Las autoridades federales de salud están recomendando ponerle fin a la prohibición nacional de donaciones de sangre por hombres homosexuales y bisexuales, una política de 31 años de edad, que muchos grupos médicos y activistas aseguran que ya no se justifica.

La Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) dijo el martes que favorece la sustitución de la prohibición general con una nueva política de restricción de las donaciones de los hombres que han tenido sexo gay en el año anterior. Funcionarios de la FDA dijeron que la política es apoyada por la investigación y que pondría a Estados Unidos al mismo nivel de países, como Australia, Japón y el Reino Unido.

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La prohibición de por vida contra los donantes homosexuales se remonta a los primeros años de la crisis del SIDA y estaba destinada a proteger el suministro de sangre de lo que era una enfermedad, que para entonces se entendía muy poco. Sin embargo, muchos grupos médicos, incluyendo la Asociación Médica de Estados Unidos, dicen que la política ya no es apoyado por la ciencia, dado a los avances en la prueba del VIH. Activistas homosexuales mencionan que la suspensión de por vida es discriminatoria y perpetúa estereotipos negativos de los hombres homosexuales.

La agencia  recomendará el cambio en un proyecto de directrices a principios del próximo año y pasará a finalizarlo luego de tomar en consideración los comentarios del público.

El  Dr. Peter Parks de la FDA se negó a dar un plazo para completar el proceso, pero dijo, "nos comprometemos a trabajar lo antes posible sobre esta cuestión."

Todas las donaciones de sangre son examinados para detectar VIH, sin embargo, la prueba sólo detecta el virus después de que ha estado en el torrente sanguíneo aproximadamente 10 días. Eso permite una breve ventana cuando el virus que causa el SIDA puede pasar desapercibida.

Según cifras del gobierno, los hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres representan alrededor del 2 por ciento de la población de Estados Unidos, sin embargo, representan al menos el 62 por ciento de todas las nuevas infecciones por VIH en Estados Unidos.