Río de Janeiro. Aproximadamente 2,500 policías y soldados brasileños realizaron el martes una redada contra una banda de narcotraficantes en Río de Janeiro y arrestaron a 81 presuntos delincuentes, lo que provocó tiroteos que dejaron al menos 60 sospechosos muertos, dijeron las autoridades.

En la operación participaron agentes en helicópteros y vehículos blindados, y tuvo como objetivo la pandilla Comando Vermelho en las extensas favelas de Complexo de Alemao y Penha, dijo la policía.

Claudio Castro, el gobernador del estado de Río, indicó en un video publicado en X que 60 presuntos criminales fueron “neutralizados” y otros 81 fueron arrestados, y que se incautaron 75 rifles durante la redada que calificó como la operación más grande en la historia de la ciudad. También se incautó una gran cantidad de drogas, agregó el gobierno estatal.

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Un periodista de The Associated Press también vio los cuerpos de al menos dos policías entre los 10 cadáveres que fueron llevados al hospital Getulio Vargas en Penha. La policía no ha confirmado hasta el momento las muertes de los agentes.

Un número desconocido de personas también resultaron heridas.

Imágenes en las redes sociales mostraron fuego y humo elevándose desde las dos favelas mientras se escuchaban disparos. El Departamento de Educación de la ciudad dijo que 46 escuelas en los dos vecindarios fueron cerradas, y la cercana Universidad Federal de Río de Janeiro canceló las clases nocturnas y pidió a las personas en el campus que buscaran refugio.

Presuntos miembros de la banda bloquearon caminos en el norte y sureste de Río en respuesta a la redada, informaron medios locales. Al menos 50 autobuses fueron tomados y utilizados en los bloqueos, dijo la organización de autobuses de la ciudad, Rio Onibus.

La operación del martes se dio tras un año de investigación sobre el grupo criminal, afirmó la policía.

Castro, de extracción conservadora, dijo que el gobierno federal debería estar proporcionando más apoyo para combatir el crimen, una crítica a la administración del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

Gleisi Hoffmann, la enlace de la administración de Lula con el parlamento, estuvo de acuerdo en que se necesitaba una acción coordinada, pero señaló una reciente batida contra el lavado de dinero como un ejemplo de la acción del gobierno federal contra el crimen organizado.

Surgida de las prisiones de Río, la banda criminal Comando Vermelho ha expandido su control en las favelas en los últimos años.

Río ha sido escenario de redadas policiales letales durante décadas. En marzo de 2005, unas 29 personas murieron en una en la región de Baixada Fluminense de Río, mientras que, en mayo de 2021, 28 personas murieron en la favela de Jacarezinho.

Aunque la operación policial del martes fue similar a las anteriores, su escala fue sin precedentes, señaló Luis Flavio Sapori, sociólogo y experto en seguridad pública de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais.

“Lo que es diferente en la operación de hoy es la magnitud de las víctimas. Estos son números de guerra”, comentó.

Argumentó que este tipo de operaciones son ineficaces porque no suelen capturar a los cabecillas, sino que se enfocan en subordinados que luego pueden ser reemplazados.

“No basta con entrar, intercambiar disparos y salir. Falta estrategia en la política de seguridad pública de Río de Janeiro”, expresó Sapori. “Algunos miembros de bajo rango de estas facciones son eliminados, pero esos individuos son reemplazados rápidamente con otros”.