La única presentación de la cantante Madonna en la Isla, previo a sus dos conciertos de esta semana en el Choliseo, no es recordada por las canciones y bailes de su espectacular gira The Girlie Show, sino por el gesto en el que en fracciones de segundos la popular artista pasó una bandera de Puerto Rico entre sus piernas. 

Cuando culminó el espectáculo y se apagaron las luces de la tarima en el estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón aquella noche del 26 de octubre de 1993, los comentarios de muchos de los cerca de 20,000 asistentes aludieron al sorpresivo momento en el que la artista movió la enseña boricua por su entrepierna y levantó una sonada polémica en el País.

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Un sector de la población interpretó la acción de la artista durante una de sus canciones como una ofensa a los puertorriqueñoas, pero otra porción, encabezada por fieles fanáticos, minimizaron el gesto que, además de alimentar el debate público por semanas, también fue tema de columnas de comentaristas políticos y hasta el asunto central de reportajes de noticiarios de televisión en Estados Unidos.


Al margen del tema de la bandera, la euforia de miles de admiradores incondicionales y la protesta de cientos de religiosos marcó el paso de Madonna cuando presentó su espectáculo en Bayamón.

Antes de la llegada de la superestrella estadounidense a la Isla, el predicador Jorge Raschke, entre otros líderes religiosos, condenaron el concierto por considerar su contenido inmoral e instaron a los puertorriqueños a no acudir a la presentación.

Sin embargo, miles de personas pagaron boletos cuyos precios fluctuaron de $40 a $125 y abarrotaron el estadio a cuyas inmediaciones también llegaron manifestantes de iglesias cristianas, quienes desplegaron pancartas con mensajes moralistas y hasta improvisaron cultos mientras un tropel de jóvenes se aglomeraba en la entrada principal para correr a sus asientos.

La desorganización imperó brevemente en la entrada y la prensa recogió el malestar de algunos que protestaron porque al estadio ingresaron primero personas con boletos del precio menor, así como la denuncia sobre venta de entradas fraudulentas. Esos fallos propiciaron un aguacero de críticas negativas para Larry Stein, productor del evento.


A las 8:45 p.m. finalmente la esbelta cantante apareció sobre una gigantesca bola de cristal que descendió desde lo alto ante su fanaticada provocando gritos y aplausos de la multitud. “Estás listo Puerto Rico”, preguntó luciendo una peluca de afro rubio y ceñidos pantalones “bell bottom”.

De inmediato interpretó su popular tema “Express yourself” acompañada de dos coristas y comenzó una sugestiva coreografía a la que se unieron después decenas de bailarines encabezados por un joven que desgarró su atuendo hasta quedar semidesnudo junto a la intérprete.

Durante el primer concierto de la gira histórica The Girlie Show por ciudades latinoamericanas ese año, Madonna cantó sus éxitos del momento como Vogue, Rain, La isla bonita y Like a virgin. Sin embargo, fue sin duda su imprevisto acto de pasar una bandera de Puerto Rico por su entrepierna el momento más comentado del concierto al que asistieron 20,000 personas, según cifras publicadas en la prensa días después del evento.


A 23 años del comentado espectáculo de 1993 en Bayamón, Madonna regresó a la Isla para presentar su nuevo concierto Rebel Heart, ayer miércoles y una segunda función este jueves en el Coliseo de Puerto Rico.

La "Reina del Pop" se volvió a presentar en Puerto Rico tras 23 años de ausencia.