El arquitecto y director de la Oficina Estatal de Conservación Histórica (OECH), Carlos Rubio Cancela, favorece cualquier plan que contribuya a preservar la zona histórica de San Juan para el disfrute de futuras generaciones como propone una iniciativa que eliminaría el flujo de vehículos de motor de algunas calles de la Ciudad Amurallada. Sobre la propuesta del legislador municipal Manuel Calderón Cerame levantó bandera al exhortar que se haga encontrando un “justo balance de convivencia social”.

“La idea debe surgir desde abajo, desde la gente... porque eso puede causar malestar y resistencia. Y es importante que todos entendamos que esto no se hace por moda, esto se hace porque hay una necesidad de proteger la ciudad y de fomentar la calidad de vida porque aquí también se habla de prevenir contaminación ambiental o por ruido”, destacó Rubio Cancela, quien también es residente de la zona colonial.

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De hecho, mencionó que hay calles cerradas en la ciudad amurallada, entre estas, la que queda al costado derecho del Departamento de Estado y la que ubica detrás del Teatro Tapia.

“Esas calles están cerradas y ha funcionado muy bien, particularmente la que está cerca del Teatro. Además, vemos cómo también ha funcionado en pueblos como Ponce, donde en el casco urbano se han cerrado calles que son completamente peatonales. Lo importante es no perder de perspectiva que aquí vive mucha gente, esta es una ciudad habitable”, agregó.

Opinó que cualquier plan que se vaya a llevar a cabo requiere una conversación franca entre líderes comunitarios y comerciales. “Hay que establecer ideas desde cero. No es venir a decir: ‘vamos a hacer esto y se acabó’. Así no va a funcionar. Las ideas deben salir de la comunidad, de todos, y siempre tomando en consideración que el Viejo San Juan es de todo Puerto Rico. La gente escucha En Mi Viejo San Juan y siente que es parte de la ciudad, así que nos toca protegerla”, puntualizó.

Mientras que el historiador José Marull del Río, especialista principal en Propiedad Histórica de la OECH, también valida el plan de que haya zonas peatonales en el Viejo San Juan considerando que la ciudad es un recurso único en términos de desarrollo histórico.

“Estamos muy conscientes de los problemas que estamos viviendo de continua erosión que se puede observar hasta en las calles y carreteras con un desnivel sorprendente... tienes un sistema de alcantarillas antiguo, española, que están teniendo problemas porque, además del fluir continuo de las aguas, tienen mucho tráfico. Estas son calles que estaban diseñadas, originalmente, para carretones, carretas, caballos... y estamos pidiéndoles mucho. Honestamente, uno se está preocupando con lo que está ocurriendo con este tráfico masivo”, señaló el historiador.

Coincidió en que cualquier gestión debe hacerse desde las comunidades y no por imposición. Además, avaló que las estrategias vayan acompañadas de un ángulo educativo en el que la ciudadanía comprenda el peligro que corren algunas estructuras históricas.

“No solo es plantearlo, hay que mostrarle a la gente cómo se está socavando y perdiendo un sistema que tiene un valor histórico... hay que dar educación y así la gente puede comprender que hay ciertas áreas a las que hay que darles un uso alterno, sin tráfico vehicular, para protegerlos. Y es importante comprender que si perdemos nuestras calles, lo que se construya después para reemplazarlo no será lo mismo porque se perderá esa conexión con ese pasado y ese material histórico”, expuso el autor del libro “Protegiendo la Capital: desarrollo histórico de las obras defensivas en Puerta de Tierra”.

En marzo de 2012, bajo la incumbencia del alcalde Santini, se otorgó un contrato para reemplazar los adoquines de la calle Fortaleza. En cambio, años más tarde pruebas de peritos demostraron que hubo efectos de diseño al no proveer desagües para disponer y sacar el agua de lluvia que penetra por las juntas de arena, no se exigió material geotextil y hubo ausencia de uso de mortero.

El 13 de enero de este año, el alcalde Miguel Romero anunció con beneplácito un proyecto de mejoras y revitalización a la infraestructura vial de la calle Fortaleza. En ese entonces, dijo que era “cuestión de días” para que comenzaran los trabajos a los que se otorgaron $3.9 millones del Programa de Revitalización de Ciudades de los fondos CDBG-DR. Pero al día de hoy, nada ha ocurrido y los transeúntes hacen malabares para no caerse en las calles deterioradas, mientras los carros se jamaquean con las hondonadas de los adoquines que ceden desde abajo y ponen en riesgo las bóvedas que mencionó Marull del Río.