Han sido 16 años haciendo hasta lo imposible para que su hijo pueda vencer su adicción a las drogas, pero esta mañana fue otro tropiezo en la incansable lucha que libra el alcalde de Ceiba, Ángelo Cruz Ramos.

Y es que su hijo Ángelo Cruz Medina, de 36 años, fue arrestado nuevamente en una intervención policíaca en el residencial Pedro Rosario Nieves, en Fajardo. Posteriormente, el Tribunal de Primera Instancia de Fajardo no encontró causa para su detención.

“Mi hijo parece que fue a comprar y ahí estaban interviniendo, pero mi hijo no tenía nada. Mi hijo no es vendedor, es usuario. Él estaba, como dicen, en el lugar equivocado, en el momento equivocado”, sostuvo el primer ejecutivo municipal en entrevista telefónica con Primera Hora.

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El alcalde no pudo precisar quién fue la jueza o el juez que atendió la vista preliminar contra su hijo, pues decidió no acercarse al lugar como medida cautelar. Aunque le consiguió un abogado para su defensa, aseguró que si le encontraban causa para arresto no le pagaría la fianza.

Cruz Ramos destacó que en el tiempo que lleva batallando con la drogodependencia de su primogénito lo ha llevado a desintoxicación, hospitales y hasta llegó enviarlo a Estados Unidos. El último intento fue internarlo en Estancia Serena, un centro de rehabilitación inaugurado en Juncos en diciembre del año pasado.

“Fuera de ahí, ha estado en la calle. Uno trata de ayudarlo, pero no puede vivir con uno porque es agresivo, siempre quiere dinero… No se lo desearía a mi peor enemigo”, manifestó.

Sin embargo, el alcalde indicó que lo monitorea constantemente para saber en qué estado se encuentra.

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En agosto de 2016, Cruz Medina fue arrestado durante un operativo en Santurce. Días después, su padre habló con Primera Hora sobre la enfermedad de su hijo. Contó que era su “acompañante fiel”, que solían ir de caza juntos, que era su “sombra”. Hasta que conoció a “un panita” durante su paso por la escuela superior que lo “arrastró a la calle”.

Empezó con la marihuana, luego “se juqueó” con el crack y fue el momento en que su padre lo envió a Estados Unidos. Pero, quizás, no fue la mejor opción.

“De allá llegó con el vicio de heroína y ahí se abrió todo este bejuco. ¿Tú sabes lo que es ver a tu hijo inyectándose y no poder controlar su vicio? ¿Sabes lo que es verlo robar para satisfacer esa necesidad de calmar a esa vocesita que todo el tiempo le está diciendo que se meta drogas?”, relató.

“He ido al punto de drogas a buscar a mi hijo. Me he enfrentado a los shooters, pero lo que pasa es que este asunto va más allá: mi hijo está enfermo. Ser adicto a drogas es una enfermedad siquiátrica”, agregó en aquel entonces.

Un sistema de “rehabilitación que no rehabilita”

La lucha de Cruz Ramos no solo es con la adicción de su hijo, también intenta que el sistema correccional y de rehabilitación del País funcionen adecuadamente para que logren su cometido: reinsertar a estas poblaciones en la sociedad.

“[La drogadicción] Es un mal social que hay en Puerto Rico y que afecta a la clase alta, media y baja. Tenemos que bregar con esta situación y ser más agresivos en cómo sacarlos de las calles y buscarles oportunidades de empleo cuando salen de la cárcel”, apuntó.

El funcionario ofreció el ejemplo de su hijo a quien “nadie le da trabajo”, pero también destacó que hay “gente abusiva” que contrata a personas exconvictas o rehabilitadas a “trabajar por migajas”.

“Tenemos un sistema de rehabilitación que no rehabilita, que te marca por toda la vida. El mismo sistema es el que los mantiene en el vicio. No hay manera, no hay forma que una persona se pueda rehabilitar en este País. Los están obligando a que ellos sigan en la calle”, criticó.

Ante esta situación, dijo que en su municipio ha contratado a personas de estas poblaciones y han resultado ser “los mejores empleados”.

Es por esto que exhortó a los políticos –que salgan victoriosos en las elecciones generales del próximo 3 de noviembre– a que atiendan este problema que aqueja a miles de ciudadanos y sus familiares.

“Piensen bien en el mal social que nos está ahogando, es lo que está provocando las muertes en la calle. Meterse a los puntos y arrestar no ayuda, es la rehabilitación”, señaló.