Este próximo sábado, 4 de septiembre, unos 63,000 beneficiarios dejarán de recibir la aportación de $300 semanales del Programa de Desempleo Pandémico (PUA, en inglés), mientras otras 57,000 personas enfrentarán una disminución en su cheque de desempleo regular de igual suma o hasta pudieran experimentar la culminación total de la ayuda, si es que ya agotó las 26 semanas anuales a las que tiene derecho para recibir la aportación.

También acabará la compensación de desempleo mixto, que otorga $100 semanales a personas con negocios por cuenta propia que vieron sus ingresos disminuidos. En este reducido grupo hay 57 beneficiados, según el Departamento del Trabajo.

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Esta terminación de la ayuda federal concedida para aliviar los efectos económicos de la pandemia del COVID-19 representa que se dejarían de ingresar a la economía isleña sobre $36 millones semanales, o unos $144 millones mensuales. Y, ante tal cuadro, el secretario del Trabajo, Carlos Rivera Santiago, llamó a los desempleados a “ir buscando oportunidades económicas para evitar el golpe”.

Las ayudas por desempleo cesarán por un decreto del Congreso de los Estados Unidos e impactará a 4.6 millones de personas en Estados Unidos.

En esencial, se terminan los fondos federales para el PUA, el cual benefició a los cuentapropistas o a las personas que no estaban cobijadas bajo el seguro por desempleo local. También acaba la aportación adicional que recibían las personas cobijadas en el desempleo regular de $300. Esto deja a las personas desempleadas con cheques semanales de entre $60 a $240 semanales, si es que no agotaron el periodo normal al que tienen derecho.

Rivera Santiago comentó que también se activará la semana de espera para aquellas personas que solicitan por primera vez el desempleo. Esto provoca que los solicitantes tengan que aguardar a la segunda semana para comenzar a recibir su aportación.

Además, los trabajadores deben demostrar que cada semana realizan -al menos- tres esfuerzos para conseguir un empleo y si le ofrecen empleo estar dispuesto a ser contratado. Estas disposiciones se retomaron hace varias semanas, tras haber sido desactivados por la pandemia.

¿Ayudas fueron necesarias?

Para la Isla, estos beneficios que se dieron para lidiar con la pandemia fueron “necesarios” para ayudar a miles de personas que se quedaron sin trabajo ante los efectos del “lockdown”, a juicio del titular del Trabajo.

“Realmente, yo no puedo decir que fue perjudicial. Creo que aquí, cuando ocurrió la situación de la pandemia, de verdad, fue una situación bien crítica. Todos recordamos cómo fue marzo del 2020, que hubo un ‘lockdown”, que todo cerró. Esta ayuda era necesaria”, estipuló.

Sin embargo, en la actualidad provoca que los principales sectores económicos de la Isla, como la industria de alimentos y servicios, así como la agricultura, estén en búsqueda de trabajadores dispuestos a laborar.

El funcionario destacó que existen muchas plazas de empleo disponibles con atractivos beneficios, “ofertas que nunca habíamos visto”, que podrían evitar que los 120,000 boricuas registren un impacto negativo en sus bolsillos.

“Cuando vamos a las distintas ferias de reclutamiento, son muchas las oportunidades... Vemos que no importa la industria que escojamos, hay una gran cantidad de oportunidades de empleo. Son salarios en su vasta mayoría por encima del salario mínimo, con bonos de reclutamiento. Así que, este es el momento. El que quiere conseguir, precisamente, un buen empleo, bien remunerado, pues este es el momento de hacerlo y no esperar al 4 de septiembre, porque no sabemos tampoco lo que va a pasar. Eso también es importante mencionarlo”, puntualizó Rivera Santiago.

Para encaminar a estos trabajadores a la fuerza laboral, el Departamento realiza desde el 23 de junio ferias de empleo regionales. Estas se han distinguido por la baja asistencia de potenciales miembros de la fuerza trabajadora.

Informó que, al presente, unas 4,518 personas recibieron ofertas de empleo o fueron llamados a una segunda ronda de entrevistas, gracias a estas ferias que promueven. Se estima que la mitad de estos trabajadores fueron contratados.

Asimismo, Rivera Santiago lamentó que las empresas, ante la pérdida de mano de obra, hayan comenzado a reemplazarla con maquinarias. Dijo que eso provoca la pérdida de fuentes de empleo. A modo de ejemplo, mencionó que la empresa Kikuet ahora utilizará maquinaria y no empleados para hacerle el cierre a sus empanadillas.

“Es un llamado a ver de qué manera debemos comenzar a trabajar y evitar que esto ocurra y que perdamos empleos a la larga, así como patronos que pueden estar cerrando, simplemente, porque no pueden producir o que a lo mejor no aguanten hasta el 4 de septiembre”, afirmó.

Fue un dolor de cabeza

Las ayudas económicas por desempleo que se han distribuido en la Isla a raíz de la pandemia en el pasado año y medio han representado la inyección económica de $9,600 millones, dijo el secretario del Trabajo.

“Ese es el presupuesto de un año en el gobierno. Así de grande fue”, destacó.

Estimados oficiales establecen que unas 900,000 personas llegaron a solicitarlas y, en el momento de mayor crisis a causa de la pandemia, principalmente para primavera y verano del 2020, llegaron a estar 600,000 personas beneficiadas.

No obstante, errores en los procesos y personas que decidieron mentir provocaron que estos programas federales se mancharan de casos de fraude. El caso de mayor magnitud, dijo el titular, fue de una persona que llegó a hacer 13 solicitudes con distintas identidades.

Muchos de los casos referidos por el Departamento del Trabajo a las autoridades locales y federales no han concluido. De hecho, Rivera Santiago informó que la agencia todavía no ha recobrado ni un centavo de estos fraudes. Solo han recobrado unos $70 millones que los ciudadanos -por voluntad propia- decidieron entregar para evitar ser objeto de acusaciones.

Además del fraude, las controversias provocaron la salida de la exsecretaria del Trabajo, Briseida Torres, el 9 de junio de 2020. Surgieron los problemas de tardanza en el correo, cheques devueltos por direcciones incompletas y la devolución de los famosos sobres que en la dirección postal leía “la misma”, en referencia a que se debía utilizar la dirección residencial.

Rivera Santiago afirmó que todas estas situaciones las enfrentaron cuando la cantidad de personal en la agencia había sido reducido y gran parte trabajaba de manera remota a causa del COVID-19. Además, destacó que no contaban con los sistemas tecnológicos adecuados para atender la avalancha de solicitudes de desempleo, que registró un aumento de 50,000 personas anuales a 900,000 en tan solo semanas

“Fueron grandes retos y, a pesar de todo eso, el Departamento pudo desembolsar $9,600 millones y continuamos trabajando”, manifestó.

Dijo que el resultado final es que la agencia ahora salió “mucho más fortalecida”, con nuevas herramientas tecnológicas que han permitido hacer depósitos directo a los desempleados en vez de enviarle cheques por correo.

Para el futuro, el Departamento del Trabajo espera contar en el próximo año o año y medio con una plataforma en la que las personas que soliciten el desempleo regular puedan hacer el proceso y reclamaciones de manea parecida a como se hacía con el PUA.