Washington. Un controlador aéreo de Estados Unidos abroncó a un piloto de un avión comercial de Spirit Airlines que volaba demasiado cerca del Air Force One, la aeronave con la que el presidente, Donald Trump, y la primera dama, Melania, volaron a Londres el pasado martes.

“Presta atención, deja el iPad”, le dijo el controlador del centro de Nueva York al piloto, tal y como se escucha en la grabación de la conversación publicada en el portal LiveATC.

El avión comercial y el del mandatario, quien viajaba a Londres para una visita de Estado al Reino Unido, volaron en paralelo a la altura de Long Island, en Nueva York.

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El Airbus A321 de Spirit hacía una ruta entre un aeropuerto de Fort Lauderdale, al norte de Miami, y la terminal internacional de Boston.

“Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha”, dijo por primera vez el controlador. “Preste atención, Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha. Spirit 1300, gire 20 grados a la derecha, ahora. Spirit Wings 1300, gire 20 grados a la derecha, inmediatamente”.

Tras insistir un par de veces, el técnico optó por hacerle entender quién viajaba en ese avión.

“Spirit 1300, hay tráfico a ocho millas (casi 13 kilómetros) de su ala izquierda. Un 747. Seguro que puede ver quién es”, apuntó el controlador.

“Fíjate en él. Es blanco y azul”, añadió.

Las respuestas del piloto de Spirit no son audibles en la grabación.

El avión presidencial es fácilmente distinguible del resto a la vista. Es de color blanco con la parte inferior de color azul claro, lleva escrito al lateral Estados Unidos de América y en la cola una bandera del país.

Los registros de FlightRadar indican que ambos aparatos estuvieron a ocho millas (13 kilómetros) de distancia.

Según la Administración Federal de Aviación (FAA), los aviones nunca estuvieron a una distancia insegura. La agencia dijo estar “al tanto de las publicaciones en redes sociales sobre el Air Force One y un vuelo de Spirit Airlines en el espacio aéreo de Boston”.

“La separación requerida se mantuvo entre las aeronaves”, declaró a medios.

En un comunicado distribuido por medios locales, Spirit defendió que la seguridad es su “prioridad número uno” y que su vuelo “siguió las instrucciones” de los controladores aéreos.