Decir que Gael Faure Hernández es un niño sobresaliente no basta con describir su ingenio. El niño trilingüe de tan solo 11 años ya completó un hito que muchos desearían alcanzar: es un autor cuya obra será incluida en los catálogos escolares para alumnos españoles.

El pasado lunes, 6 de mayo, el primer libro del niño- quien vive en Francia con su madre puertorriqueña, Bernice Hernández Ayala, y su padre franco-español, Yannick André Faure Artero- se publicó el libro de su autoría “El pez Charlie Koi”, texto que escribió cuando aún tenía nueve años.

“¿Qué cómo me siento publicando un libro siendo un niño? Pues, me siento feliz y muy bien, porque en cierto sentido quiero hacerles mostrar a los lectores jóvenes que los libros, pues, (son) para todo el mundo y ellos también pueden crear sus propias historias”, dijo a Primera Hora diplomáticamente y en un español perfecto, lenguaje que domina como un experto, así como el inglés y el francés.

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Claramente, leer y escribir siempre ha sido una pasión que abraza. Pero, no fue hasta que germinó la fascinación por los peces Koi al escuchar una conferencia de esta especie y cuando los observó en el Acuario de París que se inspiró a transmitir, mediante tinta y papel, los valores de la empatía, amistad y autosuperación utilizando este pez como protagonista de su historia.

Según detalló Gael, “El pez Charlie Koi” es la historia “de un pez que tiene que pasar por muchas situaciones hasta encontrarse con sí mismo”. El cuento, además, busca transmitir el valor de la amistad y el respeto mutuo, así como la aceptación y superación para tener relaciones pacíficas.

Fachada del libro "El pez Charlie Koi"
Fachada del libro "El pez Charlie Koi" (Suministrada)

“Yo diría que el mensaje es de aprender estos valores: la empatía, la amistad y, también, de superarnos a nosotros mismos”, reiteró el niño desde su casa en Francia, rodeado de libros de sus escritores preferidos, como Sonia Fernández Vidal, Roberto Santiago y Plumeri & Bloz, así como algunos firmados por el autor Michel-Yves Schmitt.

“Al ver que la motivación era la correcta, ¿pues cómo no íbamos a intentar apoyarlo con esto? Claro que sí. Entonces, para mí resultó fácil la idea de apoyarlo para ver si la historia tenía este potencial de ser publicada. Así que, sí me sorprendió el hecho de la intención que tenía detrás de esta idea”, narró su madre Bernice, quien es natural de Yabucoa.

Como es de esperarse, sus padres viven sumamente orgullosos de Gael y sorprendidos de la motivación innata que tuvo para ser una inspiración para sus homólogos para que se interesen en la lectura y que aprendan valores esenciales para la vida futura.

“(Estoy) sorprendida en cierto grado, pero más bien contenta y agradecida de ver que las motivaciones eran las correctas”, comentó la progenitora de Gael, quien también es licenciada en derecho comercial y desarrollo económico internacional.

“Para nosotros como padres, especialmente para mí como mamá, es realmente satisfactorio y me siento feliz de ver que mi hijo, a tan corta edad, pues tiene ese deseo de que su motivación principal para compartir esta historia sea para animar a otros niños (que) disfruten la lectura tanto como él. Yo creo que en el mundo en que vivimos hace falta escuchar buenas noticias, muchas más buenas noticias, porque a veces nos saturan las noticias negativas y yo creo que es importante de compartir cuando algo bonito nos sucede. Ver que mi hijo a tan pequeña edad ha logrado a integrar estos valores pues se siente muy bonito y no puedo más que sentirme agradecida y seguir trabajando para que mantenga esa misma ética y disciplina que es tan importante para llevarlo hasta la vida adulta, ser alguien de bien y alguien responsable”, agregó.

¿Qué si enfrentó algún reto? Más allá de descubrir cómo “plasmar mis ideas de los personajes en las imágenes” a través del ilustrador Damián, quien vive en Ecuador, Gael aseguró que realmente no existió escollo alguno para lograr esta gran hazaña.

Ahora, con la publicación de libro, se buscará la promoción en países latinoamericanos, mientras que estará en la venta en todas las librerías de España y de manera digital. Máxime, será opción en los catálogos escolares para que se utilice en escuelas y centros educativos en España.

“Quiero que mi hijo sea feliz, que haga todas las cosas con pasión e ilusión”, subrayó Yannick.

El talento de Gael no se limita a escribir, sino que disfruta todo lo que tenga que ver con la ciencia, como “averiguar más de dinosaurios”, observar fósiles, hacer experimentos, la astronomía, los agujeros negros y “construir cosas” con su papá. Sus horas libres también las ocupa tocando piano, guitarra y bailando flamenco.

“Siempre con la mente en Puerto Rico”

Aunque nació en París y reside en el país europeo, Gael le tiene un amor especial a Puerto Rico. Es tema de conversación en su escuela, lugar que elige investigar para sus proyectos escolares. Añora regresar a sus lugares favoritos de la isla, como El Yunque, y La Parguera. Hasta se aseguró que el coquí apareciera en las páginas del libro “El pez Charlie Koi”.

“Creo que también criar un hijo en la diáspora que tenga ese legado de transmitir tu cultura muchas veces es más difícil, porque siempre hay una cultura que va a prevalecer más que la otra, pero, pues, es triplemente más hermoso ver que, a pesar de que no vivimos en Puerto Rico y que no vivimos en España, mi hijo ha nacido aquí en París, ha abrazado tanto la lengua (del) español como la inglesa y la francesa y que las tres hacen parte de su ADN”, puntualizó Bernice.

Gael Faure Hernández
Gael Faure Hernández (Suministrada)

Acorde a lo descrito por Bernice, Gael es “producto de ese viaje de ilusión” de su gran deseo de conocer a Europa, porque, así como muchos puertorriqueños, siempre anheló pisar el continente y conocer sus maravillas.

Finalmente cumplió su sueño y llegó a Francia con un primo y una amiga. En ese viaje, conoció a Yannick. Cuatro años después, se casaron en Puerto Rico en el 2005. Desde ese año, Bernice reside en Francia, lo que hoy cataloga como su “segundo hogar”.

“Es como la historia de tantos otros boricuas que actualmente están en la diáspora y que también, como yo, han hecho de Francia su segundo hogar y de que están también criando hijitos por acá por Francia. Estamos intentando, luchando de que siempre se mantenga esa conexión con nuestra isla que tanta falta nos hace y que tanto extrañamos. Siempre con la mente en Puerto Rico, a pesar de que físicamente estamos aquí. Nuestra isla nos hace mucha falta”, sostuvo.