Panamá.- Con un cordial apretón de manos vespertino, el presidente Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro se dirigieron el viernes a una innovadora reunión al margen de la Cumbre de las Américas en lo que sería una excepcional demostración de reconciliación entre dos naciones.

El poderoso simbolismo de un trascendental intercambio hoy entre los mandatarios con la directiva del Hemisferio Occidental en torno a ellos podría ser una señal de progreso. Ambas partes siguen trabajando en asuntos espinosos que derivarían a la apertura de embajadas en Washington y La Habana, la primera etapa de una nueva relación diplomática.

Las primeras pistas visuales de una mejora en la relación —al menos entre líderes— se presentaron el viernes por la tarde mientras Obama y Castro llegaban al centro de convenciones de la ciudad de Panamá para la ceremonia de inauguración de la cumbre. Un reportero de un canal de televisión de Venezuela publicó un video en internet en que se ve a ambos saludándose tranquilamente con varios apretones de mano y una breve charla, ante la mirada del secretario de la ONU, Ban Ki-Moon, y del ministro cubano del Exterior Bruno Rodríguez.

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La Casa Blanca indicó que la interacción fue de carácter informal y señaló que no sostuvieron una conversación sustancial. Se espera que los dos mandatarios tengan un diálogo más extenso el sábado —la primera conversación extensa entre los líderes de Estados Unidos y Cuba en más de 50 años.

Obama, durante su discurso en una reunión ante grupos de la sociedad civil, dijo que las medidas para poner fin a las relaciones hostiles entre ambas naciones es un triunfo para el pueblo cubano.

"Mientras Estados Unidos inicia un nuevo capítulo en nuestras relaciones con Cuba, esperamos que éstas generen un ambiente que mejore la vida del pueblo cubano", dijo a los presentes, entre quienes se encontraban disidentes cubanos. "No porque sea impuesta por nosotros, Estados Unidos, sino por medio del talento y el ingenio y las aspiraciones, y las conversaciones entre cubanos de todos los estamentos sociales a fin de que puedan decidir cuál es el mejor camino para su prosperidad".

La inédita Cumbre de las Américas se inauguró el viernes con llamados coincidentes de acudir al diálogo para resolver diferencias, a buscar la paz y a solucionar conflictos en el hemisferio, en una ceremonia en que Cuba está presente por primera vez.

Al abrir el foro de mandatarios, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, dijo que "el gran reto que tendremos en estos días, es dejando las diferencias coyunturales a un lado, buscar los puntos de convergencia que nos permitan luchar unidos contra la desigualdad, la falta de oportunidades y la delincuencia, para así dejarle a las futuras generaciones una América unida, segura y próspera".

También destacó los diálogos de paz que el gobierno de Colombia realiza con la guerrilla de las FARC y dijo que era un modelo de paz para la región.

En el mismo sentido se expresó Ban Ki-Moon, con quien coincidió el secretario saliente de la OEA, José Miguel Insulza.

"Esta cumbre de Panamá tiene un contenido tan especial porque es la primera vez que se reúne en torno a una mesa los 35 jefes de estado", manifestó Insulza. "Siento gran alegría por el momento histórico, y esto se realiza en medio de un escenario también histórico por las negociaciones de paz en Colombia y el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba".

Un mensaje del papa Francisco, enviado al anfitrión de la cita hemisférica, dio comienzo al acto en el centro de convenciones Atlapa, abordando la misma necesidad de paz y de solución de los conflictos de manera no violenta.

"Es un deseo finalmente cumplido por muchos en la región", expresó Un mensaje del papa Francisco, enviado al anfitrión de la cita hemisférica, dio comienzo al acto en el centro de convenciones Atlapa, después de que el anfitrión Juan Carlos Varela recibió uno a uno a los gobernantes.

"Me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento para que el diálogo sincero logre esa mutua colaboración y sumo esfuerzo y supere diferencias en el camino hacia el bien común", decía el mensaje del pontífice leído por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín.

Es la primera vez que la Santa Sede envía a un enviado a la reunión continental. Francisco tiene afinidad con el hemisferio, pues es el primer papa latinoamericano de la historia.

Esta cumbre marca la primera participación de Cuba y la precede un fuerte interés en lo que haga el líder de la isla comunista Raúl Castro y el presidente Barack Obama, meses después del anuncio histórico de restablecer relaciones entre los dos países tras medio siglo de desavenencia, un hecho que se celebró en la apertura.

Obama y Castro se saludaron y estrecharon la mano en la inauguración, un momento que fue capturado en video por Telesur, la cadena estatal de televisión venezolana.

Varela pregonó en su discurso que la cita marca el "inicio de una nueva etapa en las relaciones del hemisferio basado en el respeto de los diferentes sistemas de gobierno".

Más temprano, la Casa Blanca informó que el presidente Obama y Castro "se verán" el sábado, aunque al momento, no hay planeada una reunión oficial a una hora específica entre los mandatarios, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama.

Pero Rhodes afirmó que las autoridades sí anticipan que los dos mandatarios tendrán la oportunidad de "verse" y hablarán el sábado, el segundo y último día de la Cumbre de las Américas.

Obama y Castro hablaron por teléfono el miércoles antes que el mandatario estadounidense saliera de Washington con destino a Jamaica.

Los reflectores también se enfocarán en el mandatario venezolano Nicolás Maduro, quien llegó a Panamá en medio de un recrudecimiento de las tensiones con Estados Unidos, después de que el gobierno de Obama decretase sanciones y declarara a la nación petrolera una amenaza para la seguridad estadounidense. El líder venezolano ha anticipado que entregará a su par norteamericano una lista con millones de firmas de compatriotas que piden el cese de esa medida, cuestionada por otros gobiernos en la región.

Poco antes de que la cumbre fuese inaugurada, se clausuró un foro de la sociedad civil que dio más que hablar por las protestas y abandonos que protagonizaron grupos de simpatizantes al gobierno cubano por la presencia de disidentes de la isla en el evento. Ni la presencia en el cierre de Obama cambió las cosas, pues los participantes afines al gobierno cubano se marcharon.

"Hemos tomado esta decisión después de reflexionar colectivamente acerca del escenario que se ha diseñado en el Foro de la Sociedad Civil para forzarnos a compartir con mercenarios pagados desde el exterior con el propósito de subvertir el sistema político y social del país", expresó una declaración leída por Rosa María Pérez, miembro del grupo de personas simpatizante del gobierno.

"Por respeto al Presidente anfitrión y a los demás mandatarios, incluido el presidente Obama, la delegación de la auténtica sociedad civil cubana ha preferido no participar en el encuentro referido".

Otros líderes también llegaron a lo suyo, con encuentros entre sí y con académicos, presidentes de empresas, jefes de las organizaciones no gubernamentales y grupos de la sociedad civil.

Peña Nieto se reunió con Juan Manuel Santos de Colombia y Ollanta Humala de Perú, las naciones de América del Sur que son las dos mayores fuentes de hoja de coca, la materia prima de la cocaína, y un importante corredor de tránsito para las drogas hacia Norteamérica.

Los presidentes del "Triángulo norte" de Centroamérica — Guatemala, El Salvador y Honduras — pidieron a las Naciones Unidas apoyo para un plan de seguridad y desarrollo que también tiene como objetivo reducir la emigración desde esos países plagadas de violencia hacia los Estados Unidos.

Apenas se bajó del avión que lo trajo a Panamá, Maduro la emprendió contra Estados Unidos. Criticó la política exterior de Estados Unidos, desde un monumento a las víctimas de la invasión estadounidense a ese país en 1989.

El monumento está en El Chorrillo, un barrio pobre del centro de la capital panameña donde se libraron algunos de los combates más fuertes durante la invasión.

Trinidad Ayola perdió a su esposo en los combates. Tratando de contener las lágrimas, Ayola dijo que no es la primera vez que un jefe de estado, extranjero o panameño, visita el sencillo monumento en las dos décadas desde que se levantó. Ella y otros quieren que el presidente estadounidense Barack Obama se disculpe por los muertos panameños, que se calculan entre 500 y 4.000.

Las tensiones entre Washington y Caracas han aumentado en semanas recientes debido a la sanciones, en momentos que Obama y Raúl Castro, un aliado clave de Castro, avanzan hacia la reanudación de relaciones diplomáticas.

Maduro también escuchará, aunque no necesariamente dentro de las deliberaciones con sus pares del hemisferio, exigencias de críticos y opositores a su gobierno para que libere a presos políticos y asegure unos comicios parlamentarios libres y transparentes este año.

Los líderes discutirán en Panamá sobre prosperidad y equidad y cómo impulsar la cooperación para ayudar a mejor la vida de los pobres en el hemisferio.

De acuerdo con organismos de las Naciones Unidas, en América Latina y el Caribe persisten alrededor de 167 millones de pobres, a pesar de los avances que ha tenido la región en ese asunto y al crecimiento económico que evidenció la zona en la última década. Simultáneo a la cita presidencial, grupos populares, sindicales e indígenas realizan sus propias cumbres, en las que esperan la asistencia de algunos de los líderes socialistas de la región como Evo Morales.