En medio de un repunte de casos de COVID-19 que mantiene en jaque a los hospitales de Puerto Rico-ante el aumento sostenido de personas ingresadas en las clínicas- hay una alternativa que podría evitar que muchos de los infectados inmunocomprometidos desarrollen una enfermedad severa a través del tratamiento preventivo de anticuerpos monoclonales.

La enfermera graduada Sonia Morales, quien labora en la Sala de Emergencias de la Administración de Servicios Médicos (ASEM) de Centro Médico, en Río Piedras, testifica sobre la efectividad del medicamento que le fue administrado hace un mes cuando se contagió del virus que puso en riesgo su vida.

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“Yo vivo sola... a lo mejor me moría y nadie se enteraba”, dijo la enfermera, una de decenas de empleados que desde julio se han enfermado en varias áreas de la Administración de Servicios Médicos de Centro Médico, en Río Piedras, a causa un brote que desencadenó en la muerte reciente de uno de sus compañeros, el enfermero práctico Luis Oquendo.

Según detalló a Primera Hora, llevaba dos días con síntomas como fiebre, tos crónica y dolor en el área de los pulmones, cuando la supervisora general de enfermería de sala de emergencias, Luz Santiago, le habló sobre la posibilidad de someterse al tratamiento intravenoso de anticuerpos monoclonales a través del medicamento Regeneron.

En Centro Médico el tratamiento es impulsado por el doctor Regino Colón Alsina, quien explicó a Primera Hora que los anticuerpos monoclonales “son proteínas producidas naturalmente por el sistema inmunológico en respuesta a una infección”. En cambio, hay ocasiones que esos anticuerpos naturales por sí solos no son suficientes para combatir una enfermedad por lo que una alternativa clínica son los tratamientos monoclonales producidos en laboratorios los que ayuda a imitar o mejorar la respuesta inmunológica natural del cuerpo en contra de un invasor, como son las infecciones o, incluso, el cáncer.

“Los anticuerpos monoclonales tienen ventaja sobre otros tipos de tratamientos para la infección porque se crean para atacar específicamente una parte esencial del proceso infeccioso... en el caso de una infección severa del coronavirus SARS-CoV-2 tienen una proteína en la punta de la superficie que ayuda al virus a adherirse y entrar en las células humanas. Estos anticuerpos monoclonales lo que hacen es que se unen a esa proteína que está en el pico o lo que llaman ‘spike’ y ayudan a bloquear el virus para que no invada las células humanas”, explicó el galeno.

Agregó que este tipo de tratamiento se desarrolló en 1975 y el primero se aprobó en 1986 para prevenir el rechazo de trasplantes de riñón. “Antes del COVID-19 se desarrollaron anticuerpos monoclonales para tratar infecciones virales, como el ébola y la rabia. Actualmente, hay más de 30 aprobados por la FDA (Federal Drug Administration)”, sostuvo al explicar que en el caso de anticuerpos monoclonales de COVID se anunciaron en noviembre de 2020 bajo autorización de uso de emergencia por parte de la FDA.

En el caso de la enfermera Morales este proceso fue su salvación, considerando que es asmática y tiene en el pulmón derecho lo que se conoce como enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Las posibilidades de que la profesional de la enfermería desarrollara una enfermedad grave de COVID-19 y fuera hospitalizada eran altas. De hecho, cualquier complicación auguraba un ingreso en una unidad de intensivo.

El tratamiento monoclonal se recibe por una infusión intravenosa. Usualmente el proceso dura una hora y se aplica en salas de emergencias o por expertos en centros de infusión o de manera ambulatoria en el hogar. Posteriormente, la persona se deja en observación por una hora adicional y luego se puede ir a su casa a completar el proceso de cuarentena.

“No sentí nada, fue como un suero normal. Recuerdo que cuando me lo pusieron me dolían los pulmones y ese fue el primer síntoma de alivio que sentí. El dolor se me fue. Gracias a Dios no me dio ninguna reacción y poco a poco fui mejorando porque, realmente, mi salud estaba comprometida”, manifestó la enfermera.

“Ahora mismo me siento nueva... pero tener COVID es un proceso fuerte. Gracias a este tratamiento me pude recuperar, sino la historia fuera otra”, dijo quien retornó a su trabajo un mes después del diagnóstico. “Me siento preparada para volver a lo que es mi pasión: trabajar en la sala de emergencias de Centro Médico”, expresó animada.

El doctor Colón Alsina está convencido que al igual que se evitó una complicación por COVID en la enfermera Morales, podría ocurrir con muchos pacientes en Puerto Rico.

“El tratamiento es efectivo. De hecho, el panorama sería de menso hospitalizaciones si las personas optaran por vacunarse y, en caso de contagiarse, reciben el tratamiento. Está comprobado que el tratamiento monoclonal estimula el sistema inmunológico y lo asiste para combatir esa cantidad de viruses que se encuentran libres en la sangre”, aseguró.

¿Quiénes cualifican?

Hasta el momento de este reportaje, realizado la semana pasada, en Centro Médico se habían realizado 114 evaluaciones a pacientes que arrojaron positivos al virus, algunos de ellos empleados de la institución. Tras examinar el perfil de cada paciente, el tratamiento no se aprobó para 22 personas, mientras que cuatro rechazaron someterse al proceso. Asimismo, hubo dos suspensiones de tratamiento, pues uno de los pacientes presentó leve dificultad respiratoria y otro se puso “ansioso”.

“Siempre hay una minoría que no aceptan los tratamientos sugeridos y hemos visto que en esa minoría hay pacientes que terminaron muy complicados a nivel de intubación y cuidados intensivos”, acotó Colón Alsina.

El menor de los pacientes que ha recibido el tratamiento en Centro Médico tiene 19 años, mientras que el de mayor edad tiene 80 años. “Todo salió muy bien con ellos... de hecho, solo tenemos dos pacientes que posterior al tratamiento tuvieron una hospitalización y los dos se recuperaron de forma exitosa. Ninguno fue intubado”, subrayó al agregar que también se atendieron a unos 32 pacientes entre los 56 y 65 años y 28 entre los 46 y 55 años.

De otra parte, explicó que entre los criterios para ofrecer el tratamiento se destaca que la persona tenga 12 años o más, esté dentro de los 10 días desde el comienzo de los síntomas de la enfermedad (leves a moderados) y que pese más de 88 libras.

“Hay unos criterios de alto riesgo que también se toman en cuenta como, por ejemplo, personas mayores de 65 años, obesidad, embarazo, enfermedad renal crónica, diabetes, enfermedad cardiovascular, enfermedad crónica del pulmón, anemia falciforme, enfermedad del neurodesarrollo y los que están dependientes de equipos médicos como traqueotomía, gastrostomía, ventiladores (no relacionados a COVID), entre otras”, explicó el galeno.

Quedan totalmente excluidos del tratamiento los menores de 12 años, los pacientes asintomáticos, personas con historial de alergias a anticuerpos monoclonales y pacientes positivos a COVID con síntomas severos. “Si tiene una saturación menor a 94%, signos vitales inestables o depende de oxígeno (relacionado a COVID) no puede recibir el tratamiento”, puntualizó.

Destacó como “importante” que la ciudadanía sepa que las personas vacunadas pueden recibir anticuerpos monoclonales. “Además, es importante que entiendan que este tratamiento no sustituye la vacunación. La vacunación sigue siendo la recomendación principal. Otra cosa es que los pacientes no vacunados que reciben el tratamiento de anticuerpos monoclonales tienen que esperar 90 días para vacunarse”, explicó.

¿Funciona contra las nuevas variantes?

Una de las preocupaciones entre los pacientes es conocer si el tratamiento funciona con personas contagiadas contra las nuevas variantes del virus que circulan en la isla y que han provocado un nuevo repunte de casos, hospitalizaciones y fallecimientos.

“Es importante aclarar que las variantes surgen debido a mutaciones en el genoma del virus... mientras más alta la transmisión comunitaria más riesgo hay de que se desarrollen estas mutaciones.Por eso es importante la vacunación. En cuanto a si son efectivos o no tengo que decir que los anticuerpos monoclonales siguen siendo eficaces contra las nuevas variantes del SARS-CoV-2. Sin embargo, algunas mutaciones pueden causar cambios en la proteína de pico, o spike, que podrían interferir con la efectividad de los anticuerpos monoclonales actualmente disponibles”, manifestó.

Explicó, por ejemplo que la llegada de variantes como la Alpha y Delta cambiaron el escenario de tratamiento.

Fue para el 10 de diciembre de 2020 que se utilizaron por primera vez en Centro Médico los anticuerpos monoclonales de Bamlanivimab. Pero la presencia de nuevas variantes provocó rediseñar el tratamiento y, actualmente, se utiliza la combinación de Casarivimab con Imdevimab, este último conocido por su nombre comercial como Regeneron.

“Los tratamientos se han modificado con el avance de la pandemia y esto fue lo que ocurrió. Actualmente utilizamos Regeneron y sí está funcionando”, dijo Colón Alsina al explicar que este tipo de fármaco se ha aplicado en 16 pacientes desde que llegó a la isla en el mes de julio.

Salud insta a utilizar el tratamiento

Ante el aumento en hospitalizaciones causada por el virus SARS-Cov-2, mayormente en personas no vacunadas, el secretario de Departamento de Salud, Carlos Mellado López, recalcó la importancia de que se utilice el tratamiento de anticuerpo monoclonal para combatir el COVID-9. Al momento, sobre 200 pacientes han recibido el tratamiento de forma exitosa, previniendo la hospitalización y la muerte.

“Tenemos que hacer uso de los tratamientos disponibles que nos permitan disminuir la cantidad de personas hospitalizadas. El monoclonal es una alternativa valiosa y efectiva disponible para nuestra gente. El tratamiento contiene defensas para debilitar el virus evitando que la enfermedad progrese, reduciendo la probabilidad de hospitalización y que empeore la condición de salud de las personas contagiadas con el virus”, expresó Mellado.

Al momento 12 facilidades de la Isla cuentan con el tratamiento y es libre de costo para los pacientes. Los tratamientos monoclonales están disponibles en Hospital Buen Samaritano de Aguadilla; Hospital Menonita de Aibonito, HIMA San Pablo de Bayamón; Hospital Menonita de Caguas; Hospital de la Universidad de Puerto Rico en Carolina; Advanced Infusion Center en Cataño; Optima Health en Dorado. También en el municipio de San Juan en el Ashford Presbyterian Hospital, Best Option, Hospital Cardiovascular y la Administración de Servicios Médicos (ASEM).

Mellado acotó que son los médicos quienes pueden dar la orden médica para beneficiarse de esta alternativa. No obstante, los epidemiólogos también pueden recomendar al ciudadano con el médico durante la entrevista que se realiza al verse reflejado un caso positivo en el BioPortal de la agencia.