¿Olvida tomar agua en el día? Así impacta en su salud y cómo crear este hábito
Beber 2 litros al día mantiene la digestión, mejora la concentración y previene enfermedades.

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Mantenerse hidratado es esencial para el buen funcionamiento del organismo, pero en la práctica no siempre ocurre.
Muchas personas sustituyen el agua por café, refrescos o jugos y solo la buscan cuando la sed es intensa. Para ese momento el cuerpo ya experimenta señales de deshidratación leve como cansancio, dolor de cabeza, falta de concentración o resequedad en la piel.
No se trata de un detalle menor, ya que la ingesta insuficiente de agua afecta procesos básicos como la regulación de la temperatura, el transporte de nutrientes y el desempeño de órganos clave como los riñones.
Convertir la hidratación en un hábito diario es fundamental para la salud general.
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¿Cuánta agua es recomendable y qué consecuencias trae no hacerlo?
El agua constituye la mayor parte del cuerpo humano y su presencia es indispensable en funciones como la absorción de nutrientes, la lubricación de articulaciones, la eliminación de toxinas, la digestión y la circulación sanguínea.
De acuerdo con la doctora Mariana Laraguivel, “beber suficiente agua es fundamental para mantener estos procesos en equilibrio”.
Los especialistas recomiendan consumir en promedio dos litros de agua al día, acompañados de frutas y verduras que también aportan líquidos. Este hábito no solo mantiene un nivel adecuado de hidratación, sino que además ayuda a disminuir la ingesta de calorías cuando se sustituyen las bebidas azucaradas por agua natural.
Diversas guías internacionales de nutrición colocan al agua como la bebida de mayor beneficio para el organismo: no aporta calorías, contiene minerales y contribuye a prevenir problemas de sobrepeso.
La importancia de una buena hidratación abarca todas las etapas de la vida y distintos perfiles: niños, adultos, personas mayores, mujeres embarazadas y deportistas. No cumplir con este hábito de manera constante puede ocasionar fatiga, dificultades para concentrarse, alteraciones digestivas y una mayor vulnerabilidad a enfermedades.
Estrategias para crear el hábito de beber más agua
Quienes reconocen la necesidad de mejorar su hidratación, pero encuentran difícil mantener la constancia pueden apoyarse en soluciones sencillas que faciliten la ingesta diaria y la hagan más atractiva o práctica.
Estas son tres alternativas que responden a problemas comunes:
- Si el problema es el sabor: añadir rodajas de frutas naturales como limón, naranja o pepino al agua puede hacer que su consumo sea más agradable sin necesidad de añadir azúcar ni calorías. Esto es útil para quienes consideran que “el agua sola no les pasa”.
- Si lo que falla es el recordatorio: establecer alarmas en el celular o aplicaciones de seguimiento ayuda a tener presentes los momentos adecuados para hidratarse. Este método resulta eficaz para quienes suelen concentrarse en sus actividades y olvidan beber agua.
- Si la dificultad está en la cantidad: llevar una botella con capacidad de dos litros o con marcas de medición facilita cumplir con la recomendación diaria. De este modo, se puede controlar con claridad cuánto se ha tomado a lo largo del día.
En última instancia, más allá del método utilizado, lo importante es identificar la herramienta que mejor se adapte al estilo de vida de cada persona. Encontrar la opción adecuada puede marcar la diferencia entre seguir postergando la hidratación o convertirla en un hábito automático y sostenido.