Las posibilidades son alarmantes: un nuevo brote de ébola, SARS o sida. Incluso antes que pueda controlarse la epidemia de ébola en Africa Occidental, las autoridades de salud pública se preparan para la nueva amenaza.

"Es urgente que controlemos los puntos vulnerables en el mundo", dijo a Prensa Asociada el doctor Tom Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). "El ébola es un recordatorio poderoso de que nos puede afectar una amenaza a la salud en cualquier sitio".

El ébola surgió en uno de esos puntos débiles, una zona que carece de un sistema de salud lo suficientemente desarrollado para detectar un brote antes que desemboque en una crisis. Ahora el gobierno de Barack Obama solicitó 600 millones de dólares para el CDC con el fin de implementar lo que llama la Agenda para la Seguridad de la Salud Mundial, en colaboración con una coalición internacional, para perfeccionar la detección de enfermedades en países de alto riesgo y tratar de prevenir el próximo contagio.

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Hay pocas dudas de que surgirá otra amenaza. En los últimos años el mundo ha padecido la gripe aviar en el sudeste del Asia, la mortífera enfermedad respiratoria SARS en China, la pandemia de gripe en el 2009, la amenaza creciente de gérmenes resistentes a los antibióticos y una cepa de SARS en el Medio Oriente llamada MERS.

¿Qué sucederá si el próximo virus cruza las fronteras con mayor facilidad que el ébola?

Si la gripe aviar llega a mutar y se contagia entre los seres humanos será un desastre; "en comparación el ébola será un juego de niños", advirtió el senador demócrata Tom Harkin a la Comisión de Asignaciones del Senado, al preguntarse si 600 millones de dólares serían suficientes.

Después de todo, menos del 20% de las naciones han reportado haber cumplido los requerimientos de la Organización Mundial de la Salud de estar preparadas para las amenazas infecciosas emergentes.

El gobierno de Obama lanzó el proyecto en febrero durante una reunión en la Casa Blanca con representantes de más de dos docenas de países, antes que se supiera que el ébola se estaba incubando en Guinea. Otras naciones se sumaron durante reuniones posteriores en Finlandia e Indonesia, y nuevamente en la Casa Blanca en septiembre.

Como su aporte a la colaboración internacional, Estados Unidos se propone asistir a por lo menos 30 países en el próximo lustro para mejorar los sistemas de prevención y vigilancia de enfermedades locales, perfeccionar el diagnóstico de patógenos y afianzar la respuesta de emergencia a los brotes de enfermedades.

El científico Jeff Borchert ejemplificó el caso de Uganda, donde en 2010 la falta de un buen sistema de laboratorios fue motivo de que demorara nada menos que 40 días determinar que un brote misterioso era fiebre amarilla.

El año pasado, el CDC inició un proyecto piloto para mejorar la detección de enfermedades en Uganda como parte de un programa que examinó bebés nacidos de madres con el virus del sida. Ahora, en una porción más grande del país, los mensajeros llevan en motocicletas muestras de pacientes a las capitales provinciales, donde son despachadas en 24 horas a un laboratorio central que puede detectar una numerosas enfermedades. El Ministerio de Salud también estableció un centro de operaciones de emergencia para vigilar posibles brotes.

En marzo, el nuevo sistema de Uganda comenzó a rendir frutos, dijo Borchert, cuando el país enfrentó un brote de casi 200 casos de meningitis. Y el mes pasado, funcionarios ugandeses rastrearon rápidamente los contactos de un trabajador de la salud que murió del virus de Marburgo, vinculado al ébola, un caso que no llegó a propagarse.

El CDC ha capacitado a trabajadores de la salud en varios países para que hagan las veces de investigadores médicos, pero la colaboración internacional debe ser más amplia. Incluso después de recibir nuevos fondos, el CDC inició pequeños proyectos en países como India, Tailandia, Jordania, Vietnam y Georgia para ampliar la capacidad de lucha contra los brotes.

Pero entonces llegó el ébola. Mientras el brote interrumpió el trabajo para reforzar la seguridad de salud mundial, a la vez aumentó la toma de conciencia sobre los efectos que puede tener sobre un país no preparado.

El CDC ampliará su trabajo específico con el ébola, como la capacitación de respuesta rápida para investigar casos, "a fin de que estén mejor preparados para detectar y responder no solamente al ébola sino también a otros patógenos", afirmó el doctor Jordan Tappero, director de protección de la salud mundial en el CDC. "Nuestra intención es quedarnos allí a largo plazo para crear esa capacidad"-