El presidente Donald Trump dijo el lunes a legisladores israelíes que su país ya no tenía nada más que lograr en el campo de batalla y que debía trabajar por la paz en el Medio Oriente, tras dos años de guerra contra Hamás y enfrentamientos con Hezbolá e Irán.

Aunque la tregua mediada por Estados Unidos entre Israel y Hamás sigue siendo frágil, Trump está decidido a aprovechar la oportunidad para perseguir una esquiva armonía regional.

“Generaciones futuras recordarán este momento como aquel en que todo comenzó a cambiar”, declaró ante la Knéset, que lo recibió como a un héroe.

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El presidente republicano también aprovechó la ocasión para ajustar cuentas políticas y agradecer a sus aliados, criticando a sus predecesores demócratas y elogiando a una de sus principales donantes, Miriam Adelson, presente entre el público.

En un giro inesperado, Trump también pidió al presidente de Israel que indulte al primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien describió como “uno de los más grandes” líderes en tiempos de guerra. Netanyahu enfrenta cargos por corrupción, aunque varias audiencias han sido pospuestas debido al conflicto con Hamás.

Trump instó a Israel a mirar más allá de la guerra, afirmando que el país “ya ha ganado todo lo que podía por la vía de las armas”.

“Han ganado. Quiero decir, han ganado”, dijo. “Ahora es momento de traducir esas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio supremo de paz y prosperidad para todo el Medio Oriente”.

Trump prometió ayudar a reconstruir Gaza, que ha sido devastada durante el conflicto, y pidió a los palestinos que “se alejen para siempre del camino del terrorismo y la violencia”.

“Después de tanto dolor, muerte y sufrimiento, ahora es el momento de concentrarse en fortalecer a su pueblo en lugar de tratar de destruir a Israel”.

Trump incluso hizo un gesto hacia Irán —país donde bombardeó tres sitios nucleares durante la breve guerra con Israel a principios de este año— al afirmar que “la mano de la amistad y la cooperación siempre está extendida”.

“Simplemente queremos vivir en paz”, dijo. “No queremos amenazas constantes sobre nuestras cabezas”.