A menos de un día para el reinicio de clases presenciales en el País -tras una pausa de alrededor de un año por la pandemia del COVID-19-, todavía quedan lagunas en cuanto a cómo será el protocolo para el transporte escolar para los alumnos de Educación Especial.

Ante la incertidumbre que genera la ausencia de información, muchos padres, madres y tutores no están seguros de enviar a sus hijos de regreso a la escuela, pues son estudiantes que necesitan de una atención especial por sus respectivas condiciones que les hacen más vulnerables en medio de la emergencia de salud.

Para Darelis Alicea Figueroa, de 27 años, la situación es crítica pues no cuenta con el vehículo adecuado para llevar a su hijo Leandro desde el barrio Almácigo Bajo en Yauco hasta las instalaciones de StarBright Academy en Ponce, donde recibe el pan de la enseñanza.

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Aunque falta poco para volver a las aulas, Alicea Figueroa aseguró que el Departamento de Educación (DE) no le ha aprobado el transporte escolar, al igual que ocurrió cuando el niño empezó sus terapias en septiembre de 2019, pues, en ese momento, la agencia tardó siete meses en procesar su petición.

“Ahora que comienza otra vez presencial, estoy haciendo todos los ajustes para la transportación y lo que me dicen es ‘espera que te llamemos’ para que le aprueben la transportación y no voy a estar cinco meses para eso. Mi carro no está en condiciones para llevarlo todos los días, más tengo mi trabajo que no puedo llevarlo ni buscarlo”, reveló al señalar que la ruta entre su casa a la escuela es de aproximadamente 50 minutos.

“Estoy trabajando como T1 remoto, por computadora, y en la tarde estoy con mi hijo en clases y terapia, o sea que estoy conectada de 7:00 de la mañana a 4:00 de la tarde todos los días. Es bien sacrificado porque uno como madre es difícil atender el hijo de uno y trabajar a la vez. A lo que baja el contrato, asignen un chofer para la ruta, en lo que le hacen prueba de dopaje y lo vacunan, es un proceso largo”, lamentó.

Darelis Alicea Figueroa junto a su hijo Leandro
Darelis Alicea Figueroa junto a su hijo Leandro (Suministrada)

Explicó que su niño recibe servicios de educación en un colegio privado tras varias demandas al DE por maltrato institucional.

“Estaba en la escuela pública Arturo Lluberas y tuvo maltrato institucional, discrimen, no lo sacaban a las actividades de la escuela, yo era la T1 de él y vi que la maestra le dio en la mano cuando le derramó un café porque ella estaba con el celular. Me cambiaron porque me quejé, me sacaron de T1 de él y pusieron a otra persona con él y me llegaba con las marcas del T1 en las manos, a veces lo apretaban, traía guayazos en el cuello… yo preguntaba y ellos no sabían”, denunció.

Por su parte, la portavoz del Comité Timón de Padres de Estudiantes de Educación Especial, Carmen Warren, mencionó diversos factores que aún no están claros en cuanto al traslado en unidades sufragadas por el Estado, entre estas, la urgencia de vacunar a los choferes que representan el primer contacto que tienen los estudiantes antes de llegar al plantel escolar.

“El primer paso ante el proceso educativo de forma presencial es la transportación, porque la mayoría de nuestros estudiantes se transportan a través del transporte escolar. En el caso de los estudiantes que tienen condiciones muy significativas van en unas guaguas más pequeñas que los transportan desde el hogar hasta la escuela y esos estudiantes normalmente van también asistidos por un asistente de Educación Especial que los apoya en el proceso de la transportación”, explicó.

Según Warren, el DE estima la matrícula de Educación Especial en unos 103,233 alumnos que, en su mayoría, están en la corriente regular y menos del 10% presentan condiciones significativas que, en caso de contagio con el coronavirus, estarían en un riesgo mayor, pues algunos tienen impedimentos múltiples, otros están en silla de ruedas y hay estudiantes con traqueotomías y problemas respiratorios, entre otros.

“La secretaria designada (Elba Aponte Santos) dice que los grupos de prioridad que deben estar asistiendo en las escuelas estarán ubicados en salones contenidos, que son todos estudiantes de Educación Especial que normalmente tienen impedimentos significativos severos como autismo, impedimentos múltiples, condiciones de salud que son muy vulnerables”, detalló.

Asimismo, sostuvo que la inquietud de los padres es conocer detalles sobre el transportista que llevará a sus hijos de la casa a la escuela y viceversa.

“Eso no está claro, no ha sido divulgado, no ha sido explicado ni siquiera con el protocolo que ellos van a tener para ese transportista y con la familia. Que se nos explique cómo van a funcionar; por ejemplo, cuando ese estudiante llegue a la escuela y allí se le tome la temperatura y se encuentre que tiene fiebre o algún síntoma o contagio no solamente con COVID, sino catarro común que, no se supone que vaya a la escuela, o micoplasma que hay muchos estudiantes con esa condición que ni siquiera se les nota”, insistió.

“El transportista no está capacitado para esto, ni está orientado, ni le corresponde evaluar esto… ellos lo montan en la guagua escolar y cuando lleguen a la escuela, el transportista se tiene que ir porque debe buscar a otros estudiantes. ¿Cuál es el protocolo que tiene diseñado el DE? ¿Van a ir hasta las 11:00 de la mañana?, ¿Dónde van a estar esos transportistas?, ¿Se les van a hacer pruebas a ellos constantemente porque no los han vacunado?”, cuestionó.

“La incertidumbre que se crea por parte del DE que no tiene una exposición amplia, abierta, un protocolo que haya compartido con cada uno de los detalles provoca que muchos padres desconfíen y determinen que no van a llevar a sus hijos a las escuelas y mucho menos enviarlos en una transportación colectiva que lo menos que va a haber es distanciamiento ni medidas de higiene que se requieren en esta pandemia”, destacó.

No está segura de llevarlo a clases

Windy Ivette Calderón Grau, vecina del residencial San Fernando en San Juan, también mostró preocupación y no está segura de enviar a su hijo Natanael Andrés Aybar, a pesar de que el estudiante está deseoso de regresar a la escuela Luis Palés Matos en Puerto Nuevo.

“Solamente nos solicitaron que entremos a la plataforma para registrar a los estudiantes que iban a utilizar la transportación escolar.... como madre responsable tengo que asegurar el bienestar y la salud de mi hijo. Si yo no tengo información de exactamente cuál va a ser el protocolo en la transportación, si no tengo información de quién va a ser el transportista y de cuántos estudiantes van a estar acompañándolo en la guagua incluyendo a la asistente... Si yo no tengo esa información... de verdad no me siento segura y hasta que no aclare mis dudas no lo voy a enviar”, apuntó.

Igualmente, clamó “que nos informen a los padres para poder tener esa tranquilidad; que nos aseguren que los porteadores estén vacunados”.

Precisamente, la vacunación es un asunto que trajo Cristina Fuentes Mejía de Villa Palmeras en Santurce.

“Necesito que se le dé prioridad como agentes o personal de batalla como son los médicos, que a los transportistas

escolares los vacunen. Ellos son la primera línea de defensa cuando vienen y buscan a esos estudiantes a las casas...”, reclamó la madre de José

Ramón quien cursa el grado 12 en la Escuela Ramón Power y Giralt.

Aunque el plantel no está en el listado autorizado del DE en esta primera etapa de reapertura, el estudiante de duodécimo grado con diversidad intelectual está tomando clases presenciales debido a un dictamen judicial.

De otra parte, Diana García Hernández, recalcó que no enviará a sus hijos Luis y Dayaniris del Valle, de 13 y 15 años, respectivamente, por temor al contagio del coronavirus.

Señaló su inquietud con la transportación escolar pues no está clara en cómo se implementará el protocolo para evitar que se infecten. Su casa, manifestó, queda muy lejos de las escuelas Alfonso Díaz Lebrón e Isabel Flores en Juncos.

“Hoy (jueves) fue que la asistente del nene me dijo que las guaguas son seguras porque tienen unas cosas ahí, pero no estoy segura. Es bien difícil porque, ¿qué control va a haber en esos niños que se montan, si el chofer va a estar guiando y muchos nenes se montan al garete?”, cuestionó.