El representante del gobierno ante la Junta de Supervisión Fiscal, Christian Sobrino Vega, dijo sentir “vergüenza” ante la filtración del chat de Telegram.

El funcionario reiteró –como hizo el gobernador ayer– que era un “chat privado no-oficial” aunque de él se desprende que sí se tomaron decisiones de política pública.

“Admito sentir vergüenza por la publicación de estos textos compartidos bajo una expectativa de confianza e intimidad. Pero lo último que quisiera dar es la impresión de que mi arrepentimiento es por la publicación y no por mi conducta o lo dicho. Pido perdón porque expresiones mías y de otros han ofendido y causado daño a personas en particular, algunas de las cuales incluso genuinamente respeto y admiro”, sostuvo en declaraciones escritas.

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Las expresiones de disculpas se unen a las realizadas ayer por Ricardo Rosselló, así como las que hicieron hoy otros dos miembros de chat: el exasesor legal de La Fortaleza, Alfonso Orona, y el director de Comunicaciones, Carlos Bermúdez.

“A mí también me corresponde pedirle disculpas tanto al público en general como a quienes se les menciona en el chat… Todos somos humanos y cometemos errores, pero en este caso se ha herido la confianza de muchos en cómo se atienden los asuntos públicos y el respeto debido a nuestros líderes. La informalidad y el chiste no pueden minimizar ni justificarlo”, añadió Sobrino Vega.

Además, lamentó “el daño y las heridas que se han causado” sus expresiones y reconoció que son “responsables tanto por nuestro comportamiento en público, como en privado en cualquier contexto”.