El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal fueron brutalmente asesinadas por ser mujeres y activistas. Su único crimen fue haber luchado por sus derechos contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Este hecho dio origen a que en el 1999 la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas proclamara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La violencia hacia la mujer es una violación a los derechos humanos que afecta directamente la salud y el bienestar de miles de mujeres y niñas en nuestro país y alrededor del mundo. La ONU indica que una de cada tres mujeres y niñas siguen siendo víctimas de violencia. En Puerto Rico cada siete días una mujer es asesinada y, según el Observatorio de Genero de Puerto Rico en lo que va del año 2023, han ocurrido 52 feminicidios, de los cuales 16 han sido feminicidios íntimos.

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Diariamente las mujeres viven distintos tipos de violencia, tales como: física, psicológica, sexual y económica que son ejercidas a través de diversas modalidades como lo son la violencia doméstica, sexual, hostigamiento laboral, restricción contra la libertad reproductiva, violencia obstétrica y violencia institucional, entre otras. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar la igualdad, el desarrollo y la paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas.

Así que cada 25 de noviembre nos tenemos que reafirmar en nuestro compromiso de no tolerar ningún tipo de manifestación de violencia hacia las mujeres y dejar de legitimar la violencia como una forma de pensar y de vivir en nuestra sociedad puertorriqueña. Tenemos la responsabilidad ciudadana de educarnos y sensibilizarnos para poder agudizar nuestra atención ante cualquier forma de abuso y dejar de mirar hacia otro lado y fingir que no ha pasado nada cuando una mujer es violentada en su hogar, en nuestras comunidades, en su lugar de trabajo y en nuestras calles.

Urge que reflexionemos sobre cuáles acciones concretas tenemos que realizar para que las mujeres puedan sentirse seguras y en pleno disfrute de sus derechos. Para ello es necesario cambiar el mundo en que vivimos basado en un modelo en el que promovemos la dominación, el control y el poder en sí mismo y en el que se promueve una cultura patriarcal. Esto es posible si incorporamos la perspectiva de género para enseñarle a las nuevas generaciones a comprender cómo se produce la discriminación de las mujeres y las vías para transformarla cuestionando los estereotipos y enseñando el respeto hacia las diferencias y a la diversidad.

Como País tenemos que actuar activamente para establecer condiciones de cambio que nos permitan promover el respeto hacia las mujeres, reconociendo sus necesidades y avanzando en la construcción de la igualdad de género.

¡Las mujeres tenemos el derecho a vivir seguras, libres y en paz!

La violencia de género es un patrón de comportamiento en el cual la pareja o expareja utiliza la fuerza física o sexual, la coacción, las amenazas, la intimidación, el aislamiento, el abuso emocional o económico para controlar a la otra persona. De ser una víctima de violencia de género, sepa que puede conseguir ayuda al llamar al Sistema de Emergencia 9-1-1, al cuartel de la Policía más cercano o a la línea de emergencia de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al 787-722-2977 o al 1-800-981-7676.

La autora es consultora y experta en Desarrollo de Políticas Públicas de Género.