Tras afirmar que la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha representado en su vida “una ventana al mundo”, la recién electa presidenta interina, Mayra Olavarría Cruz, señaló que en el corto periodo en el que dirija la institución se enfocará en que se logre un inicio de clases ordenado, allegar fondos, mejorar la oferta académica e inyectarle estabilidad y transparencia operacional.

Su meta es devolverle a la UPR la magia que la capturó cuando llegó del pueblo de San Sebastián al recinto de Río Piedras en el 1986 y fue la primera de su familia en ingresar a una universidad.

“Yo quisiera que todos los niños y niñas de este país tengan de una forma u otra la oportunidad que yo tuve de un acceso a una universidad pública, accesible, con un costo razonable. Así que, para lograr eso, hay que ser y hacer, tomar medidas creativas para allegar fondos, porque lamentablemente estamos bajo el marco legal de Promesa y se nos han hecho unos recortes. Así que, moverme, en el tiempo que esté aquí, para nuevas oportunidades de fondos, utilizar los que han venido de la mejor forma y beneficiar a nuestros estudiantes para que puedan entrar aquí y estudiar apropiadamente es mi meta. A su vez, (busco) cuidar y proteger al capital humano de la universidad, docente y no docente, para que esta universidad siga siendo lo que es, el mayor y mejor centro docente de este país”, puntualizó en entrevista con Primera Hora.

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Olavarría Cruz llega en un momento en que la UPR enfrentó la renuncia del pasado presidente, Jorge Haddock, por petición de la Junta de Gobierno. Uno de los problemas que llevaron a esta petición fue la amenaza de acreditación de algunos programas académicos.

Varias selecciones de presidentes interinos se dieron antes de que Olavarría Cruz fuera seleccionada de manera temporal, a poco más de un mes de haber completado su término máximo de tres años como representante ante la Junta de Gobierno de la UPR.

La catedrática de Psicología Clínica en la Escuela de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas confesó que, en su trayectoria universitaria, la cual inició en aquel 1986 cuando llegó desde San Sebastián, nunca contempló la presidencia. Comentó que estaba enfocada en retornar al Senado Académico para desde este organismo continuar impulsando mejoras al principal centro universitario del país.

Señaló que “por el compromiso que tengo y amor a la universidad” fue que aceptó el reto de dirigir a la UPR hasta que la Junta de Gobierno logra identificar a un presidente en propiedad.

Reconoció que llegó en un momento de inestabilidad y retos económicos.

“La gente ha hablado de inestabilidad, la estamos ajustando. No queremos inestabilidad. Queremos que la Universidad vaya estable, a puerto seguro. Precisamente, por eso acepté el reto, porque quería que nos mantuviésemos estables y que nos dirigiéramos hacia adelante unidos, comprometidos y no dejar espacios a que hubiese más situaciones donde la comunidad universitaria se sintiera incómoda o con incertidumbre ante los hechos que están sucediendo. Así que mi plan es estabilidad, transparencia, trabajo fuerte, arduo y compromiso con la agenda de la Universidad”, detalló.

Como meta a corto plazo, Olavarría Cruz se ha impuesto lograr “un inicio de clases ordenado, organizado, contemplando protección para nuestros estudiantes, en términos del asunto de la pandemia, contemplando una experiencia apropiada para los estudiantes”.

Pero, la funcionaria todavía no tiene detalles de qué está ocurriendo en los 11 recintos del sistema, más allá de que las clases en el Recinto de Ciencias Médicas iniciaron el 4 de agosto y que el próximo lunes entran los recintos de Humacao, Ponce y Utuado.

Informó que el pasado martes, cuando inició funciones, solicitó a todos los rectores un informe detallado de este proceso. El mismo será discutido en una reunión que se realizará el lunes.

La presidenta interina no descartó retrasar algunos comienzos de clases si no se está preparado.

Ya a largo plazo, Olavarría Cruz se enfocará en “allegar fondos a la universidad”. Para ello, se enfocará en insistir en que se le dé un fondo mínimo de $800 millones a la UPR o que se restituya la fórmula que estaba establecida para allegar ingresos de ciertas contribuciones.

Entretanto, la funcionaria informó que encontró a la UPR en momentos en que está “enfrentando retos fiscales y estrechez económica”.

“Se sabe que hay unos déficits que tenemos que manejar y tenemos que trabajar... No podemos decir que estamos boyantes y con eso hay que trabajar”, añadió.

Los aumentos de la matrícula y cuota de los estudiantes continuarán, según reconoció la presidenta. Dijo que eso está fijado en el plan fiscal aprobado por la Junta de Supervisión Fiscal.

“Yo estoy en récord que siempre he estado en contra de los recortes, de que no eran manejables y que el plan fiscal, Promesa, la Junta de Supervisión Fiscal, nos sometió a unos recortes profundos y muy rápido”, recordó, al estipular que inició ya una ruta para ver qué puede lograr en su presidencia para mejorar el panorama fiscal de la institución.

De los fondos ya concedidos por la Legislatura o fondos federales no recurrentes que les han asignado durante la pandemia, Olavarría Cruz indicó que espera programar su uso para obra permanente y adquisición de equipo. Específicamente, dijo que buscará realizar una inversión “responsable y creativa” en “cosas que puedan permanecer”.

Comentó, además, que estará pendiente de que se encamine la acreditación del programa de Neurocirugía del Recinto de Ciencias Médicas y que los programas que estén en probatoria, como el de terapia ocupacional en varios recintos, no la pierda.

Por otro lado, Olavarría Cruz se acongojó cuando habló de sus inicios en la UPR. Indicó que es producto de la escuela pública y que estudió en el recinto de Río Piedras bajo “mucha estrechez económica”.

Contó que su papá laboraba en ornato del Departamento de Transportación y Obras Públicas y su mamá de cocinera en los comedores escolares, cuando partió a San Juan a estudiar terapia física aun cuando se sentía inclinada por la psicología. Relató que, gracias a su primer profesor de ciencias sociales, Carlos Sánchez, se encaminó a lo que siempre pensó era su pasión.

“Para mí la UPR, en términos personales, ha sido el motor, el lugar que me dio el espacio para crecer, para ver otro mundo”, expuso, antes de interrumpir sus expresiones emocionada por el relato que hacía.

Ahora que tiene la oportunidad de sentarse en la silla de la presidencia, dijo que espera ser recordada como “alguien que aceptó el reto en un momento difícil, por el bien de la Universidad, siguiendo la agenda de la Universidad y para proteger esta centenaria institución, que tiene vida propia en un sentido y necesitaba que alguien la fuera llevando al puerto seguro, porque ella de por sí, orgánicamente, vuelve y crece cada vez que tiene una situación difícil”.

“Valentía, compromiso, transparencia, ética y profesionalismo esa son mis palabras para definir lo que espero llevar a cabo en el tiempo que esté aquí, sea largo o sea corto”, concluyó Olavarría Cruz.