Concienciar sobre la correlación demostrada en múltiples estudios entre el uso de agrotóxicos aplicados a las semillas transgénicas en la agricultura y el deterioro de la salud en las poblaciones humanas es parte del objetivo de la organización multisectorial Nada santo sobre Monsanto en la marcha que se realiza este sábado en varios países del mundo contra la multinacional Monsanto, explicó hoy, jueves, uno de los portavoces en la Isla, Salvador Tió.

El colectivo se opone a la expansión del modelo agroindustrial que promueve la manipulación genética en las semillas y el uso de herbicidas con tóxicos que incluyen el glifosato, un componente químico cuyo uso ya ha sido prohibido en varias regiones del planeta por su efecto nocivo en la salud de los seres humanos. 

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Tió, abogado y miembro de la organización, destacó que el glifosato “es una especie de primo del agente naranja, que tiene mucha potencia y el efecto que tiene es que mata los nutrientes de la tierra, mata todas las plantas y lo único que no mata es la planta que ha sido genéticamente modificada para resistirlo”.

Dijo que hay una correlación del 99% entre el aumento en el uso del glifosato y el aumento en los padecimientos de Alzheimer, cáncer, problemas intestinales, fallos renales y autismo.

Precisó, además, que en Puerto Rico hay 11 compañías semilleras y productoras de agrotóxicos, que incluyen a Syngenta, Basf, Bayer, Dow Agrosciences, Pioneer, siendo Monsanto la que más abarca.

Nada santo sobre Monsanto ha enfatizado en su apoyo al proyecto presentado por los senadores María de Lourdes Santiago y Larry Seilhamer, a los fines de requerir que los alimentos procesados desde semillas transgénicas y contaminados con glifosato lo adviertan en sus etiquetas.

Respaldan, además, el proyecto del Senado 1399, también de la autoría de Santiago, para prohibir el uso del glifosato para fines no agrícolas.

Tió consideró que este último proyecto “es necesario, ya que municipios, agencias y otras entidades gubernamentales y contratistas rocías este veneno en áreas residenciales, concurrentes y comunes”, muchas veces para desyerbar a la orilla de la carretera.

Mientras, la senadora manifestó que “es importante que el estado asuma una posición clara ante los señalamientos abundantes de que el glifosato es una sustancia potencialmente muy peligrosa”. De hecho, el pasado 20 de marzo, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno” para los seres humanos.

En este contexto, la Tercera Edición Puertorriqueña de la Marcha Mundial contra Monsanto se realizará este sábado, 23 de mayo, a las 10:00 a.m., desde el edificio de Ciencias Moleculares de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, hasta la Plaza de La Convalecencia.

Monsanto se defiende

La empresa Monsanto reaccionó a la convocatoria de manifestación en su contra por la manipulación genética en semillas y uso de herbicidas con glifosato con una declaración en la que establece el orgullo de sus empleados en el trabajo que consideran es de ayuda para los agricultores para producir comidas balanceadas y accesibles. 

En comunicación escrita, la multinacional asegura que las semillas genéticamente modificadas han sido investigadas más que cualquier otra en la historia de la agricultura “sin evidencia de daño a los seres humanos o animales”. 

“Los organismos reguladores, organizaciones científicas y las principales asociaciones de salud en todo el mundo están de acuerdo en que los alimentos GM son tan seguros como cualquier otro alimento”, establece.

Sobre los esfuerzos de etiquetación de alimentos, contenidos en el proyecto de Seilhamer y Santiago, añade que apoya esta voluntad para facilitar las opciones de consumo informadas.

Mientras, responde a los señalamientos sobre la nocividad del glifosato al indicar que los herbicidas que los contienen “son avalados por una de las bases de datos más extensas sobre la salud humana, la seguridad y el medio ambiente jamás compiladas en todo el mundo para un producto pesticida”. 

“Estudios toxicológicos exhaustivos repetidos en los últimos 40 años han demostrado, una y otra vez, que el glifosato no representa ningún riesgo irrazonable a las personas, el medio ambiente o los animales domésticos cuando se utiliza según las indicaciones en la etiqueta”, se puntualiza.

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