La mejor actividad para activar el cerebro y fortalecer la memoria, según un estudio
La memoria es mucho más que recordar fechas o nombres.

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La memoria va más allá de recordar fechas o nombres, pues es una herramienta fundamental para aprender, tomar decisiones y construir nuestra identidad. Con el paso del tiempo, es natural que algunas funciones cognitivas comiencen a dificultar las actividades diarias, lo que hace imprescindible cuidar tanto el cuerpo como la mente para mantener un buen estado general.
Aunque el ejercicio físico es reconocido por sus beneficios en la salud y el bienestar, es igualmente importante mantener el cerebro activo mediante actividades que estimulen sus capacidades. Leer, armar rompecabezas, aprender un nuevo idioma o cambiar pequeñas rutinas son algunas de las opciones que contribuyen a conservar la vitalidad mental. Entre ellas, una destaca por sus efectos sobre la memoria y las funciones cognitivas: el sudoku.
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¿En qué consiste y por qué es tan beneficioso?
El sudoku es un juego numérico que consiste en completar una cuadrícula de 81 casilleros, dividida en nueve subcuadrículas, con números del 1 al 9, sin repetir ninguno en la misma fila, columna o subcuadro. Esta actividad, simple y accesible, ha sido objeto de estudio por parte de expertos.
Un análisis publicado en 2020 bajo el título “Role of Prefrontal Cortex During Sudoku Task: fNIRS Study” y realizado por Patil Ashlesh, reveló que jugar al sudoku activa la corteza prefrontal, una región cerebral crucial para funciones como la memoria de trabajo, la planificación y la toma de decisiones. Esta área del cerebro suele ser una de las primeras afectadas en trastornos neuropsiquiátricos como el Alzheimer, por lo que estimularla podría tener un efecto preventivo.
Según el estudio, resolver sudoku no solo entretiene, sino que también entrena la mente para enfrentar con mayor agilidad los retos cotidianos. La práctica regular de este juego requiere lógica, memoria y concentración, cualidades que ayudan a mantener el cerebro en forma y podrían retrasar o amortiguar algunos síntomas del deterioro cognitivo.
Además, el sudoku ofrece beneficios para la salud mental relacionados con la reducción del estrés. Al concentrarse en completar la cuadrícula, las personas logran desconectarse temporalmente de las preocupaciones diarias, obteniendo un respiro mental. Esta inmersión en la tarea genera bienestar, ya que el cerebro libera dopamina al finalizar el juego, sustancia que produce sensación de recompensa y mejora el estado de ánimo.
No obstante, los expertos advierten que ni la memoria ni la salud mental dependen de una sola actividad ni existe una fórmula mágica para garantizarlas. La clave está en incorporar hábitos que mantengan el cerebro activo, representen un desafío constante y, preferentemente, resulten placenteros y divertidos.
Otros ejercicios buenos para la memoria
Además del sudoku, existen otros ejercicios recomendados para activar distintas áreas del cerebro y mejorar la memoria. Uno de ellos es el ejercicio de la memoria visual, que consiste en observar una imagen con varios elementos durante 30 segundos y luego intentar recordarlos sin volver a verla. Para aumentar la dificultad, se pueden identificar detalles específicos como colores, posiciones y formas. Esta práctica, que puede realizarse en compañía de amigos o familiares, no solo estimula la memoria a corto plazo, sino que también favorece la atención y la sociabilización.
Otro ejercicio beneficioso es escribir con la mano no dominante. Esta actividad ayuda a activar nuevas conexiones neuronales y mejora la coordinación entre los hemisferios cerebrales. Se recomienda iniciar con palabras simples y, progresivamente, avanzar hacia la redacción de oraciones completas. Desafiar al cerebro con actividades fuera de la zona de confort contribuye a un mejor desempeño cognitivo.
El ejercicio de memoria secuencial también es efectivo. Consiste en observar una serie de números, palabras o imágenes durante unos segundos y luego recordarlos en el mismo orden. Para incrementar la dificultad, se puede aumentar la cantidad de elementos o intentar recordarlos en orden inverso. Esta práctica fortalece la memoria de trabajo y la capacidad de retención, esenciales para la memoria a largo plazo.
Finalmente, modificar pequeñas rutinas diarias puede tener un impacto positivo en la salud cerebral. Cambiar hábitos como tomar un camino distinto al trabajo, cepillarse los dientes con la mano no dominante o reorganizar objetos en el hogar obliga al cerebro a adaptarse, estimulando la plasticidad cerebral y la creación de nuevas conexiones neuronales. Estos ajustes cotidianos representan una forma sencilla y eficaz de mantener la mente activa.