El secretario de Salud, Lorenzo González, instó a los trabajadores a que obliguen a sus patronos a que se les hagan las pruebas moleculares (PCR) de la COVID-19 antes de reinsertarse a sus labores luego de la cuarentena impuesta por orden ejecutiva de la gobernadora Wanda Vázquez Garced.

Aunque dijo estar a favor de la reapertura económica por fases, el secretario sustentó su argumento aludiendo a que la activación se llevará a cabo por subsectores que tienen bajo riesgo de contagios y cumpliendo tres factores claves de reinserción: garantía por parte de patronos para que haya distanciamiento físico entre empleados y clientes; que se les otorgue a todos los obreros Equipo de Protección Personal (EPP); y que se les hagan pruebas a todos los empleados antes de iniciarse en la propuesta.

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Esto último referente a las pruebas no es compatible con declaraciones realizadas a Primera Hora por el director del Task Force Económico, Emilio Colón Zavala, quien aclaró que la disposición de realizar análisis para fines diagnósticos a los empleados no es obligatoria a los patronos sino más bien “discrecional”. Los patronos sí deben cumplir con unas guías establecidas por PR-OSHA, las cuales están resumidas en 22 puntos expuestos en una autocertificación que cada dueño de negocio debe entregar al Departamento del Trabajo y Recursos Humanos. (DTRH). Pero ninguno de los renglones hace mención a las pruebas como afirma el secretario de Salud.

El funcionario se mostró asombrado cuando fue confrontado con la información por miembros de la prensa e insistió en que los tres factores que mencionó fueron la recomendación del Departamento de Salud para avalar la reapertura.

“Me lo llevo (la información provista por los periodistas) conmigo y para la mesa (de discusión), pero hablamos también de responsabilidad social”, respondió.

Se le ripostó al funcionario que si no hay elementos en base que obligue a los patronos a realizar las pruebas en sus plantillas, probablemente, algunos no las harán. Y en la autocertificación que deben entregar al DTRH tampoco hay forma de que demuestren que se hicieron los análisis.

Entonces, González aseguró que según información que le proveyó Manuel Laboy, secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comerci (DDEC), los patronos “no pueden penalizar a empleados que no quiera someterse al proceso (de regresar a trabajar) y los que no cumplan con la disposición de política de distanciamiento físico, de protección personal y la prueba”.

Entonces, ¿insta a los trabajadores a que obliguen a sus patronos (a que les hagan las pruebas)?, se le cuestionó al secretario de Salud.

“Claro, este es el momento… si tienes persona positiva (al coronavirus) y se inserta en el proceso laboral y tiene 50 personas alrededor, ¿dónde está la responsabilidad? (Estoy) 100% de acuerdo. Claro que sí, tiene que haber responsabilidad personal y patronal.

González lleva semanas insistiendo en que el pico de contagios en Puerto Rico se reflejaría la semana del 4 al 8 de mayo, precisamente, la fecha en que la gobernadora decidió flexibilizar las medidas de cuarentena abriendo las puertas a que varios comercios reinicien sus operaciones.

En esta primera etapa de reapertura paulatina que comenzó el lunes se incluyen a los negocios que son parte de la cadena de suministros o servicios esenciales, pero bajo estrictas medidas de seguridad. Pero también incluye otros que ofrecen servicios que atienden necesidades básicas como: reparación y piezas de vehículos, ferreterías, textiles, lavanderías, centros oficiales de inspección vehicular, entre otros. Estos tienen unos horarios fijos establecidos que, en su mayoría, fluctúan de lunes a viernes y con especificaciones que varían y deben ser revisadas en la orden ejecutiva.

Un segundo grupo comenzará a trabajar el 11 de mayo y en estos se agregan a obreros del sector de la construcción y del sector de la manufactura. Según los miembros del Comité Asesor Económico será en este grupo cuando se integren muchas personas a la fuerza laboral. Los cálculos aproximados es que sólo en el área de construcción se reflejaría una reinserción de 30,000 empleados.

Sobre el riesgo que eso podría suponer para un despunte en contagios de SARS-CoV-2 , Colón Zavala dijo recientemente a este diario que un cuestionario completado por 250 patronos que laboraron durante los días del 15 al 23 de abril -con una fuerza laboral de 63,000 personas- notificó unos 25 casos confirmados al COVID-19. A su juicio, esa cifra demuestra una contención de la enfermedad en los centros de trabajo.

Mientras, el secretario de Salud dijo que hay indicadores que la agencia observará “muy de cerca” y que hay que esperar dos semanas para ver si la reapertura económica tiene un impacto en las cifras de casos positivos de coronavirus.

“Si vemos un aumento de recursos médicos, como camas y ventiladores (en hospitales), tenemos que reconocer que hay algo que está ocurriendo en la periferia y habría que echar para atrás (la apertura económica)”, sostuvo.

“Hay indicadores que estamos mirando muy de cerca, como el uso de ventiladores. Tenemos que esperar dos semanas para ver el impacto numérico. Hay que verlo todos los días, pero hay indicadores más importante que otros, como los recuperados”, agregó.