Con los años de carrera y el cariño del público que goza Manny Manuel, la opción más fácil para él sería seguir cantando su repertorio de merengues que tanto gusta.

Sin embargo, el artista orocoveño, con un arrojo pasmoso, decidió hacer algo que muchas figuras con trayectoria evitan a toda costa: experimentar, lanzarse a lo desconocido, jugárselas.

Hay que ser valiente de verdad para armar un concierto con canciones que no pertenecen a tu repertorio y tomar tus éxitos y cantarlos de una manera como tu fanaticada no está acostumbrada a escucharlos, en un género distinto al que te ha hecho famoso y aun así llenar una sala de conciertos y llevar a ese público a aplaudirte y aclamarte con delirio. Si eso no es ser un Rey de corazones…

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Eso precisamente hizo Manny Manuel la noche del sábado en la primera función de su espectáculo “Amor eterno: tributo a Juan Gabriel”, en el Centro de Bellas Artes de Caguas.

Cierto es que el cantante lleva tiempo coqueteando y triunfando en otros géneros musicales más allá del merengue con el que saltó a la fama. Hace más de dos décadas, su versión de “Querube” para un especial del Banco Popular fue la evidencia. A partir de entonces siempre integró boleros y música de trío a sus conciertos. En noviembre pasado, en su espectáculo “Viva la vida” llevó un mariachi para interpretar en este género las canciones de Juan Gabriel que había versionado en el ritmo dominicano.

Sin embargo, su nueva propuesta escénica es diferente.

Manny Manuel toma una veintena de éxitos del fenecido “Divo de Juárez” y los interpreta en el género musical que los concibió la leyenda mexicana de la música popular.

Sin llegar nunca a la imitación, aunque evidentemente jugando con el desenfado con el que Juan Gabriel desplegaba su personalidad sobre el escenario, el artista boricua hizo lo que describió en una entrevista con este medio la semana pasada: Presentó un Juan Gabriel “mannymanuelizado”.

Cuando subió el telón del Centro de Bellas Artes de Caguas, lo primero que llevó al público que abarrotó la sala a exteriorizar su asombro fue la presencia de Manny Manuel flanqueado por una impresionante orquesta de 21 músicos, con sección de cuerdas incluida, y un coro de seis voces. En escena estaban además, Luis Amed Irizarry, director musical, y la profesora de canto y directora vocal, Aidita Encarnación.

Ataviado con pantalón negro y una chaqueta bordada en pedrería dorada, Manny arrancó con “Querida” para delirio de su fanaticada.

“No me vuelvo a enamorar” fue la segunda interpretación. Concluida la misma, el cantante se dirigió a su audiencia.

“Buenas noches. Esta es una noche para la que hemos trabajado mucho para complacer a todas esas mamacitas en su día. Vamos a traerles un Juan Gabriel a la Orocovis, un poco criollizado. Un fuerte aplauso para Juan Gabriel”.

A lo largo del concierto Manny Manuel interpretó del autor mexicano éxitos como “Costumbres” que popularizara la fenecida cantante española Rocío Dúrcal y “Así fue”, éxito de Isabel Pantoja. Se lanzó al rock ‘n roll con “En esta primavera” y dejó el alma en temas como “Hasta que te conocí” y el himno de Juan Gabriel para las madres “Amor eterno”. Antes de interpretar “Yo no nací para amar”, una de las letras más desgarradoras de Juan Gabriel, el artista se detuvo por unos segundos como para tomar fuerzas.

No faltaron los éxitos de Manny Manuel como “Rey de corazones”, de Honorio Herrero; y “Dicen que los hombres”, de Pepe Avila, Judi Palmeira, Mario Zan, y “Si una vez”, de Pete Astudillo; y ‎A.B. Quintanilla III‎ pero en versiones adaptadas al concepto del concierto, aunque no faltaron algunas pinceladas de merengue. Todas recibidas con beneplácito por la audiencia.

Manny Manuel contó como invitada especial con Lourdes Robles para interpretar composiciones que Juan Gabriel grabó a dúo, como “Déjame vivir” y “Un placer conocerte”. La intervención de la cantante fue un acierto por la química que se desarrolló entre ambos y por su innegable talento vocal.

Aparte del primer vestuario, a lo largo de la velada, Manny Manuel realizó dos cambios inspirados igualmente en el llamativo estilo de Juan Gabriel, un conjunto turquesa y plateado y un frac blanco con pedrería, todos creaciones del diseñador cagüeño, Reynaldo José. Los piropos del público no se hicieron esperar cuando el intérprete se remeneaba para hacer brillar los canutillos y lentejuelas.

Acercándose al final de la velada, un emocionado Manny Manuel expresó:

“Yo he pasado por muchas situaciones personales y en mi familia, pero hay una verdad: Quitarse no es una opción. Hay que seguir hacia adelante. En los retos es que se aprende y se crece”.

El espectáculo cerró en un ambiente de fiesta con el alegre tema “Noa Noa” de Juan Gabriel.

Ahora bien, qué no funcionó del concierto, cuya segunda función está programada para hoy domingo: el sonido. Resulta imperdonable que Manny Manuel tuviese que cambiar de micrófono en tres ocasiones y que no haya sido hasta pasado el décimo tema para que la voz del cantante lograra escucharse con claridad en toda la sala. Incluso el audio de la orquesta no estaba balanceado.

Tampoco funcionó que hubiese personas entrando a la sala a las 10:00 p.m. para un concierto pautado para las 8:30 p.m. -pero comenzó media hora después-, interrumpiendo el disfrute de quienes llegaron a tiempo. Estas son las cosas que no se entienden cuando, por otra parte, son frecuentes las quejas de un amplio sector del público en Puerto Rico porque los conciertos suelen comenzar más tarde de lo anunciado.Por lo demás, Manny Manuel salió triunfante y la prueba está en los continuos “¡Manny, te amo!” que recibió por parte de la audiencia. O como manifestó un hombre a toda voz: “¡Manny, mi esposa te ama!”