La pasión por el baile la ha abrazado en múltiples facetas desde su niñez. Igualmente, el compromiso de ejercitarse para estar en forma.

En su afán por aprender diversas disciplinas, hace un tiempo que la presentadora Catherine Castro se mostró interesada en el “pole dance” y las ventajas que esta modalidad de baile aporta a nivel físico y mental.

“El ‘pole dance’ me enseñó a liberarme”, destacó la también modelo sobre los beneficios a nivel de autoestima que derivó en el proceso.

“Yo no me atrevía a explorar ese lado femenino porque sentía que vivimos en un mundo donde estamos todo el tiempo a la defensiva, en una sociedad donde todo del tiempo como mujer nos estamos cuidando porque hay mucho acoso, si te vistes de esta manera te van a ligar. Ha llegado el momento en que ya la mujer lo que hace es que ‘me voy a cubrir, me voy a cuidar, voy a estar a la defensiva, no puedo ser la mujer que quiero ser porque, ¿qué van a decir de mí?’ ”, prosiguió tras la pausa de la práctica en OSJ Yoga & Well-Being, mientras era dirigida por la instructora Mariangely Castro.

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“Esto me ayudó a olvidarme de lo que diga la gente, a pensar ‘haz lo que tú quieras hacer, si no le estás haciendo daño a nadie, y sé feliz’ ”, sostuvo.

Al principio fue más difícil de lo que parecía. El “pole dance” también integra movimientos de acrobacia o gimnasia.

“El primer día me fue horrible”, dijo entre risas sobre la experiencia que se dio en 2021. “Yo había practicado calistenia, que es, prácticamente, como gimnasia, ‘street workout’, con barras, etcétera, todo era con tu propio peso, y entonces dije ‘me quiero retar con algo un poquito más diferente, algo que yo nunca había tratado’, y era el ‘pole dance’ ”, expresó.

  Practicar esta disciplina la ha ayudado con su autoestima.
Practicar esta disciplina la ha ayudado con su autoestima. (Alejandro Granadillo)

Su base en el baile fue uno de los aspectos que la hizo creer que ya tenía parte del camino ganado. “Todo el mundo me decía ‘es que tú bailas’. Pero ese primer día me fue bien difícil porque, aunque tú sepas bailar, cuando no sabes la técnica de algo, es como retroceder, pero al mismo tiempo me encantó. Yo veía a la maestra tan sensual, su feminidad a flor de piel, y dije ‘eso es lo que yo quiero’, y comencé a tomar clases de lunes a sábado”, relató la presentadora de “En la mañana” (TeleOnce), tarea que comparte con Maricarmen Ortiz, Manuel Crespo, Sonia Valentín, Johnny Lozada y Pepe Calderón.

La tonificación corporal para dominar los movimientos en el tubo de baile es uno de los resultados de la práctica frecuente de esta disciplina.

“Es supercomplejo. Todo está en tu ‘core’ (músculos de la zona central). Todo está en tus hombros. Usualmente, la mujer tiene más fuerza en la parte inferior, no en la parte superior, por eso es que los hombres hacen mucho ‘upper body’, y la mujer hace mucha pierna. Pero en el ‘pole dance’, la fuerza está en el ‘upper body’, y es bien retante”.

La crítica por el estereotipo para quienes lo ven como una modalidad exclusiva de ‘strip clubs’, no le preocupa.

“A veces son prejuicios. Vivimos en una sociedad en que, lamentablemente, yo voy a juzgarte primero por lo que miro y no por lo que es”, lamenta. “Creo que más allá de ver la portada de un libro, hay que leerlo para poder descubrir qué es lo que hay allá adentro”, expuso enfática.

“Obviamente, la cultura del ‘pole dance’ se va más al ‘strip club’, a la mujer que baila en el tubo, y ojo, esa mujer que baila en el tubo tiene un arte porque eso no lo hace todo el mundo. Que lo haga para ganar su dinero, a lo mejor las personas lo vean como algo negativo. Pero allá cada quien... yo no lo veo así”.

La presentadora de "En la mañana" practica el “pole dance”, disciplina que la ha ayudado a tonificar su cuerpo.

De paso, resaltó que se trata de una práctica accesible a un público diverso. “A las clases viene de todo. Vienen jovencitas, señoras, personas adultas mayores. La clase es sumamente variada. Vienen primero con el prejuicio de ‘me van a ver como una cualquiera’, y se van de la clase diciendo ‘me siento empoderada, me siento libre, me siento linda’. Te sube la autoestima”.

En paz con su pasado

Catherine Castro compartió que hace tiempo decidió que las críticas negativas no minan su determinación para luchar por sus metas. En la ruta a trabajar por sus aspiraciones, ha encontrado muchos “no” en el camino. La dificultad ya la procesa como un factor a veces inevitable, pero no imposible de manejar o superar.

“Yo voy por mi objetivo. La persona que te critica es la persona que no ha hecho prácticamente nada por lograr su sueño, lamentablemente, porque no tiene la capacidad o porque no quiere, porque no puede, por las razones que tenga. Pero a mí nadie me saca de mi objetivo”.

Una de esas realidades la encaró cuando no estaba a gusto con su cuerpo. “Una inseguridad que superé es la de no creer en mí. Antes era superinsegura. No creía que lo podría hacer. Pensaba que todo el mundo era mejor que yo. Pensaba que todo el mundo tenía la capacidad, pero yo no. Y con mi cuerpo, por eso fui bulímica y anoréxica por tantos años también, en ‘high school’ hasta primeros dos años de universidad”.

¿Qué sucesos te llevaron a ver en la bulimia y la anorexia una opción?

“En la escuela me hacían ‘bullying’ porque yo siempre he tenido mis muslos grandotes, mis nalguitas. En la escuela era como ‘la nena de los muslos grandes’. Yo bailaba brutal, pero entonces no me querían en algunos grupos porque era muy grande según los estándares de otras personas. Y vino una persona, un adulto… Yo tenía 15 años. Para ese entonces yo bailaba con Miguelito el reguetonero, y esa persona decía ‘¿por qué está aquí ella? Es muy grande para estar aquí. Ella tiene un cuerpo muy grande. Ella tiene que rebajar’. Y un día me dio con hacerlo. ¿Dónde aprendí la bulimia? No lo recuerdo, pero lo vi como una alternativa, y desde el primer día que lo hice no hubo vuelta atrás, hasta seis años después, que mi mamá me ayudó, con ayuda profesional, a salir”.

¿Quién era esa persona que te criticaba?

“Había amiguitas que se burlaban, pero esa persona adulta fue la que a mí me marcó. Esa persona que pertenecía al grupo de Miguelito, todo el tiempo me salía con lo mismo, delante de todo el mundo. Él me lo decía en secreto, me lo decía delante de la gente, y llegó el momento en que esa vocecita (en mi cabeza) me decía ‘yo quiero bailar, yo quiero estar aquí’, y este hombre grande me decía ‘soy una porquería’ ”.

¿Te guardaste el sufrimiento?

“Muchísimo, diría yo demasiado. Yo siempre decía que eso era una cárcel sin rejas porque, aunque yo estuviera en la libre comunidad, yo me encontraba en una cárcel que era mía. Yo tenía una dismorfia. Yo me veía al espejo y yo me veía gorda. Yo no quería aceptarme. No quería estar conmigo. Pasé por muchos traumas, por muchas situaciones, y a raíz de eso hubo más inseguridades, de ‘yo no puedo ser artista’, ‘yo no puedo ser cantante’, ‘yo no puedo ser esto porque yo soy fea, canto malo, bailo mal’. Para mi cabeza, en mi mundo de realidad distorsionada, yo no debía existir”.

¿Cómo lo superaste?

“Estuve al borde de la muerte en muchas ocasiones. Estaba demasiado delgada y mi salud no estaba bien. Me comenzaron a dar dolores de cabeza muy fuertes. Mi mamá estaba buscando ayuda sicológica para mí, pero joven al fin, no es como yo ahora, que si busco ayuda psicológica voy a hablar con toda la verdad. Al sicólogo en ese momento yo no le hablaba con toda la verdad porque yo estaba en un trauma. Estaba en algo que no podía controlar, no podía manejar. No fue hasta los 21 años que pude, gracias a Dios, salir de la anorexia, de la bulimia, de las dos cosas por completo, con ayuda profesional, un grupo de apoyo y mi mamá, que siempre estuvo conmigo en todo momento”.

Participaste en varios concursos de belleza (Miss Universe Puerto Rico 2010 y Nuestra Belleza Latina 2015 y 2016). ¿Qué fue lo más valioso que aprendiste de las experiencias?

“Son certámenes completamente diferentes. El certamen de Miss Universe Puerto Rico es para tú ser una soberana a nivel mundial, y una soberana que, más que nada es un poquito más introvertida, que trabaja más en secreto. El certamen de Nuestra Belleza Latina es todo lo contrario, es la artista que tú quieres ser, la conductora, la bailarina, es más de entretenimiento, y a eso era lo que yo me dirigía siempre en todo momento. Nuestra Belleza Latina me enseñó a tener más confianza en mí, a que en verdad, todos los sueños se pueden cumplir pero tienes que tener perseverancia y tienes que ser consistente”.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu faceta como presentadora de “En la mañana”?

“Lo que más me ha gustado de estar en vivo es que yo soy una persona bien perfeccionista y, a veces, creemos que la perfección es una virtud y muchas veces la perfección no lo es porque no te permites cometer errores, y como estás en vivo, a veces cometo errores y digo ‘soy un ser humano y me estoy permitiendo cometerlos para luego enmendarlos’. Me ayuda a no juzgarme, a no sentir culpa, sino responsabilidad y decir ‘tengo otra oportunidad para hacerlo mejor’. Estoy aprendiendo mucho de mis compañeros, de Johnny Lozada, que lleva muchos años en este ambiente; Sonia Valentín, que lleva muchos años en esta industria, de Pepe, mi compañero, los ancla, yo creo que somos un equipo brutal”.

¿Sigues interesada en la actuación?

“Trabajé en cuatro novelas de Televisa. Estoy en la serie de Nicky Jam ‘El ganador’, en Netflix. Estuve en la serie de ‘Bravas’, de Natti Natasha. He hecho mucha actuación. Todavía me gusta”.

¿Qué otras áreas del entretenimiento quieres explorar?

“Ya mismo vengo con música. Tengo una canción en Spotify que se llama ‘En el 8′. Es un trap. Ahora quiero incursionar en lo que son los ritmos más tropicales, más dancehall, más afrobeat’”.

En asuntos del amor, ¿estás en una relación de pareja?

“Estoy soltera, sin compromiso, superenfocada en mi carrera. El hombre que llegue a mi vida tiene que estar bien enfocado porque no permito que nada ni nadie me desenfoque. En estos momentos no quiero drama. Quiero evolución, quiero crecimiento, y creo que las parejas son para eso, para pasarla bien y crecer”.