Vecinos, turistas, universitarios y grupos de voluntarios unieron sus voces para denunciar la contaminación de ruido que existe en La Parguera que, a su juicio, atenta contra la reserva natural y afecta el turismo de la zona, y se presentó un proyecto por petición ante le Asamblea Legislativa, según un comunicado de prensa.

Tremendo chapuzón

“La medida busca resolver la problemática de la contaminación de ruido en los cayos, áreas de baño de playa y Playita Rosada. Los ruidos desproporcionados han afectado la calidad de vida de los residentes y el disfrute de los espacios naturales por parte de los visitantes”, indica la pieza legislativa del representante Joel Franqui presentada el pasado 4 de junio y referida a la Comisión de Agricultura, Recursos Naturales y Asuntos Ambientales.

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De aprobarse el proyecto cameral, se impondrían multas a aquellos infractores de sus disposiciones, se regularía la jurisdicción de los tribunales y se proveería una fórmula de distribución de los fondos que se generen por concepto de infracciones.

También a medida establece una “zona de tranquilidad” en la zona de los cayos y Playita Rosada.

“La Parguera es de todos y para el disfrute de todos. Sus bellezas naturales son únicas y tanto los vecinos como los turistas y los visitantes reclamamos que se respete este espacio privilegiado que tiene el oeste de Puerto Rico”, apuntó por su parte José Lugo, presidente de la Asociación Comunitaria de La Parguera.

Según señala el P. de la C. 2538, hay dos estudios srecientes que se deben considerar: uno de ellos se presentó en el 2019 por el Programa Sea Grant del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y el otro en el 2018 por Proceedings of the National Academy of Sciences -PNAS-.

Por un lado, el estudio del Sea Grant analizó la opinión pública recogida mediante una encuesta que debate si el sonido es considerado o no un problema. De los encuestados responder que, en efecto, representa un problema, debían especificar cómo ha impactado la vida cotidiana de los residentes y/o la recreación de los turistas, entre otros aspectos. De un total de 314 personas participaron del estudio científico, el 87% manifestó que los altos volúmenes de sonidos han alcanzado niveles intolerables, lo que afecta el desarrollo socioeconómico de La Parguera.

Mientras el PNAS cita un estudio científico de relevancia sobre el impacto de la contaminación de ruido sobre la vida y la conservación de las aves, así como la evaluación del impacto de los sonidos producidos por el ser humano sobre éstas. Según este estudio la contaminación acústica reduce el hábitat de los animales e influye directamente en su estado físico y, en última instancia en su número.