El mundo está a la expectativa del descubrimiento de una vacuna que logre darle a la humanidad una defensa contra el COVID-19 y que ponga freno a la pandemia.

Sin embargo, el dilema sobre su seguridad y cómo será administrada cobra protagonismo, mientras cientos de empresas internacionales continúan en carrera para dar con el resultado esperado.

Actualmente, existe un aproximado de 160 posibles vacunas bajo investigación a nivel mundial. Al momento, unas 38 de ellas están en su fase clínica, que es cuando salen del laboratorio y están siendo probadas en sujetos de investigación.

Las fases de la producción de una vacuna

La doctora Iris Cardona, subsecretaria del Departamento de Salud (DS) estableció el proceso establecido para la investigación de cualquier vacuna.

“En la fase 1 se prueba en pocas personas y lo que se busca es medir la seguridad. En la fase 2 se prueba en cientos de personas y se mide la inmunogenicidad y si la vacuna es capaz de provocar una respuesta inmunológica. También se sigue evaluando la seguridad. Si se pasan las fases 1 y 2, entonces, vamos a la fase 3 y ahí utilizamos a miles de sujetos de investigación (pacientes humanos). Es ahí cuando se estudia la eficacia, (es decir) si la respuesta inmunológica que produce se puede traducir en evitar la enfermedad que sea”, detalló la infectóloga pediátrica, quien agregó que también existe “una investigación de desarrollo acelerada donde están las fases 1 y 2 o fases 2 y 3 combinadas”.

Según Cardona, dos compañías farmacéuticas (Moderna, en Estados Unidos; y AstraZeneca, en Inglaterra) están en la delantera en sus investigaciones, aunque, recientemente, AstraZeneca tuvo ciertos inconvenientes con una persona que fue vacunada.

“Esa compañía tuvo que poner un alto porque hubo un paciente que recibió la vacuna y desarrolló una complicación neurológica, por lo que decidieron parar y ver cuál era ese efecto, determinarlo bien y estudiarlo. Afortunadamente, la persona salió muy bien, no fue una complicación mayor y ya le dieron el permiso para seguir con la investigación”, explicó la doctora.

Las vacunas de Rusia y China

No obstante, la subsecretaria del DS estableció que la aprobación de vacunas en países como Rusia y China no representa una ventaja en la lucha contra el COVID-19, ya que sus parámetros gubernamentales no son iguales que los de otros países del mundo.

“Lo que pasó en Rusia es que ellos brincaron de los resultados de fase 2, a probarla en cuerpos humanos y obviaron la fase 3 o hicieron un brinco de la fase 3 a utilizarla, pero no en la población general. En ambos países la están utilizando con los cuerpos militares. No necesariamente (están más adelantados) porque son entes de gobierno distintos, son leyes diferentes, son maneras distintas de ejecutar de un gobierno. No puedo asegurar que los chinos van a sacar la vacuna y que va a ser efectiva porque ellos brincaron la fase 3 y la están utilizando en militares. Ciertamente, habrá que esperar por los resultados. Pero, (en esos países) la vacuna no está disponible para la población general”, especificó la doctora Cardona.

Ciertamente, estos “avances” acrecientan más las presiones políticas que pueden existir en Estados Unidos para dar con la vacuna en territorio americano.

“Hay una intención del gobierno federal para que la vacuna esté disponible lo más pronto posible. Comentan que para noviembre o diciembre. Son presiones políticas que ocurren a nivel gubernamental en Estados Unidos, pero la realidad es que todas las compañías que han entrado en este proceso, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos —que tiene a su cargo la aprobación final—, se han comprometido a que, cuando la vacuna salga, es porque están claros en términos de la seguridad de esta. A diferencia de los gobiernos de Rusia y de China, que se tiraron de pecho sin tener la información completa”, afirmó la funcionaria.

¿Quiénes se vacunarán primero?

Mientras la comunidad científica continúa trabajando en sus investigaciones, los gobiernos se preparan para que, una vez salga la vacuna, se pueda comenzar con su distribución y administración.

“Se les ha pedido a todos los departamentos de salud de Estados Unidos y los territorios que se vayan preparando y diseñando un plan para que, cuando la vacuna esté realmente aprobada, tengamos una logística apropiada para vacunar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible”, sostuvo la funcionaria.

Una vez aprobada la vacuna, se determinarán cuántas dosis le corresponden a cada estado y territorio americano. Entonces, se recibirán las dosis aprobadas por fases. Para ese momento, es muy probable que se administre la vacuna, primeramente, al personal médico, luego a los trabajadores de la primera línea de respuesta y, en tercer lugar, a las personas mayores de edad y pacientes de alto riesgo.

“No es una decisión final, pero lo que han discutido el gobierno federal y los diferentes departamentos de salud es que tiene que protegerse primero a los que están en el frente de batalla, quienes trabajan en hospitales, salas de emergencia, laboratorios y personal sanitario”, enfatizó.

“Segundo, a todos los demás componentes de la primera línea de respuesta de emergencia: policías, militares, bomberos y personal del servicio de manejo de emergencias. Y, en la tercera etapa, la gente más vulnerable a complicaciones por coronavirus, que ya sabemos que son las de mayor edad. Después, entrarían las personas con enfermedades crónicas subyacentes que aumentan su riesgo de complicaciones si se enferman”, detalló Cardona.

Asimismo, la pediatra indicó que los estudios indicarán las especificaciones de la vacuna para su administración en el resto de la población, específicamente en el caso de los niños, las mujeres embarazadas y las personas con padecimientos de salud.

“Eso todavía es parte de la discusión y va a depender de los datos científicos que salgan”, dijo.

Al momento, se espera que la vacuna del COVID-19 sea gratuita para todos los puertorriqueños. Por otro lado, no se ha establecido si, eventualmente, su administración será obligatoria.

“Como ocurre con las demás vacunas, en este momento lo que se está contemplando es darle la información al paciente y el paciente decide si se vacuna o no, como hacemos, por ejemplo, con la vacuna contra la influenza. Eventualmente, tendremos que esperar hasta que la vacuna salga para ver si se determina que ciertas personas, como, por ejemplo, un trabajador de la salud debería estar vacunado”, expresó.

“Lo que sí puedo decir es que la investigación promete; que hay un compromiso de adelantar y hacer esto en el tiempo más corto posible y que nos estamos preparando para que, cuando esto ocurra, sea en noviembre o sea en mayo (2021), tener un plan de distribución y administración de la vacuna”, concluyó la infectóloga.