Si usted es de las personas que todos los días duerme “cinco minuticos más”, o tiene la costumbre de poner más de dos alarmas con 10 o más minutos entre cada una, tenga cuidado, pues esta práctica puede tener un impacto en su salud mental, física y afectar su desempeño en las actividades cotidianas.

Antes de oprimir el botón de su celular para retrasar el despertador, tenga en cuenta que al hacer eso, su cuerpo recibe señales confusas pues las reacciones internas que se producen tanto para dormir, como para despertar son diferentes.

Es por esto que cuando ya viene siendo hora de dejar la cama, el mismo cuerpo aumenta la temperatura corporal, el sueño se vuelve más ligero y se liberan algunas hormonas, que le proporcionan energía para empezar el día.

El doctor Joaquín Terán Santos, presidente de la Sociedad Española de Sueño (SES), le dijo a la ‘BBC’ que aunque no existe “una respuesta científica absoluta” sobre los posibles efectos adversos de posponer la alarma del despertador, se sabe que impacta en los ritmos biológicos del sueño.

En esta misma línea, el doctor Mundo Francisco Segarra, neuropsicólogo y experto en medicina del sueño, señala en al mismo medio que “el hecho de utilizar un despertador cada mañana ‘corta’ abruptamente el sueño y no es lo más recomendable”.

“Si además lo hacemos varias veces de forma repetida, empeoramos la situación”, agrega.

¿Qué pasa con el cerebro cuando pone varias alarmas?

Cuando toma la decisión de apagar la alarma para descansar un poco más, su cerebro comienza de nuevo su ciclo de sueño.

Y si lo hace varias veces, es probable que entre en una etapa más profunda, de manera que no se activan por completo los mecanismos adecuados para ponerlo en un estado de más alerta y esa somnolencia o aturdimiento se prolonguen en el día.

Es por esto que cuando se despierta después de posponer la alarma varias veces se siente más cansado o con más sueño que la primera vez.

“El mensaje que debería trasmitirse es que no es la forma ideal de empezar el día, ya que nuestro cuerpo organiza los ritmos circadianos de sueño y vigilia de forma gradual, nunca de forma brusca”, advierte el somnólogo Segarra.

Además, según el doctor Eduard Estivill, experto en medicina del sueño, consultado por la ‘BBC’, “el sueño que conseguimos entre los despertares no es nada reparador”.

“Cuanto más se rompe el sueño, peor es la calidad de descanso. Por lo tanto, el único consejo es que debemos dormir las horas necesarias. Es decir, ocho cada día. Todos los días de la semana”, afirmó.

Los efectos en su salud

“A nadie le cuesta despertarse si duerme 8 horas seguidas todos los días. Sólo les sucede a los que duermen menos de las horas necesarias”, explica Estivill.

Esa falta de sueño es lo que verdaderamente tiene impacto en su vida diaria.

Y no dormir bien puede tener efectos en su comportamiento y estado de ánimo y si es frecuente se acumula.

“De esta forma, nos sentimos más estresados, lo que conlleva más dificultades para concentrarse y lo hace sentirse más malhumorado e irritable. Además, cuando nuestro sistema inmunológico no funciona en su máxima capacidad, es más probable que se enferme, lo que aún puede contribuir más a una peor calidad en nuestro sueño”, señalan en un artículo de ‘Mundo psicólogos’.

A lo ya mencionado se le suma que despertar de esta forma puede auamentar el estrés, ya que los niveles de adrenalina se disparan por los sonidos abruptos de las alarmas, de acuerdo con el portal.

Por eso, procurar tener un horario para dormir estipulado y cumplir con las ocho horas es clave.

Sin embargo, si es un reto para usted despertarse con una sola alarma, lo recomendable es programar solo dos y con 20 minutos de diferencia.

Esto se basa en el conocimiento de que la fase REM del sueño (Sueño de movimientos oculares rápidos) es mucho más larga por la mañana y en el hecho de que el cambio de la fase no REM a la REM se da un plazo de unos 20 minutos.

Lo ideal es poner la primera alarma a bajo volumen si estamos en un sueño profundo, mientras que la segunda debe estar en un sonido habitual, recomienda ‘La Vanguardia’.