El presidente estadounidense, Donald J. Trump continúa su intención de aprobar un Plan Fiscal que incluya exenciones contributivas y que además, cumpla con su promesa de campaña de reducir el gasto público. Esas promesas provocarán cambios en agencias, departamentos y dependencias gubernamentales como el Seguro Social.

Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente incluyó al Seguro Social entre las agencias que estaban siendo escrutadas y que bajo el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) sufrirían cambios. A inicios de este 2025, la administración del Seguro Social anunció algunas movidas, entre ellas el cierre de la Oficina de Derechos Civiles e Igualdad de Oportunidades y la intención que reducir su fuerza laboral hasta tener unos 50,000 empleados de los 57,000 que había, lo que representó unos 7,000 trabajadores menos.

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Pero los cambios no paran ahí.

El Plan Fiscal del presidente estadounidense, con el que piensa hacer a “Estados Unidos grande otra vez”, incluye una medida que aunque puede ser atractiva para los beneficiarios, también podría poner en riesgo el programa.

Con este proyecto se plantea la posibilidad de eliminar gran parte de las deducciones sobre el Seguro Social, es decir, que los beneficiarios no paguen impuestos por el dinero que reciben.

“Esta provisión da una deducción de $4,000 a personas de 65 años o más con un ingreso bruto ajustado que no exceda $75,000 en el caso de los individuos y $150,000 en el de las parejas que declaran conjuntamente”, dice el proyecto de ley.

Aunque la medida podría resultar en más dinero en el bolsillo de los beneficiarios, ha levantado cuestionamientos sobre la posibilidad de que ponga en riesgo el mismo programa provocando que haya menos fondos disponibles para sostenerlo a largo plazo.

En esa línea, la propia Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) estima que el Seguro Social tendrá un déficit de 3.3 billones de dólares durante la próxima década. Los impuestos sobre los beneficios aportarían 1.1 billones de dólares en ingresos durante ese período, según una comunicación de la CBO que cita USA Today.

Pese a las advertencias, Trump buscará convertir estas medidas en ley el próximo 4 de julio, cuando se celebra la independencia estadounidense.

Actualmente, este proyecto ya pasó el crisol de la Cámara de Representantes federal y se dirige al Senado de Estados Unidos para ser evaluado.

El jueves, Trump celebró el avance de su plan y pidió al Senado que se “ponga manos a la obra y envíen este proyecto de ley a mi escritorio LO ANTES POSIBLE! No hay tiempo que perder”.