Probablemente, uno de los objetivos más comunes a nivel mundial, es la pérdida de peso, la cual no solamente es abordada desde una perspectiva estética, sino que también hoy en día, existe una mayor consciencia sobre la importancia de mantenernos saludables. Sin duda, es un proceso que requiere de mucho compromiso y disciplina, pues no se trata de dejar de comer para vernos más esbeltos, sino de adoptar hábitos que nos permitan llevar una alimentación más balanceada y una vida en la que nuestro bienestar prime sobre cualquier tendencia o canon de belleza.

Ciertamente, bajar de peso puede ser un desafío y para cada persona puede significar una experiencia completamente distinta, pues es un tema que puede verse influenciado por diversos factores, como el metabolismo, la respuesta hormonal, algunos problemas de salud subyacentes e incluso el entorno en el que uno se desenvuelve. Sin embargo, como refiere Karyn Reyna, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma, si observamos que nos cuesta perder peso, a pesar de diversos esfuerzos, es importante que analicemos nuestros hábitos, ya que algunas malas costumbres nos pueden hacer ganar varios kilos sin darnos cuenta.

¿Cuáles son los hábitos que nos hacen engordar?

Falta de planificación

De acuerdo con la nutricionista, la falta de planificación en las comidas puede llevarnos a optar por opciones poco saludables y rápidas. Por esta razón, realizar una lista de compras semanal o mensual de la comida es vital, puesto que nos permite adquirir los alimentos según el menú ya establecido y, así se mantiene un orden y se compra solo lo necesario. Es fundamental evitar los piqueos, bocadillos o dulces, que luego terminamos comiendo en el trabajo o cuando estamos viendo televisión.

Cenar muy tarde

Ingerir nuestra última comida del día muy tarde de forma regular puede suponer un problema, ya que el metabolismo trabaja más lento y se altera el ritmo circadiano. Además, algunas investigaciones sugieren que, comer a altas horas de la noche, no proporciona la misma saciedad que los alimentos consumidos durante el día. Por ello, como explica la especialista, si bien esta costumbre es consecuencia de la rutina y del turno laboral, es esencial tratar de cenar apenas llegamos a casa, de preferencia que no pase de las 8 de la noche. Lo más recomendable es que se consuman alimentos de fácil absorción y digestión, tales como una ensalada acompañada de una proteína o una sopa de verduras.

No masticar lo suficiente

Generalmente, comemos muy rápido y no trituramos correctamente los alimentos, por lo que, no le damos el tiempo suficiente al cerebro para que emita las señales de que estamos satisfechos. En definitiva, masticar adecuadamente es un aspecto importante y a menudo subestimado cuando se trata de la pérdida de peso; sin embargo, la acción de comer despacio nos ayuda a ingerir menos alimentos y a tener una buena digestión. Por este motivo, Reyna sugiere masticar de 15 a 20 veces cada bocado y que estos sean pequeños.

Comer viendo televisión o el celular

La alimentación es un acto complejo a nivel orgánico, por lo que, debemos tener todos nuestros sentidos alerta cuando nos sentamos a la mesa. Si distraemos nuestra mente con colores fuertes, como los de las pantallas, el cerebro deja de darle importancia a la comida y lo hace de forma mecánica, dejando de ser una alimentación consciente y vital, razón por la cual, después podemos tener hambre y terminar comiendo en exceso, indicó la profesional de la Clínica Ricardo Palma.

Abusar de las bebidas azucaradas

Definitivamente, uno de los mayores desafíos que conlleva la pérdida de peso, es dejar atrás los alimentos procesados y las bebidas azucaradas, por consiguiente, como recomienda la nutricionista, podemos bajar nuestro consumo de azúcar de forma gradual y progresiva. Por ejemplo, si solemos usar dos cucharaditas para endulzar el té, solo deberíamos ponerle una. Igualmente, es importante tener en cuenta que, el azúcar solo aporta calorías vacías al organismo, por lo que su ingesta no es necesaria.

Por último, debemos comprender que, la pérdida de peso exitosa no solo se trata de contar calorías, sino de poder identificar y cambiar hábitos poco saludables. Si adoptamos un enfoque equilibrado que incluya una dieta saludable, actividad física regular y hábitos más conscientes, será posible alcanzar nuestro objetivo. De igual manera, es crucial recordar que, siempre debemos consultar con un profesional en nutrición para obtener una orientación personalizada que nos encamine hacia una vida más saludable.