Líderes de organizaciones que representan a gran parte de los empleados bajo la sombrilla del Departamento de Seguridad Pública alzaron sus voces para pedir la destitución del secretario de esta dependencia, Héctor Pesquera.

De paso,   hubo algunos como el presidente del Frente Unido de Policías Organizados (FUPO), Diego Figueroa, que cuestionaron la capacidad mental del máximo líder de las agencias de seguridad en el país.

“A la edad que él tiene, o está pasando por demencia senil o de alguna manera está afectado psicológicamente porque está mirando hacia el lado contrario a lo que mira el pueblo”, dijo Figueroa al instar al funcionario a visitar alguno de los siquiatras disponibles en la Uniformada.

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Abundó en su argumento diciendo que Pesquera sufre “el síndrome de quemazón” y adjudicó que su comportamiento pudiera ser consecuente del trabajo que ejerció como agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) “dentro de una unidad que tenía que ver con terroristas de Venezuela dentro de Estados Unidos y con grupos de insurgencia y otras cosas parecidas”.

Otros líderes de empleados de los negociados que componen al DSP, denunciaron la crisis de personal que se experimenta en varias agencias, entre estas en el Sistema de Llamadas de Emergencia 9-1-1 y en Emergencias Médicas.

“En cada uno de los negociados hay desbarajustes administrativos, carencia de recursos humanos y carencia de equipos para que cada uno pueda realizar una responsable labor de  seguridad. Y el denominador común en esta crisis tienen nombre y apellido: Héctor Pesquera”, dijo Ismael Rivera del Sindicato de Policías Puertorriqueños (SPP).

Mientras, Grisselle Natal, de Paramédicos Unidos de Puerto Rico (PUPR), denunció la inestabilidad de empleados que hay en la agencia donde después del huracán María -hasta la fecha- se han registrado más de 200 renuncias de paramédicos.

“Estamos faltos de personal y por eso a veces nos tardamos en atender una emergencia. Se supone que nosotros lleguemos en un periodo máximo de 15 minutos al lugar de la emergencia y eso, en este momento de crisis, se está extendiendo por más de 35 minutos”, expresó al alegar que la organización ha solicitado reuniones con Pesquera y las peticiones han caído en oídos sordos.

Por su parte, Luis Rivera, vicepresidente de la unidad que representa a los empleados del Sistema 9-1-1, alertó que la agencia ha sufrido una merma alarmante de telecomunicadores, lo que ha perjudicado las operaciones y el periodo de respuesta de las personas que se comunican pidiendo auxilio inmediato.

“Se supone que nosotros respondamos las llamadas en un periodo de 20 segundos y eso, en una hora pico, se está extendiendo por seis minutos como mínimo. Incluso, hay personas que llaman y tienen que enganchar. Y no es que no queramos responder, es que no damos abasto”, dijo al denunciar que en los pasados ocho meses la dependencia enfrentó 44 renuncias y para este mes de enero encarará otras cinco. Este panorama, insistió, surgió y ha ido “empeorando” desde que Pesquera está en su cargo como Secretario del DSP.