Nueva York. El petróleo de Texas perdió casi un 11 % de valor en 2023, su primer año negativo desde el 2020 de la pandemia de covid-19, sujeto a factores volátiles pero, sobre todo, a las dudas de que la demanda pueda absorber una producción incontenida.

El Texas cerró este viernes en 71.65 dólares y sin haber alcanzado los 100 dólares que algunos analistas anticipaban, aunque llegó a un pico de 95 dólares a finales de septiembre por el temor a una oferta demasiado reducida fruto de los recortes de producción de Arabia Saudí y Rusia.

Entre los factores de movimiento del año se encuentran esos recortes de los grandes productores de la OPEP+, que han ejercido presión alcista, pero también la producción récord de países externos al cártel, como Brasil, Guyana y EE.UU., que han inundado el mercado.

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EE.UU. produjo solo la semana pasada unos 13 millones de barriles diarios, y es responsable de la mayor parte del crecimiento de la producción del conjunto de países ajenos a la OPEP, lo que está propiciando un giro en la cuota de suministro, antes dominada por Oriente Medio.

La OPEP se comprometió en noviembre a recortar la producción del oro negro en 2.2 millones de barriles diarios en el primer trimestre de 2024, pero algunos analistas no confían en que su política logre equilibrar el mercado.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que en 2024 la oferta de petróleo crezca notablemente, sobre todo en Estados Unidos, frente a una reducción de la demanda a la mitad.

Los factores geopolíticos también han influido en el precio: tras los ataques del brazo armado del grupo islamista Hamás contra Israel el 7 de octubre, el Texas tuvo una subida de corto recorrido, pero ha bajado casi un 21 % en el último trimestre del año, en paralelo a una ofensiva israelí contra los territorios palestinos que aún continúa.

Los inversores “han empezado a centrarse en el riesgo de que haya un suministro excesivo en los mercados de petróleo el próximo año, y una demanda insuficiente”, dijo el analista Marios Hadjikyriacos, de la firma XM, hoy en una nota.

Las medidas de la Reserva Federal para controlar la inflación, que parece acercarse a su objetivo del 2 % en EE.UU., han tenido un efecto también en el valor del dólar y, por ende, en el mercado de crudo, por lo que en las próximas semanas podría cambiar el panorama.

“Con los mercados asumiendo tantos recortes de los tipos, eso podría impulsar la economía global el próximo año y, por extensión, la demanda”, comentó en una nota reciente el analista Craig Erlam, de la firma Oanda.