Santa Fe, Nuevo México. Cuadrillas de trabajadores retiraron ayer la estatua de un gobernador español de un parque de la ciudad de Santa Fe, Nuevo México, y se tiene prevista la remoción de otras dos, en momentos en los que se han retirado monumentos de figuras históricas a lo largo y ancho de Estados Unidos.

La estatua de Don Diego de Vargas fue retirada antes de que se realizara un mitín en Santa Fe organizado por defensores de los indígenas, quienes han criticado esas y otras referencias a los conquistadores españoles que se asentaron en la zona y a las fuerzas del gobierno estadounidense que posteriormente oprimieron a los pueblos nativos norteamericanos.

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Al solicitar la remoción de la estatua y de las otras dos figuras históricas, el alcalde Alan Webber también prometió revivir una comisión que evaluará todas las estatuas y monumentos de Santa Fe y ayudará a determinar su destino.

“Creo que ha llegado el momento de dar un paso adelante y caminar hacia el futuro y tomar una acción decisiva”, dijo Webber en Facebook. “Pero dejar las cosas como están no es una opción”, añadió.

Unos pocos cientos de personas se reunieron en la plaza del centro histórico de Santa Fe ayer por la tarde para el mitín en el que celebraron la decisión de Webber. Dos hombres del poblado Ohkay Owingeh comenzaron el evento con una canción de tambores.

De Vargas lideró lo que algunos libros de historia llaman un reasentamiento pacífico en Santa Fe en 1692, una docena de años después de que los españoles fueron expulsados del norte de Nuevo México durante la rebelión indígena. Muchos pueblos indígenas alegan que De Vargas esclavizó a sus ancestros y dirigió una campaña genocida contra los nativos norteamericanos.