contrario, un orgullo. Ellos se sentían orgullosos. Después, gente me contaba ‘mira, fui a instalarles a tus padres un cable TV y tienen allí unas fotos, y dije ¿esta no es Waleska?, y ellos tan orgullosos que me cuentan, sí, es nuestra hija’. Después, fue todo lo contrario”.

En uno de los ensayos de la comedia teatral “La boda de ellas”, en la que retoma junto a Adrián García los personajes de "Soledad" y "Solitaria". Les acompaña Otilio Warrington "Bizcocho".
En uno de los ensayos de la comedia teatral “La boda de ellas”, en la que retoma junto a Adrián García los personajes de "Soledad" y "Solitaria". Les acompaña Otilio Warrington "Bizcocho". (Nahira Montcourt)

¿Te vas a estudiar drama?

“No estudié drama. Yo soy orgánica. Mi instinto me fue llevando a mis deseos y no sé si llamarlo suerte, porque también fue con mucho empeño, que me encontré con esas personas clave que fueron acomodando ese juego de ajedrez de una manera perfecta”, especificó al reflexionar que, “la actuación venía en el destino”.

Te conocemos principalmente por la comedia.

“No tengo estudios profesionales, formales, en drama, lo que hace también que uno… te crea como que un poquito de inseguridad. Digo poquito porque a veces le tenía miedo a unas oportunidades que se me presentaron a nivel dramático, y entonces yo siempre pensé que había una magia, que había algo que yo no había estudiado, que no lo conocía, no lo había leído, y que lo debía saber, cuando en realidad, con el tiempo, con el respeto que merecen todos nuestros actores que han estudiado en el departamento (de drama), me di cuenta que puedes hacerlo”.

¿Cómo surge esa primera oportunidad?

“Fue el señor Yoyo Boing, el padre de la comedia, que me dio esa primera oportunidad. Llegué a Telemundo como público y entonces tenía esa hambre tan grande de lograr mis metas, que cuando retiraron al público de la sala quise quedarme, cosa que está también prohibido, y mientras un director de piso, de cámara, estaba recogiendo los cables y acomodando cámaras, le dije ‘con permiso, yo quisiera saber con quién tengo que hablar para estar en comedia’. Y él me dice, ‘el encargado es el señor Yoyo Boing’. Le dije ‘¿será posible que pueda hablar con él’, y dice ‘déjame ver, que a veces él está por aquí, por los pasillos’. Tuve la suerte de que no se había ido y me lo contactaron”.

¿Recuerdas ese primer papel?

“Cuando Yoyo me da esta oportunidad, que era en ‘El show de las 12′, en un paso de comedia corto donde participarán los actores de ‘Los kakucómicos’, uno de ellos cada día, con los actores que los rodeaban, ahí yo compartí con todas esas figuras, Machuchal, Juan Manuel Lebrón, y nosotros éramos los que conformábamos el elenco de esa comedia corta. Yoyo recibe una oferta para trabajar con Elín Ortiz y Charytín, que eran muy amigos, y me dice ‘mira, te quisiera ofrecer esto, ¿te quieres ir conmigo?’, y yo como no tenía nada fijo, dije ‘ok’. Me fui a trabajar a ‘Domingo fantástico’ con Charytín y con Yoyo en otra comedia donde participé con Raulito Carbonell, hijo y Margot Debén”.

Eventualmente, Telemundo la contactó para formar parte del elenco de “Los kakucómicos.

“Fue por esas casualidades de la vida que, como te digo, ya el juego de ajedrez se va formando y este universo maravilloso, estas energías, esos deseos que se proyectan como energía, atrajeron hacia mí lo que yo quería”.

Entre las diversas experiencias en el show de comedia, nació el recordado personaje “Soledad”, al que luego se unió “Solitaria” encarnada por el actor Adrián García, como su hermana. Precisamente con “Soledad” y “Solitaria” regresa al teatro con la comedia La boda de ellas, que tendrá su puesta en escena el 17 y 18 de febrero en el Centro de Bellas Artes de Caguas (CBAC), y el 9 y 10 de marzo en el Teatro Yagüez, en Mayagüez.

La empleada doméstica “Cary” es otro de sus personajes más recordados.

“Viendo el programa de ‘Entrando por la cocina’ sentí este deseo de estar ahí”, recordó sobre el espacio en el que también participaban Yasmín Mejías, Luisito Vigoreaux, Víctor Alicea y Pedro Juan Texidor, entre otros. Su esposo, quien años anteriores había conocido al productor, le hizo saber a Vigoreaux su interés. “‘Mi esposa aquí me está diciendo que le gustaría trabajar en tu show’, y le dice ‘pues, que venga inmediatamente, la espero el viernes”, compartió.

“Siempre le he tenido mucha admiración y respeto y agradecimiento al señor Vigoreaux. De verdad que es un genio, y él ya tenía delineado para mí el personaje, que era amiguita de ‘Altagracia’ y que entraba y que era otra sirvienta, y él mismo fue el que me puso el nombre, ‘te vas a llamar ‘Cary’. Ahí ya yo le doy ese giro de vestir de rosado, y fíjate, acepto esto pensando en mi mente que a mí nunca me ha gustado salir de mí. No es que yo fuera ‘Cary’, pero tenía mucho de mí, el despiste que se le fue implantando, esos detallitos, y estar con mi rostro, lo mío siempre fue caracterización”.

Por un tiempo estuviste apartada de la televisión. ¿Por qué?

“Esas ausencias fueron más cuando fui madre. Mi centro se convirtió en mi familia. Eran tiempos en que un productor te podría decir ‘hoy vas a tal fiesta patronal, vas aquí, vas para allá’. Había que sacrificar mucho y yo no tenía ayuda en San Juan. Toda mi familia estaba en Mayagüez, otros estaban en Arecibo, entonces yo no tenía quién me ayudara con mis hijos. Hubo ciertos momentos en que me retiré, pero fueron unos retiros cortos”, dijo la madre de una hija y un varón.

¿Eras una madre estricta durante esa crianza?

“Sí, fui estricta y ahora eso lo relajamos y me vacilan y todo”, confesó. “Ya el pasado está, ya criaste como criaste, y me funcionó, los protegí. A veces eso es un error, que queremos sobreproteger. Eso es una falla”, observó. “Yo tuve que tomar un poco de balance, que me lo daba mi esposo, que era un poco más flexible y por lo menos llegábamos a un happy medium”.

¿Tus hijos tuvieron interés en la actuación?

“Tienen mucho talento. Mi hijo tiene un humor sabroso, delicioso, un humor inteligente, como digo yo, y me encanta. Entonces, la nena tiene la facilidad de crear voces y personajes, pero definitivamente, a ninguno de los dos les interesó”, dijo. Ambos se dedican al campo de la administración y las finanzas. “Los dos, en los números, esa parte la sacaron de la genética paternal. Son muy buenos en números”.

La artista también compartió sus observaciones sobre la manera de trabajar comedia en la actualidad. “A veces veo gente que pone una muralla entre lo de antes y de ahora, y eso jamás se puede hacer. Si tú te fijas, el éxito de Luis Vigoreaux siempre unió actores y comediantes de esta otra época dorada a la gente joven”, comparó. “Yo creo que es hacer una mezcla donde el colectivo es importante. Lo que pasa es que hoy en día, lo he hablado muchas veces, en la comedia no se sabe trabajar en colectivo; en las comedias actuales ese es el único problema, y tú tienes que trabajar en colectivo para el éxito. Si tiras la soga hacia tu lado, si tú te quieres lucir, treparte en los hombros del otro actor, eso no va a funcionar. Tienes que trabajar en colectivo, como hacemos Adrián y yo, como se hizo en (’La verdadera historia de) Cuca Gómez’. Allí no había aires de estrella, de ‘yo soy mejor’. No. Tú le vas a dar a tu compañero actor lo mejor de ti para que lo recibas a cambio y es algo muy importante. Hoy en día se vive tan aceleradamente y los nuevos talentos, algunos de ellos, no están trabajando en colectivo y se nota, porque esto es como un rompecabezas.”

Cuando miras aquella Waleska que crecía en Mayagüez, ¿qué te hace sentir orgullosa a nivel profesional?

“Siempre agradezco a la vida…”, expuso con voz entrecortada. “Agradezco que me tocó con dos equipos de trabajo, el primero fueron mis maestros, y el segundo fue como una práctica, porque si te pones a ver, fueron programas que siempre van a quedar ahí para la historia de la comedia puertorriqueña. Pertenecer al elenco de ‘Kakucómicos’ es un ‘must’, lo máximo. Luego, pertenecer a todas estas maravillas de comedias que hizo producciones Happy Productions con Luis Vigoreaux, como lo fueron ‘Entrando por la cocina’, el ‘Kiosco Budweiser’, ¿qué más tú puedes pedirle a la vida? Es que me lo dio todo”, afirmó con orgullo. “Y agradecida de Alexandra Fuentes, que ha visto estos personajes, y los ha sacado a la luz nuevamente… Y esa oportunidad ha sido maravillosa. Ha sido un sueño, y vino en un momento para mí, que estaba muy triste porque había perdido a mis dos padres en el mismo año, con seis meses de diferencia, así que, gracias”.

Los boletos para la comedia teatral La boda de ellas están a la venta a través de Ticketera.com.