Empresario estadounidense se dejó ‘manipular’ por ChatGPT y terminó asesinando a su madre
La aplicación se había convertido en ‘su mejor amigo’.

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Las autoridades de Greenwich informaron que las dos personas fueron halladas muertas en la vivienda familiar a comienzos de agosto.
Un hombre de 56 años fue encontrado muerto junto a su madre de 83 años en su casa de Old Greenwich, en Connecticut. En los meses previos ha circulado en redes material atribuido al hombre que muestra intercambios con un chatbot —al que en esos registros se le atribuye el nombre ‘Bobby’—.
Las autoridades de Greenwich informaron que las dos personas —identificadas como Stein-Erik Soelberg, 56 años, y su madre, Suzanne Eberson Adams, 83— fueron halladas muertas en la vivienda familiar a comienzos de agosto; la escena ha sido tratada por la policía como un aparente asesinato.
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Las investigaciones han consignado antecedentes personales del hombre: episodios públicos vinculados al consumo de alcohol, problemas de salud mental y registros de conductas autodestructivas en años recientes. Esos elementos aparecen en la indagación como contexto relevante para entender el caso, sin que ello implique una sola causa determinante.
Los problemas que tenía el hombre antes del hecho
Los relatos que han sido parte de la investigación identifican antecedentes de salud mental y otros incidentes en la vida del hombre, así como conflictos personales documentados en años recientes. La pesquisa sigue en curso y corresponde a las autoridades forenses y policiales precisar la secuencia de hechos y las circunstancias que derivaron en la tragedia.
No se ha atribuido causalidad única a la tecnología. Hasta el momento no existe una confirmación pública de que las autoridades hayan establecido forense o judicialmente que el uso de un chatbot fuera la causa del suceso.
Cualquier análisis acerca del papel de estas herramientas digitales en procesos de vulnerabilidad corresponde a estudios clínicos y sociales, no a conclusiones provisionales de la investigación penal en curso.
OpenAI ha señalado que, en términos generales, sus sistemas están diseñados para derivar a recursos de ayuda cuando se detecta lenguaje asociado a crisis emocionales, y la compañía comunica periódicamente mejoras en sus protocolos. No hay, sin embargo, un pronunciamiento público de la empresa que vincule oficialmente sus sistemas con este expediente particular en Greenwich.
El hallazgo ha generado conmoción no solo en la comunidad de Old Greenwich, donde ambos eran conocidos, sino también en la conversación pública sobre el papel de herramientas conversacionales en la vida cotidiana. La imagen de una persona que buscó interlocución en un sistema de ese tipo y que lo nombró de manera afectiva pone en evidencia cómo la soledad y la fragilidad emocional pueden aparecer en relatos personales que terminan en tragedia.
Para muchos, el caso abrió un debate incómodo: mientras la tecnología está diseñada para asistir, informar o acompañar en tareas prácticas, la relación emocional que algunos usuarios establecen con estas herramientas puede ser intensa y difícil de medir en términos clínicos.
La tragedia deja preguntas abiertas sobre los límites entre apoyo digital y compañía real. La investigación oficial deberá establecer responsabilidades y determinar las causas precisas del hecho.