Una investigación publicada en el European Journal of Nutrition indica que ingerir entre 4 y 6 tazas de café cada día podría estar vinculado con una disminución en el riesgo de desarrollar fragilidad durante la tercera edad.

Seguimiento a adultos mayores durante siete años

El estudio analizó a lo largo de siete años a 1,161 personas de 55 años o más. El objetivo era establecer si existe una conexión entre el consumo habitual de café y la aparición o prevalencia de fragilidad en esta población. Para determinar dicha condición, se aplicó el fenotipo de fragilidad propuesto por Fried, el cual se basa en cinco componentes:

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  1. Pérdida de peso no intencional.
  2. Debilidad.
  3. Sensación de agotamiento.
  4. Velocidad reducida al caminar.
  5. Bajos niveles de actividad física.

Se consideró frágiles a quienes presentaron al menos tres de estos factores.

Este trabajo es el primero en centrarse directamente en cómo la ingesta de café se relaciona con estos elementos específicos de la fragilidad. Los resultados sugieren que quienes consumen de manera frecuente entre cuatro y seis tazas diarias presentan una menor probabilidad de ser diagnosticados con esta condición.

Un grupo de 50 alumnos, de Corozal y Toa Baja, recorrieron la Hacienda Moraica, en Orocovis, como parte del curso AgroEdu Barismo, programa de los departamentos de Agricultura y Educación.

Según los autores, este posible efecto protector del café estaría relacionado con los antioxidantes presentes en la bebida, que podrían desempeñar un rol importante en la disminución de la inflamación, la sarcopenia (es decir, la pérdida de masa muscular) y el deterioro muscular. Asimismo, se planteó que el café puede contribuir a la regulación de la sensibilidad a la insulina y al control en la absorción de glucosa en personas de edad avanzada.

La cantidad mencionada por los investigadores es consistente con lo establecido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), que considera que un consumo diario de hasta 400 mg de cafeína (lo que equivale a entre 3 y 5 tazas de café) representa una dosis moderada y segura para adultos.

“Beber café es parte esencial de la rutina diaria de muchas personas, y a medida que envejecen, buscan constantemente maneras de mantener su salud. Por lo tanto, el consumo de café puede promover un envejecimiento saludable, pero es importante que también exploremos otras intervenciones dietéticas para garantizar que las personas mayores puedan seguir disfrutando de una vida plena”, señaló Margreet R. Olthof, profesora asociada del Instituto de Investigación en Salud Pública de Ámsterdam y autora principal del estudio.

Los beneficios desconocidos del café

Adriana Carulla, nutricionista de Wong, señaló que en el pasado se atribuían efectos adversos al café debido a que los estudios solían asociarlo con el hábito de fumar, dado que ambas costumbres eran comunes en conjunto. No obstante, posteriormente se identificó que los perjuicios eran atribuibles al cigarrillo y no a la bebida.

“El café te aporta energía, pero no energía como tal proveniente del azúcar, sino por la cafeína. La cafeína tiene una acción muy parecida a la dopamina, entonces, te alegra, te activa. Por eso tantas personas se levantan y lo primero que hacen es consumir café en la mañana porque tiene un efecto muy placentero en el organismo”, comentó Carulla.

También se han descrito compuestos bioactivos presentes en el café que cumplen funciones de protección, especialmente en relación con el sistema nervioso. “Con relación a la memoria, al aprendizaje hay estudios científicos que comprueban que es muy beneficioso para ayudar a prevenir Alzheimer y Parkinson”, afirmó la especialista.

Carulla, quien cuenta con un doctorado en nutrición, explica que el café es fuente de antioxidantes como el ácido clorogénico, los cuales participan en la neutralización de radicales libres.

Además, mencionó que “un efecto reductor de la grasa” ha sido vinculado al consumo de cafeína. “Por eso que es muy usado también en deportistas, porque lo que hace es usar la grasa como energía en reemplazo del glucógeno. Eso te ayuda, por ejemplo, en deportes donde se requiere mucho más resistencia”, agregó.

Otro efecto que se ha documentado es su acción sobre el hígado y sobre el estado emocional. En cuanto al tipo de café, Carulla aconsejó optar por aquellos con menor nivel de tostado para obtener una mayor concentración de antioxidantes.

“El que tiene mayores propiedades es el que tiene menor tostado. A mayor tueste, el café pierde sus propiedades antioxidantes, entonces más suave de sabor de tostado va a ser mucho más beneficioso en relación también a la concentración de antioxidantes (...) En relación con el instantáneo o al café pasado, siempre va a ser mucho más saludable un café pasado”, reveló.