Mientras miles de fanáticas y fanáticos mexicanos esperan que, esta noche, Madonna ofrezca el tercero de cinco conciertos que dará en dicho país, tres de los asistentes a uno de sus espectáculos en Washington D. C. la acaban de demandar por llegar atrasada al recital, de acuerdo con la demanda colectiva, la artista y Live Nation, la productora de eventos, ejercieron publicidad falsa, prácticas comerciales engañosas e incumplimiento de contrato.

Hoy, “La Reina del Pop” regresará al escenario del Palacio de los Deportes para deleitar a más de 19 mil personas con el repertorio que conforma “The Celebration Tour”, gira con la que celebra 40 años de trayectoria musical.

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Desde el primer concierto que ofreció en la CDMX, el pasado sábado, las y los seguidores de la cantante emitieron juicios muy positivos sobre la calidad del show, sin exaltar que tuvieron que esperar más de una hora para que “la chica material” se dispusiera a interpretar “Nothing Really Matters”, el tema con que da inicio al concierto.

Pero no todas ni todos sus fans se han sentido complacidos con la actual gira de la cantante de 65 años, pues hace unos meses fue demandada por dos fans que alegaban las molestias que les supuso que el recital comenzara con tres horas de retraso (esto ocurrió durante el show del 13 de diciembre, que tuvo lugar en el Barclays Center, en Nueva York).

Ahora, se suma una nueva demanda colectiva, interpuesta por tres de sus fanáticos; Elizabeth Halper-Asefi, Mary Conoboy y Nestor Monte Jr., que compraron boletos para asistir a los shows del 18 al 19 de diciembre, ofrecidos en el Capital One Arena en Washington D. C., en los que Madonna se presentó con dos horas de tardanza.

En esa ocasión, cuando la intérprete de “Like a Virgin” finalmente se presentó arriba del escenario, bromeó con su retrasó al disculparse e inmediatamente retractarse.

“Lamento llegar tarde... no, no lo siento, es lo que soy... siempre llego tarde”, precisó.

De acuerdo con los afectados, tanto la cantante como la productora del evento, Live Nation, ejercieron “prácticas comerciales engañosas, incumplimiento de contrato por no comenzar a las 8:30 p.m. y tergiversación”, como reza el documento, al que tuvo acceso “Rolling Stone”.

Alegan que no pudieron disfrutar del concierto completo, debido a que no tenían contemplado que el inicio del espectáculo se recorrería hasta las 10:30 p.m., motivo por el que se sintieron “engañados”.

Otro de los aspectos expuestos en el documento legal, es la inconformidad que experimentaron cuando notaron que Madonna sincronizaba los labios con un audio grabado durante casi todo el show.