El trastorno por déficit de atención-hiperactividad (TDAH) es una condición de desarrollo y conducta que se caracteriza por  la dificultad para prestar atención, inquietud excesiva e impulsividad.

Es la condición de salud mental más común en niños y adolescentes. Aproximadamente, de un 5 a 8 % de los niños y adolescentes padecen de TDAH, aunque puede ocurrir en personas de cualquier edad, ya que la condición muchas veces persiste hasta la adultez.

Si bien es cierto que cualquier niño puede distraerse con facilidad, no prestar atención, actuar de manera impulsiva o, a veces, ser hiperactivo, también lo es que el niño o adolescente que tiene TDAH muestra estos síntomas y este comportamiento de forma más frecuente y severa que otros niños de su misma edad o etapa de desarrollo. Esto les causa grandes dificultades en la escuela, en el hogar y en sus relaciones con los demás.

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Aunque no se sabe la causa exacta para el TDAH, se ha encontrado que está relacionado a factores hereditarios, problemas en algunas estructuras del cerebro, desbalances químicos, complicaciones en el embarazo o el parto y a influencias ambientales y culturales.

Síntomas:

* Dificultad para prestar atención o concentrarse.

* Falta de atención a los detalles, comete muchos errores por descuido.

* Parece que no escucha cuando se le habla.

* No sigue instrucciones, tiene dificultad para llevar a cabo varias órdenes a la vez.

* Pierde los materiales escolares, no termina las tareas.

* Dificultad para organizarse.

* Se distrae con facilidad.

* Es olvidadizo.

* Es inquieto, muestra dificultad para mantenerse sentado, siempre tiene que estar haciendo algo.

* Corre o trepa de manera excesiva.

* Dificultad para jugar tranquilo.

* Habla demasiado, interrumpe a los demás.

* No puede esperar su turno, es impaciente, contesta impulsivamente.

También pueden presentar estas otras características, aunque no son criterios para el diagnóstico de TDAH:

* Accidentes o lesiones no intencionales.

* Se frustran con facilidad.

* Perretas o rabietas.

* Problemas para dormir.

* Manifiestan que están “aburridos”.

* Son arriesgados, parecen no medir consecuencias de sus actos.

* Su conducta y concentración varían de acuerdo con la situación.

Es importante tratar esta condición a tiempo, ya que puede tener las siguientes consecuencias:

* Bajas notas, pobre aprovechamiento académico.

* Problemas de conducta.

* Dejar la escuela o ser expulsado de la misma.

* Tener menos amigos.

* Tristeza, baja autoestima.

* Accidentes de auto.

* Uso de alcohol y drogas.

* Actos delictivos, problemas legales.

Tres tipos básicos de tratamiento

1. Medicamentos: Varios medicamentos pueden ayudar. Los tipos más comunes se llaman estimulantes. Los medicamentos ayudan a los niños a concentrarse, aprender y estar tranquilos.

2. Terapia: Hay distintas clases de terapia. La terapia conductual puede ayudar a enseñar a los niños a controlar su comportamiento para que puedan desempeñarse mejor en la escuela y su casa.

3. Combinación de terapia y medicamentos: Muchos niños mejoran con una combinación de medicamentos y terapia.

¿Cómo ayudarlo? 

Brinda orientación y comprensión al niño. Un especialista puede indicarte cómo ayudar a tu hijo a realizar cambios positivos. El psiquiatra de niños y adolescentes es el profesional de salud mental adiestrado y capacitado para diagnosticar y tratar esta condición médica. 

Otras sugerencias para ayudar al niño

* Comunicarse regularmente con el profesor del niño.

* Mantener un horario diario constante, que incluya horas regulares para las tareas, las comidas y las actividades al aire libre. Haz cambios al horario con anticipación y no a última hora.

* Limita las distracciones en el ambiente del niño.

* Constata que el niño lleva una alimentación saludable y variada, alta en fibra y nutrientes básicos.

* Cerciórate de que el niño duerma lo suficiente.

* Elogia y premia el buen comportamiento.

* Mantén reglas claras y constantes para el niño.

No existe una prueba que por sí sola diagnostique el TDAH. Se necesita de una evaluación completa para diagnosticar esta condición y para descartar algún otro trastorno de salud mental.

Fuentes: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) y Archivo de GFR Media.