El Museo de la Música, en Guaynabo, no dará ni su primera nota.

Nunca fue inaugurado y el majestuoso proyecto dedicado a la música puertorriqueña –que llevaría el nombre de Rafael Ithier y en el que se invirtieron $18 millones- nunca abrirá sus puertas pues, según el alcalde Ángel Pérez Otero, el municipio tiene una ausencia de fondos para enfrentar el reto presupuestario que conlleva la administración y operación del lugar que tiene unas 2,000 piezas de colección que comenzarán a ser desmontadas y entregadas a los artistas boricuas que las donaron.

Así lo expresó en una entrevista en exclusiva con Primera Hora, el ejecutivo municipal al indicar que hizo todo lo que estaba en sus manos para tratar de salvar el Museo de la Música que está ubicado en la antigua escuela elemental Román Baldorioty de Castro, donde Rafael Ithier -líder fundador de El Gran Combo-cursó estudios primarios.

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“Ante el momento histórico que uno está viviendo hay que establecer prioridades… definitivamente, para mí, la prioridad es darle una mejor calidad de vida a nuestra gente. Obviamente, no podía ser el museo”, expresó Pérez Otero quien dijo que nunca contempló aumentar las contribuciones sobre la propiedad o las patentes de los comercios para cubrir las operaciones del museo, cuyos costos de operación se estiman en $600 mil anuales.

El Museo de Música es una obra del exalcalde Héctor O’Neill y fue anunciada con bombos y platillos en 2015. En aquel momento se explicó que el lugar sería uno de calibre mundial y recopilaría la historia de la música de Puerto Rico desde sus primeras manifestaciones de influencia taína, plena criolla y jíbara hasta la salsa, sacra, jazz, balada, el bolero, el pop o el reguetón, entre muchos otros géneros . El lugar cuenta con seis salas de exhibición, un auditorio, un anfiteatro y un estudio de grabación, entre otras atracciones. Además, las instalaciones cuentan con equipo pedagógico-tecnológico que harían el recorrido del visitante toda una aventura como es el espacio de cuatro pantallas que presenta un holograma donde don Rafa Ithier narra la historia de su vida. Asimismo, el museo tenía acceso a 300 tabletas que servirían como ujier virtual.

La idea era que el lugar inaugurara en junio de 2017, pero para esa fecha ya se había concretado la fulminante salida de O’Neill y el ingreso de Pérez Otero al ayuntamiento se dio para agosto de ese mismo año. Unas semanas después Puerto Rico sería azotado por los huracanes Irma y María y el tema de la recuperación se convirtió en su prioridad.

Posteriormente, comenzó a analizar cómo podía darle paso a la apertura del Museo de la Música, pero encontró un gran escollo.

“Nos percatamos que todavía al contratista (Gilmar Construction Inc.) se le adeudaban más de $2.6 millones y que para finalizar el proyecto y ponerlo en función había que invertir entre $3 a $4 millones adicionales”, sostuvo al aclarar que la deuda con el contratista se pudo tranzar por una cifra de $1.2 millones y se está pagando a plazos.

Pérez Otero aseguró que puso en perspectiva la experiencia que ya enfrentaba el municipio con otras facilidades que redundaban en pérdidas en lugar de ingresos y se vio imposibilitado de seguir invirtiendo en el proyecto.

“Analizamos presupuestariamente y todos estos son proyectos que no generan ingresos suficientes como para cubrir sus operaciones. No estamos hablando de miles de dólares, sino de millones… de hecho, por el Museo de la Música pagamos sobre $1 millón anual de los préstamos que se tuvieron que coger”, expresó.

El ayuntamiento cogió prestado $11 millones del Banco Gubernamental de Fomento, $3 millones de la banca privada (Banco Popular) y $2.5 millones fueron otorgados de otros fondos no precisados por el alcalde. “De toda esa cantidad de dinero se debe todavía más del 90% “, sostuvo al agregar que ahora su énfasis es invertir en otras necesidades como lo fue renovar la flota de seguridad municipal a 22 patrullas, la compra de cuatro ambulancias o lo que son servicios esenciales como el recogido de desperdicios sólidos y el ornato del pueblo.

Dijo que entre las estrategias para salvaguardar el museo fue publicar en julio de 2019 en rotativos del país una solicitud de propuesta para inversionistas interesados en negociar una Alianza Público Privada. El municipio se comprometía a continuar pagando los préstamos y ofrecer las facilidades a cambio de que la compañía proponente asumiera los gastos de inversión que faltan para que las facilidades estén en óptimas condiciones para abrir, así como de su operación. La invitación se hacía extensiva a que el proponente podía también establecer en el lugar “cualquier otro tipo de negocio”.

“En esa primera reunión se acercó el Colegio de Productores de Espectáculos Públicos de Puerto Rico (CoPEP) y la compañía Evertec (quienes han invertido en otras facilidades como el Conservatorio de Música de Puerto Rico)… mostraron interés inicial pero cuando llegó la fecha de someter propuestas desistieron”, manifestó.

¿Qué pasará ahora?

El alcalde insiste que después de meses de análisis tuvo que tomar la decisión de desistir en inaugurar el Museo de Música por lo que se propone contactar a la compañía Artegrafiko -la cual se encargó del diseño de las exhibiciones- para que recoja las pertenencias de los artistas y se las entreguen a sus dueños.

“Lo que hemos decidido por el momento es comunicarnos con algunas personas… algunas voluntariamente han solicitado que les regresemos sus pertenencias. Por ejemplo, había un bastón de Choco Orta y nos lo solicitaron. Así también Humberto Ramírez (músico) se comunicó con este servidor”, expresó al añadir que el cantante Glenn Monroig fue otro de los artistas que recogió sus piezas.

En cuanto al equipo tecnológico dijo que portavoces del Salón de la Fama de la Música Puertorriqueña están interesados en adquirirlos.

“Hay otros equipos que podría ser utilizados en el municipio”, sostuvo.

“Inclusive, nosotros comenzamos conversaciones -que están en pañales- con el director del Instituto de Cultura Puertorriqueño porque cabe la posibilidad que parte de la memorabilia pase a uno de los museos administrados por el institutos”, añadió el alcalde.

Entre la memorabilia donada por decenas de artistas hay unas 2,000 piezas de colección que incluyen colecciones de discos, fotos de momentos históricos, instrumentos de artistas del patio (trompetas, guitarras, violín), libros, estatuillas de premios otorgados a estrellas locales, obras de artes, afiches, vídeos y vestuarios de figuras como Iris Chacón, Olga Tañón, Chucho Avellanet, Gilberto Monroig, Cheo Feliciano, entre otros.

¿Aquí se han perdido $18 millones? , le preguntó este diario al alcalde.

“No es que se hayan perdido. Ahí están las facilidades. Hay que buscarle uso…acabo de crear una corporación municipal para poder manejar los activos del municipio y hacer alianzas público privadas”.

¿Dentro de la realidad fiscal del municipio, entonces, qué visualiza?, se le inquirió saber.

“Hay diferentes alternativas. ¿Posibilidades? Pues, mira, puede ser salones de actividades que tanto hacen falta en el área metropolitana. De igual forma, podría venir alguna universidad. Hubo una universidad que se acercó en un momento dado pero no sometió propuesta”.

Reacciona Colegio de Productores

El presidente del CoPEP, Nelson Castro, describió como “muy lamentable” el desenlace que tiene el Museo de la Música un final que, a su juicio, ya estaba concretado por el municipio de Guaynabo.

“Creo que es una decisión tomada ya hace bastante tiempo e informada en este momento”, dijo Castro al explicar que cuando el colegio tuvo interés en responsabilizarse de las operaciones del museo se llevaron la sorpresa de que les informaron que iban a abrir “una libre competencia para que las personas proponentes pudieran desarrollar allí cualquier tipo de operación”.

Ante las circunstancias, según explicó el presidente de la organización, se le planteó la proposición del municipio a la Junta de Directores del colegio y a un comité que se había creado a fin de rescatar al museo y se tomó la decisión de no continuar con el plan.

“Queríamos someter una serie de alternativas que habíamos visto posibles y las discutimos de forma verbal en las reuniones pero no se pudieron dar”, detalló al agregar que otro asunto que les incomodó fue que nunca les permitieron inspeccionar las facilidades.

“Queríamos ver las facilidades que albergan tanta memorabilia y equipos sofisticados porque se trata de un lugar que nunca tuvo servidumbre eléctrica y, por el poco conocimiento que tuvimos, todo eso se iba deteriorando de forma dramática”, expresó sobre el lugar que también carece de servicio de agua potable y de estacionamiento.

A preguntas de Primera Hora, el alcalde rechazó que alguna pieza se hubiera deteriorado pero fue enfático en que si sucediera el municipio correrá con los gastos de restauración. Cabe destacar que Primera Hora tampoco tuvo acceso a las facilidades.

Castro dijo que la única condición que puso el CoPEP fue que las facilidades estuvieran completamente “hábiles” y ellos se encargarían del resto de la operación. Pero no hubo negociación.

“Todo esto es bien lamentable… en principio el proyecto tenía una finalidad extraordinaria… y nuestro interés no era el lucro sino salvar ese patrimonio que estaba allí”, sostuvo.

Pese a los múltiples intentos que realizó Primera Hora para contactar a Ithier, a través de llamadas a sus teléfonos móvil y residencial, no pudimos contactar al artista.