Desde 1963, diversas administraciones municipales en la capital han intentado dar paso a un proyecto de conservación del patrimonio edificado en el Viejo San Juan impulsando zonas exclusivamente peatonales y limitando el flujo de vehículos en la Ciudad Amurallada, un tema que vuelve a resurgir casi seis décadas después con una propuesta del legislador municipal Manuel Calderón Cerame.

La idea de un San Juan Peatonal tomó relevancia hace unas semanas cuando el político radicó una resolución que busca dar luz verde a un estudio sobre la viabilidad de convertir el casco histórico como uno de tránsito peatonal.

¿Cómo compara el plan actual con los de hace 60 años? ¿Qué calles pudieran cerrar el paso a vehículos? ¿Cuál sería el impacto a la vida comercial, residencial y turística? Estas y otras interrogantes fueron analizadas a través de Primera Hora por voces expertas y vinculadas a la idea que ponen sobre el tintero los pros y contras de un proyecto que ha fracasado en innumerables ocasiones, pero que urge atender para garantizar la conservación del patrimonio.

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El Viejo San Juan -que alberga el Palacio de Santa Catalina, principal residencia y oficina de los gobernantes en turno- es una de las pocas ciudades antiguas en América donde el acceso vehicular es permanente y sin restricciones, lo que ha afectado con el pasar del tiempo el estado de las calles adoquinadas y las históricas bóvedas subterráneas que están a punto de colapsar. De hecho, el tránsito desmedido de carros por la zona ha echado a perder inversiones millonarias que se han realizado para remozar o mantener el área colonial como una segura para quienes la conviven.

Un plan de protección para, entre otras cosas, frenar el impacto del flujo vehicular en el sector fue presentado desde la década de 1960, según lo recuerda el arquitecto Juan Marqués y miembro de la Asociación de Vecinos del Viejo San Juan (AVISAJ), quien ayudó hace más de una década en la creación de unas estrategias para facilitar el tránsito y estacionamiento de autos de los residentes de la ciudad colonial.

La revista Entorno, en una publicación de 2013, hace mención de este hecho indicando que el primer intento de hacer zonas peatonales en el casco urbano fue a través del programa General Neighborhood Renewal Plan for Old San Juan and Puerta de Tierra (GNPR), propuesto en 1963-1964 por Peter W. Amato. Se explica que el propósito, entonces, era revitalizar sectores de Viejo San Juan, Puerta de Tierra y La Perla. En éste se quería desalojar a la gente para establecer un teatro. Según la publicación, el plan era que se desarrollaran las estrategias durante un periodo de 10 años y “su principal objetivo era corregir problemas de vivienda, la congestión de tránsito, las inadecuadas condiciones de comercio y el deterioro progresivo de todo el sector”.

El GNPR nunca fue implementado.

El legislador Calderón Cerame insiste en que el fin de su propuesta es proteger la variedad de edificaciones y estructuras con arquitectura colonial y fortificaciones construidas en el siglo XV, las cuales son de incalculable valor y hacen de la ciudad antigua una de patrimonio de toda la humanidad.

Manuel Calderón Cerame, legislador municipal de San Juan.
Manuel Calderón Cerame, legislador municipal de San Juan. (Alexis Cedeño)

Sin embargo, también reconoce que cualquier gestión que se impulse debe tener una visión integrada para ser discutida con residentes y comerciantes de la zona. Datos del censo 2020 indican que en el barrio San Juan Antiguo habitan unas 6,383 personas y hay un total de 4,329 unidades de casas. Sin embargo, su magia también incluye un grupo importante de comerciantes que ofrecen una variedad de servicios que van desde ofertas gastronómicas y tiendas hasta locales de diversión nocturna, los que resultan atractivos para los miles de turistas que lo visitan anualmente.

“Esta es una situación que necesita análisis... hay que escuchar los distintos puntos de vista para buscar un balance. Esta idea no es nueva, pero nunca se ha establecido un diálogo concreto y franco entre todos los sectores. Y ese análisis, esa reflexión, se tiene que dar no solo con residentes y comerciantes, sino también invitando a la discusión a historiadores, planificadores, arquitectos”, destaca el legislador del Partido Popular Democrático (PPD). “Ya la resolución se radicó, ahora la bola está en la cancha de la Legislatura Municipal que responde, claramente, al gobierno y administración de Miguel Romero”, agregó sobre el mandatario del Partido Nuevo Progresista (PNP).

Calderón Cerame ha sido enfático en que su idea es que se realice un estudio para conocer la viabilidad de restringir el flujo vehicular solo en algunas calles, por ejemplo, la Fortaleza y la San Francisco. El plan es crear unos circuitos por el que la gente pueda caminar libremente. “Es algo parecido a lo que se ve en otros lugares como Cartagena de Indias (Colombia), en el lado colonial de Santo Domingo (República Dominicana), en la ciudad Alexandria (estado de Virginia), en Sevilla (España), entre otros”, abundó quien propone que la Comisión de Urbanismo del municipio realice una investigación para auscultar la posibilidad de que en el Viejo San Juan se pueda implantar algo similar.

Acotó que el plan conllevaría inversión en vehículos, como “trolleys”, carros de golf o transportes eléctricos, que funcionen como machinas transportando visitantes desde los estacionamientos disponibles en la zona hasta diversos puntos del circuito peatonal. Además, indica que debe haber una reglamentación, por ejemplo, para establecer horarios de carga y descarga de camiones que tengan que llevar mercancía a los comercios. De hecho, esta es una acción que está vigente mediante ordenanza desde la administración de la alcaldesa Carmen Yulín Cruz Soto, precisamente, cuando AVISAJ presentó sus estrategias.

Janice Petrovich, quién vive hace años en el Viejo San Juan, también participó del plan estratégico y compartió con Primera Hora algunos documentos que presentan las propuestas de la comunidad. También hay planos con la condición actual de flujo vehicular en la isleta donde ella describe que se puede percibir “el tránsito indiscriminado por todos los sectores, creando nudos y congestión en zonas residenciales y comerciales”.

Pero la preocupación más grande entre los 125 vecinos que participaron en el desarrollo del plan que nunca se ejecutó es “el deterioro al patrimonio”.

Janice Petrovich, líder comunitaria.
Janice Petrovich, líder comunitaria. (Alexis Cedeño)

“Tienen que ver este proyecto como uno que busca conservar la zona histórica... el Viejo San Juan es de todos, y entre todos tenemos que salvarlo para que nos dure 500 años más”, dice la residente del Viejo San Juan al recordar que la Ciudad Antigua recién cumplió 500 años.

Petrovich y Marqués destacan que entre lo recomendado se impulsa la creación de corredores entre zonas del norte, central y sur de la isleta con acceso general a lugares de interés y principales estacionamientos que hay disponibles en el área. “Establece un punto de control en cada corredor para el acceso de vehículos autorizados... en esa área se podrían poner unos brazos electrónicos para poder mantener el orden”, destaca Petrovich al hacer hincapié en que es importante visualizar el plan recordando que se debe ampliar los espacios peatonales y garantizar a los transeúntes -incluidas las personas con impedimentos- espacios seguros. También es importante visualizar espacios de parking para residentes y relocalizar los estacionamientos disponibles para los empleados gubernamentales de las diversas dependencias que están localizadas en el antiguo barrio, entre estos el Departamento de Estado, el Departamento de Hacienda, el Instituto de Cultura, entre otros.

“No es un plan final ni definitivo, es más bien un paso en lo que a nuestro juicio es la dirección correcta. No hacer nada, mientras el Viejo San Juan languidece, no debe ser una opción”, dispone uno de los documentos.

Pero, como mencionan el legislador y los miembros de AVISAJ, este plan no surge de ahora. Son estrategias que, incluso, se llegaron a implementar en la década del 1980 por los alcaldes novoprogresistas Hernán Padilla y Baltasar Corrada del Río. Mientras, hubo intentos posteriores cuando el alcalde Jorge Santini ambicionó en el 2010 el desarrollo de “San Juan Walkable City”, un plan que costaría $1,500 millones y que transformaría la isleta de San Juan y toda la costa a su alrededor en un área arquitectónicamente y estructuralmente planificada para caminarla, libre de vehículos, con sólo un tren urbano liviano como espina dorsal y hasta “taxis marítimos” para llegar a los sitios. Sin embargo, el proyecto se desmoronó.

Entre tanto, para las incumbencias de Padilla y Corrada del Río se confeccionaron estudios para mejorar las condiciones de la ciudad, dando particular atención a los controles de tráfico. Se hablaba entonces de mejorar, ampliar o construir más estacionamientos. De hecho, así surgieron las construcciones de algunos espacios de parqueo que hoy ubican en la zona sur del casco urbano. Ambos jefes de ayuntamiento, implementaron una estrategia parecida a la que se discute en el 2022, pues en aquel periodo se delinearon como zonas peatonales las calles Fortaleza y San Francisco. Sin embargo, después de casi dos años, y tras protestas de algunos comerciantes que llevaron sus reclamos hasta los tribunales, el plan de “San Juan Peatonal” fracasó.

La arquitecta Gloria Milagros Ortiz lo recuerda a la perfección pues dirigió el programa “San Juan Peatonal” bajo el mandato del alcalde Padilla.

“Recuerdo que lo que se hacía es que se cerraban la calle Fortaleza y la calle San Francisco durante los fines de semana, de viernes a domingo. Entonces, los negocios sacaban mesas y sillas... se coordinaban actividades culturales que variaban de fin de semana en fin de semana. Recuerdo muy bien que nos reuníamos semanalmente para la logística que también incluía traer a las personas desde los estacionamientos en unos carritos que se buscaron”, rememoró la arquitecta.

Dijo que como parte de la logística se permitía el tránsito en las calles transversales, pero solo para residentes. La coordinación con la policía era esencial, así como la comunicación con un miembro de la comunidad y otro de los residentes.

“La clave era involucrarlos a todos y aclarar dudas”, puntualizó al hacer hincapié en que siempre se garantizó estacionamiento y entrada a los residentes.

Igual que ocurre ahora, también se estableció un horario de carga y descarga para llevar suministros a los comercios.

Ortiz defiende que la propuesta de hacer un “San Juan Peatonal” resurja, al tiempo que adjudicó el fracaso de las estrategias de antaño a los cambios de administraciones en la capital.

Actualmente, el municipio auspicia la iniciativa gastronómica “San Juan Al Aire Libre”, donde se cierra el tránsito vehicular -durante un horario restringido- en algunas calles y se convierten en un paseo peatonal. En cambio, no es una estrategia fija, sino ocasional.

Cabe destacar que durante una semana se intentó comunicación con el alcalde Romero para conocer su sentir sobre la propuesta de crear zonas peatonales en la ciudad amurallada y para que explique por qué no han comenzado los procesos de remozamiento de adoquines y revitalización del casco urbano. El alcalde nunca respondió a las constantes peticiones de este diario.

Ante el escenario planteado, el comerciante Ricardo de Obadía, chef corporativo de Choco Bar, está inclinado a favorecer que se limiten a peatones algunas zonas de la Ciudad Amurallada.

“Me parece positivo que se pueda iniciar una conversación respecto a esta situación que puede servir para modernizar un poco la zona y, a la vez, aprovecharla para crear espacios verdes que tanta falta hacen dentro de la ciudad”, expresó.

El chef Ricardo de Obadía, del ChocoBar de Chocolate Cortés.
El chef Ricardo de Obadía, del ChocoBar de Chocolate Cortés. (Alexis Cedeño)

Sin embargo, enfatizó en la importancia de que se coordine un efectivo método de transporte en el que se garantice a los visitantes la llegada a las zonas que serían exclusivas para transeúntes. De hecho, explicó que durante un tiempo el restaurante tenía un carrito de golf que buscaba a los visitantes y los llevaba hasta el local.

Actualmente, hay varios comercios que continúan con la práctica y la Corporación para el Desarrollo Empresarial y Cultural de la Isleta de San Juan (CODEVISA) también propulsan servicio de transporte gratuito a través de unas guaguas que transitan desde el casco del Viejo San Juan hasta la zona de El Escambrón. Anteriormente, CODEVISA tuvo a su cargo el manejo de rutas similares usando los “trolleys” del Municipio de San Juan.