El secretario interino del Departamento de Agricultura, Irving Y. Rodríguez Torres, quien asumió el cargo a principios de mes, prometió tener una prioridad clara: los productores de alimentos.

Con ese norte, reveló que se dedicará durante los próximos tres años a: crear ganado genéticamente resistente y proteger los guineos del hongo Fusarium, así como establecer estrategias para traer mano de obra extranjera para subsanar la necesidad, rescatar terrenos agrícolas baldíos y prestar su oído a las peticiones de todo agricultor, entre otros temas.

“De mi parte, (los agricultores) pueden tener la seguridad de que los vamos a atender, que los vamos a escuchar y lo que podamos (hacer) bien y siempre -como yo le digo a todo el mundo, yo soy brutalmente honesto-, lo que no podamos, no podamos, pero vamos a empujar para lograr algunos detalles”, aseguró Rodríguez Torres en entrevista con Primera Hora.

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A mejorar la genética

Puerto Rico, así como el mundo entero, enfrenta temperaturas cálidas más intensas, efecto del cambio climático.

Según al estudio “Trends in Annual, Seasonal, and Daily Temperature and Its Relation to Climate Change in Puerto Rico” (“Tendencias de la temperatura anual, estacional y diaria y su relación con el cambio climático en Puerto Rico”) que se publicó en la revista “Atmosphere” en junio de 2025, el clima de la Isla se ha calentado de manera más significativa en las regiones del oeste y sur, fuera del área metropolitana y donde abundan fincas agrícolas y de ganado.

El estudio evidenció que “Puerto Rico se está calentando”, alertando de un alza en temperatura crítica y nocturna, particularmente durante la mitad más cálida del año.

Sumado a esto, el Centro Climático del Caribe, el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical y el Servicio Forestal de Estados Unidos (USDA-FS, en inglés), también había advertido sobre los retos relacionados al calentamiento global y su amenaza en las operaciones y bienestar del ganado, cuyo producto derivado, como los lácteos y carne, representan el 27% del consumo en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, que comparte la misma amenaza climática.

Cónsono con esta realidad, Rodríguez Torres priorizó que, en su agenda de trabajo, encabeza la modificación de la genética del ganado, para tener animales que puedan enfrentar las intensas temperaturas del país y, sucesivamente, incrementar su producción local.

Tenemos un gran potencial de aumentar la cantidad de carne que podemos producir. Carne, te puedo decir dos ejemplos claros: ganado de carne como tal y pequeños rumiantes, que son cabras, ovejos, etcétera. Creo que esas dos áreas están ‘ready’ para expandir”, puntualizó el también agrónomo.

Pese a que el secretario no pudo ofrecer una cifra exacta, el estudio “Estimating Food Availability and Self-Reliance in Island territores: Puerto Rico as a Case Study” (“Estimación de la disponibilidad de alimentos y la autosuficiencia en territorios insulares: Puerto Rico como estudio de caso”) publicado en la revista Frontiers el pasado mes de agosto, concluyó que la producción e importación de alimentos entre los años fiscales 2017 a 2019 solamente sumó a un 10% de lo que se consumió en esa ventana de tiempo.

“La prevalencia de la pobreza y la inseguridad alimentaria, junto con los efectos del cambio climático que afectan la estabilidad alimentaria local, exigen intervenciones políticas sustanciales para abordar la seguridad alimentaria de manera integral”, lee el estudio.

Por eso, enfocándose primordialmente en el ganado, Rodríguez Torres visualiza que, con modificaciones genéticas en los embriones de las vacas, para la próxima década se podría reducir la cantidad de la carne bovina importada, que al momento es el 80%, de acuerdo a la estimación del secretario interino. El aumento que proyecta es de un 20% de carne local, lo que consideró “histórico” de lograrse y, aun así, “realista”.

“Mejorar la genética lo hemos llevado haciendo un montón de tiempo, pero no hemos dado el paso correcto, real… La genética de carne tiene que ser resistente al calor. Así que nosotros, junto con la Universidad, lo que son las vacas pelonas y unas variedades que vamos a traer de otros lugares, pero lo vamos a hacer aquí. Eso quiere decir que voy a traer el embrión (…) para producir localmente”, detalló.

No solo es el ganado lo que quiere que se produzca en el país, sino la materia prima de lo que los alimenta, como el pasto.

“Nosotros tenemos importaciones grandísimas de los productos. Para nosotros cambiar esa visión que tenemos, se va a tardar prácticamente ocho a 10 años, pero podemos dar los pasos correctos para que los próximos tres, cuatro años podamos ver la diferencia. Eso conlleva mejorar pastos. Estamos recibiendo mucho alimento concentrado. Si lo cambiamos a pastura, que nosotros crezcamos pasto aquí localmente, que creen mejor proteína, que engorde mejor ese animal, nosotros vamos a uno: bajar gastos, que esa comida concentrada cuesta carísima, y podemos llevar un engorde mejor. Ahora, también conlleva mejorar genética”, reiteró al mencionar que los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump también sirven como una motivación adicional para producir ganado localmente.

Ojo con los guineos

La realidad en cuanto a la producción y consumo de guineos es lo total opuesto a la carne: de acuerdo a Rodríguez Torres, “el 100% de lo que tú ves en el supermercado, es producido en Puerto Rico”.

Por lo tanto, ejecutará un plan preventivo para evitar el contagio de Fusarium, una enfermedad en esta fruta provocado por un hongo que destruye cultivos.

La Corporación Bananera Nacional (CORBANA), ente no gubernamental que apoya y regula el sector de bananos en Costa Rica, reportó en octubre que en más de 1,000 plantas de guineo en Ecuador se confirmó la presencia del hongo Fusarium Raza 4 Tropical (Foc R4T).

Aunque no se ha reportado en Puerto Rico, Rodríguez Torres no correrá el riesgo de esperar a que llegue.

“Ya en las convenciones de las personas que bregan con guineo y banano a nivel del mundo dicen que llega el Fusarium en el Caribe en los próximos tres años. Nosotros nos tenemos que preparar, porque si llega el Fusarium aquí, nos va a eliminar por completo el guineo”, pronosticó.

Para esto, entablará acuerdos para hacer cultivo tejido y, así evolucionar las variedades y hacerlas resistentes al contagio. Esto conllevará ofrecer talleres a los agricultores a quienes se les donarán las semillas modificadas.

“Estamos siendo proactivos para no perder nuestra industria de guineo”, afirmó al mencionar que esto nace de una petición de los mismos cultivadores.

¿Qué más?

Ante la falta de mano de obra y la realidad del alto costo que es para agricultores locales contratar empleados extranjeros, identificará entidades privadas que se dedicarían como intermediario -entre los empleados y los agricultores boricuas-, facilitándoles la carga. El plan simularía el ya establecido en los Estados Unidos, dijo Rodríguez Torres.

En el sector cafetalero, celebró que los caficultores comenzarán a recibir incentivos de abono por cuerda asegurada en lugar de por producción estimada, que se traduciría a “$3 millones directos a la industria del café”.

Reiteró que Agricultura le hizo la petición al Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) para aumentar de unos $16 a cerca de $22 el “almud” de café, una medida española que equivale a 28 libras, y aclaró que no hay necesidad de “desregular” el precio del café, sino que se deberá atender la limitación de cuánto se puede vender al torrefactor.

“El café está desregulado hace 10 años. Quizás hemos tenido una confusión con el lenguaje”, estableció.

Además, dijo que continuaría con la creación de charcas de retención para agricultores sureños, quienes son los más que sufren los efectos de la sequía.

Otro elemento que ayudaría al sector, apuntó Rodríguez Torres, es “rescatar” terrenos agrícolas baldíos para producción sin aumentar cuerdas agrícolas.

“No estoy diciendo que vamos a aumentar cuerdas. Estoy diciendo que podemos tomar terrenos que están hoy día baldíos y que los podemos llevar a que los puedan producir”, explicó.

En cuanto a los pescadores, una industria que admitió que se ha mantenido bien “artesanal” y más “de supervivencia” en comparación a otros sectores de la agricultura, garantizó que existe espacio en el mercado para incorporar la pesca industrial, pero tendría que nacer del sector organizado, pues recordó que “el Departamento no se va a meter en negocios agrícolas”.

“Lo hemos hecho antes. Nos metimos en la caña y lo quebramos; nos metimos en maquinaria agrícola y lo quebramos. El Departamento no hace agricultura. El Departamento facilita la agricultura a los privados y a los agricultores. No podemos competir con los agricultores. Bajo esa mira, si hubiera un mecanismo privado de hacerlo de una pesca comercial, claro que lo haremos”, comentó.

Entretanto, de las 55 villas pesqueras que administra Agricultura, 17 fueron afectadas seriamente por el paso del huracán María en 2017. Acorde a Rodríguez Torres, “personalmente, estoy trabajando la reconstrucción. Yo me lo eché encima”.

Para esto, cambió el equipo de trabajo subcontratado, ya que “no me gustaba el que estaba antes, los veía medio estoqueao (paralizado)”, y se reunirá con los alcaldes para, finalmente, reparar la infraestructura.

Ante las amenazas de otros fenómenos atmosféricos, promoverá la agricultura dentro de estructuras. Para esto, considera rehabilitar edificios abandonados para “hacer comida”, como el cultivo de tilapia y lechuga.

No menos importante es organizar y digitalizar los procesos del Departamento per se. Dijo que, dentro de la agencia, hay “muchas plazas que llenar” y, en otras áreas, habrá que “cambiar de visión o reorganizarlos”.

¿Y el dinero?

Los fondos que sufragarían estos esfuerzos vendrán del presupuesto de la agencia, que para el año fiscal en curso suman a $122,443,000, así como incentivos que solicitaría el Departamento o acuerdos que crearía con entidades sin fines de lucro, empresas privadas o universidades para dividir los costos.

En todo caso, adelantó que, para el próximo año fiscal, “voy a pedir más chavos”.

“Nunca estamos contentos con lo que nos dan”, dijo entre risas.

Rodríguez Torres compartió con estudiantes de la Escuela La Esperanza en San Juan, en su huerto escolar.
Rodríguez Torres compartió con estudiantes de la Escuela La Esperanza en San Juan, en su huerto escolar. (Suministrada)

Un poco sobre el nuevo secretario

  • El agrónomo Irving Yoel Rodríguez Torres es natural de Caguas.
  • Laboró en almacenes, en ventas y luego como obrero agrícola, mientras cursaba sus estudios universitarios.
  • Posee un bachillerato en Ciencias Agrícolas con concentración en Horticultura y una maestría en Ciencias Ambientales con enfoque en Manejo Ambiental.
  • Su carrera profesional en el ámbito público y académico supera los 17 años.
  • Además del Departamento de Agricultura, laboró en la Autoridad de Tierras de Puerto Rico y en la Oficina de Licenciamiento e Inspección de Cáñamo.