“Me parece interesante que la gente haya visto ese lado. No sé cómo afecte de una manera u otra cómo perciban mis canciones de aquí en adelante, pero creo que en un momento de mucha tensión como país, de unas interrogantes, de unas frustraciones muy grandes y demás, el humor siempre ha sido muy caribeño para movernos hacia adelante. Es algo que es muy nuestro y no soy excepción en eso”, declaró ayer previo a iniciarse como padrino de la organización March of Dimes en la “Marcha por los bebés”.

El artista, al igual que sus colegas René Pérez, Ricky Martin, Bad Bunny, incluso su esposa Karla Monroig, fue una de las voces protagonistas en la convocatoria y en las manifestaciones del pasado julio por la renuncia de Ricardo Rosselló a la gobernación. Esa activa participación era parte de la indignación compartida entre miles de puertorriqueños, y él se sintió parte del proceso.

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“Pasaron varias cosas que  son dignas de hacer hincapié. La democracia funcionó en el sentido de que hubo unas demostraciones de muchos días, varias semanas, donde se le permitió al pueblo expresarse”, aplaudió, al igual que reconoció la labor del Tribunal Supremo al momento de establecer qué era lo que correspondía en la gobernación a partir de la Constitución.

“Creo que de ahora en adelante lo más importante como país es no ver esto como la solución a los problemas. La solución realmente está en qué tan pendiente estamos a la hora de votar en las elecciones, qué tan pendiente estás del récord político o qué tanto nos podemos desconectar de los conceptos antiguos de status de la Isla o sobre qué partido nos va a llevar a qué status, sino pensar en las personas por las que están votando y en qué récord tienen históricamente y qué bien han hecho para el pueblo, o qué ideas nuevas traen, pero eso de palma versus pava, ese concepto evidentemente no ha funcionado y es algo que la generación nueva tiene muy claro”.

Dejarse mezclar entre la gente, escucharlos, sentirlos y ver las más formas más creativas de manifestarse avivaron su conexión con la genética boricua, y le lleva a pensar que no tiene que esperar a retirarse para volver a vivir en la Isla.

“Regresar acá sigue siendo la meta final de todo. Incluso no tiene que ser ni siquiera cuando me vaya a retirar. Creo que cuando tenga un poco más de control, porque está cambiando mucho la industria de la música también y ya no necesariamente tienes que estar en un lugar o en otro para hacer las mismas cosas”, puntualizó.