No cabe la más mínima duda: de un modo u otro, el sexo rige todos los aspectos de nuestras vidas. Pero no se trata solo de cuándo, cómo y por qué tener sexo, sino de saber administrar  nuestra capacidad sexual.

Bien usado, el sexo nos reanima y hasta ayuda a prolongar nuestras vidas; mal administrado...  hasta nos podemos enfermar. 

Por eso, precisamente, el psicólogo y astrólogo védico José N. García quiere ayudarnos a conocer más sobre la energía sexual y  las secreciones hormonales que se generan en el acto del coito, ya que son, según él los describe, “elementos muy poderosos” y tienen “tanto poder, que son capaces de producir una vida”. Más aún, por ello no debe asombrarnos el hecho de que “cada día que pasa, se pone más énfasis en la importancia del equilibrio (de las sustancias) hormonales para mantener la juventud”.

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Y juventud, en este sentido, no solo se refiere al organismo en general, sino también a los órganos reproductores.

Sabiduría milenaria

No es casualidad que “las escuelas orientales establecen que la longevidad está muy relacionada con la sexualidad”, apuntó García, quien tiene  conocimientos sobre “las escuelas de la medicina china, tibetana y ayurvédica”, entre otras.

Ahora bien, más allá de lo que las diversas escuelas de pensamiento nos puedan ilustrar sobre la sexualidad, la mayoría de la responsabilidad cae sobre nuestros hombros. “Si nosotros no utilizamos responsablemente nuestra energía sexual, no solo nos ponemos vulnerables, sino que se vuelve vulnerable nuestro sistema inmunológico y, al mismo tiempo, acortamos la vida. Existe una correlación entre nuestra energía sexual y nuestra creatividad”, advirtió el experto, a la vez que recalcó: “No estamos hablando de no usar (nuestra energía sexual), sino de usar responsablemente esas energías”.

García también mencionó que “las escuelas de yoga en la India establecen una relación entre la energía sexual y las capacidades paranormales”. O sea, que “para el desarrollo de ciertos poderes paranormales –telepatía, precognición, post cognición, simulcognición”–, incluso, para poder experimentar “fenómenos de efectos físicos, por ejemplo, la psicoquinesis (mover objetos con la mente), el uso responsable de la sexualidad es importante”. Por si fuera poco, “cuando conservas en forma responsable la energía sexual y aprendes a nutrirla, te mantienes más joven”.

¿Qué papel juega la astrología en todo esto?

Aprovechando que José N. García también es astrólogo, le preguntamos  si, en efecto, los astros tienen algo que ver con nuestra sexualidad. En otras palabras, ¿es cierto que unos signos son más fogosos en la cama que otros? Si uno es Sagitario con un ascendente en Géminis, ¿podrá eso tener alguna repercusión en nuestra actitud hacia el sexo?

De acuerdo con García, la respuesta es un “¡Sí!” rotundo. “Cada vez que el Sol y la Luna entran en conjunción (y se produce una) Luna nueva, es como si la pareja se uniera en un acto sexual. Y como eso ocurre 12 veces al año, el producto de esa unión crea un signo zodiacal”. Más aún, “el signo astrológico incluso determina la posición que se prefiere en el acto sexual”, especificó.

A continuación, el experto detalló cómo se manifiesta la sexualidad en nosotros, dependiendo del elemento que domine nuestro signo: de aire, tierra, fuego o agua. 

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