El Departamento de Salud de Puerto Rico agregará a su tablero de datos 478 muertes adicionales al registro de fallecimientos por COVID-19 reportados en la isla, esto tras una reevaluación de las defunciones ocurridas entre 2020 y agosto del 2023 utilizando las definiciones revisadas de muertes asociadas a la enfermedad por el Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales (CSTE) y el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS).

Primera Hora inquirió al Departamento de Salud el pasado fin de semana sobre los hallazgos de la investigación que realizaba la agencia respecto a los nuevos criterios a observarse en las muertes confirmadas o probables vinculadas a contagios de SARS-CoV-2, un proceso de evaluación que cambiaría drásticamente las estadísticas de muerte que se tienen hasta el momento.

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La Primera Oficial de Epidemiología de Salud, Melissa Marzán, explicó que el proceso de reevaluación utilizando la nueva guía establecida por el Sistema de Vigilancia de Muertes Asociadas a COVID-19 (SVMA) comenzó en marzo de 2023 y terminó en agosto de 2023.

El análisis conllevó la revisión de 623 muertes con posibilidad de estar asociadas a COVID-19. Estas muertes, subrayó Marzán, pasaron por un proceso de revisión, clasificación y reporte al Sistema de Vigilancia, según las definiciones establecidas por el CSTE.

“Luego de evaluados los casos, se adjudicaron a la Vigilancia de Fatalidades por COVID-19, 478 defunciones correspondientes a los años 2020 al 2023″, puntualizó la epidemióloga sobre las muertes que se verán reflejadas a partir de mañana en el dashboard o tablero de datos de coronavirus que publica diariamente la agencia.

La evaluación fue realizada por un consultor médico que revisó el expediente clínico de cada paciente y las clasificó según los criterios de diagnóstico de COVID-19, posible COVID-19 o los casos que han denominado como PASC que es el término utilizado para los pacientes que presentan secuelas agudas post COVID-19. Para los fallecidos que tenían una infección previa por SARS-CoV-2 y fueron diagnosticados con una condición post-COVID-19, se debe considerar la posibilidad de que la muerte se deba a complicaciones a largo plazo del coronavirus, incluso si la infección original ocurrió meses o años antes de la muerte.

Las fuentes de información que nutren el Sistema de Vigilancia son los datos que ofrecen los hospitales, obligados a reportar todo caso con diagnóstico, sospecha de COVID-19 o PASC como causa de muerte, y la información provista en los certificados de defunción que reporta el Registro Demográfico. Esta entidad agregó el PASC a los certificados de defunción en el 2023.

Con la conciliación de datos, las muertes por COVID-19 en Puerto Rico aumentarían hoy, 21 de septiembre, de 6,390 defunciones a 6,868.

De las 478 muertes adjudicadas hay cuatro correspondientes al 2020; 25 al 2021; 330 al 2022; y 119 al 2023. Con estos cambios las cifras de muertes anuales acumuladas desde que comenzó la pandemia se desglosan de la siguiente manera: 1,687 fallecimientos correspondientes al 2020; 1,666 al 2021; 2,586 al 2023 y 919 hasta el 27 de agosto de 2023.

Entre los hallazgos identificados en el proceso de revisión se destaca que el 40% se reportaron al Registro Demográfico, pero no al Sistema de Vigilancia de Muertes Asociadas.

Según Marzán las definiciones han evolucionado a medida que se ha conocido más sobre el virus y se tiene una mejor comprensión de la enfermedad. Además, han surgido cambios en las pruebas diagnósticas y se han adaptado las definiciones para considerar mejor las condiciones de salud preexistentes (cormobilidades).

“En la fase actual de la pandemia las autoridades de salud pública están monitoreando la incidencia (casos) de COVID-19 principalmente a través de informes de laboratorio y de atención médica, y no de la investigación de casos y el rastreo de contactos”, se detalle de otra parte en una declaración escrita de la agencia.

¿Cuáles son los criterios para muertes asociadas a COVID-19?

Se detalló que los criterios se basan en evidencia de laboratorio confirmatoria y si cumple al menos un criterio adicional de los siguientes: la investigación del caso estableció que COVID-19 fue la causa de la muerte o contribuyó a la muerte; o el certificado de defunción incluye COVID-19 o un término equivalente como una de las causas de muerte, independientemente del tiempo transcurrido desde la toma de muestras de la prueba de laboratorio confirmatoria utilizada; o la muerte ocurrió dentro de (e incluyendo) los 30 días posteriores a la toma de la muestra para la prueba delaboratorio de confirmación utilizada para definir el caso y se debió a causas naturales.

“Esta evaluación nos ha dado la oportunidad de evaluar los procesos de la vigilancia para identificar futuras acciones. Como, por ejemplo, reforzar a las instalaciones hospitalarias la necesidad imperante de reportar a la vigilancia los datos de mortalidad independientemente sean reportadas por los médicos al Registro Demográfico mediante el certificado de defunción”, puntualizó Marzán al mencionar que el reporte estará disponible https://www.salud.pr.gov bajo las secciones Informes Especiales y Guías y Protocolos.

Entre los cambios importantes entre las definiciones de CSTE se encuentra lo siguiente:

  • En el pasado, la definición de muerte por COVID-19 se basaba en criterios clínicos, pruebas de laboratorio, la identificación del enlace epidemiológico y los datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Vitales, que incluyen información del certificado de defunción.
  • Ahora esta definición incluye los siguientes elementos: la definición de caso COVID-19 (ICD-10: U07.1), pruebas de laboratorio, información de la Oficina de Estadísticas Vitales y, además, se consideran los fallecimientos en los que se han identificado secuelas post-agudas de COVID-19 (PASC) como causa de muerte subyacente o contribuyente. El PASC que es una condición médica que algunas personas experimentan después de haber tenido COVID-19 y que se caracteriza por la persistencia de síntomas o la aparición de nuevos síntomas que continúan durante semanas o meses después de que una persona se haya recuperado de la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2. La información sobre PASC en una muerte puede provenir tanto del certificado de defunción como de la investigación realizada en un caso de COVID-19.
  • Como resultado de esta modificación en la definición, ya no se utiliza la denominación “muertes por COVID-19″ para referirse a als muertes relacionadas con la enfermedad, sino que se emplea el término “muertes asociadas a COVID-19″.
  • La Organización Mundial de la Salud define Condición Post COVID-19 como una que usualmente se diagnostica tres meses después del inicio de la enfermedad por COVID-19, dura al menos dos meses y los síntomas no pueden ser explicados por otro diagnóstico. Los síntomas pueden ser diferentes a los experimentados durante un episodio de COVID-19 agudo o persistir desde la enfermedad inicial. Los síntomas también pueden cambiar o reaparecer con el tiempo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) utilizan el término general Condición Post COVID-19 para la amplia gama de consecuencias para la salud que pueden presentarse cuatro o más semanas después de la infección por COVID-19. Las condiciones serias post-COVID-19 documentadas incluyen complicaciones cardiovasculares, pulmonares, neurológicas, renales, endocrinas, hematológicas y gastrointestinales, así como la muerte.
  • De cara a futor Salud quiere enfatizar el refuerzo educativo a médicos sobre la certificación de muertes asociadas a COVID-19, incluyendo PASC, así como a las facilidades de salud para la notificación de muertes asociadas a la enfermedad al Sistema de Vigilancia.