La historia de Griselda Blanco, calificada como una de las más despiadadas narcotraficantes de Colombia, cobró de nuevo relevancia al retratarse en la miniserie de Netflix que protagoniza Sofía Vergara.

El interés sobre la caída de la apodada como La madrina ha sido tal que la producción acumuló más de 20 millones de reproducciones en la plataforma de streaming, ocupando el primer puesto de audiencia en 89 países, según datos de Netflix. Incluso, el nombre de la narco ha estado entre los más buscados de Google.

Como reseña un informe de la lucha contra las drogas del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Griselda Blanco fue la “cabeza de una numerosa y violenta organización en Miami” que se dedicó a distribuir toneladas de cocaína.

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Aunque se le acusó de ordenar decenas de asesinatos, la justicia estadounidense solo logró vincularla con los crímenes de tres personas, entre ellos, paradójicamente, el hijo de Chucho Castro, uno de los sicarios que trabajó para ella.

Blanco estaba en la mira de Estados Unidos desde 1975, pero solo hasta 1985 fue capturada y llevada a juicio. La condenaron por el delito de fabricar, importar y distribuir cocaína, y además, aceptó la responsabilidad de los tres cargos de asesinato. Recibió una condena de tres penas simultáneas por 20 años.

¿Cómo se ve la tumba de Griselda Blanco?

La también llamada Viuda negra salió de la cárcel en 2004 y fue deportada a Colombia. Pasó desapercibida casi una década en Medellín, al lado de algunos de sus familiares y su hijo Michael Corleone, al que bautizó en “honor” a la película El Padrino. Sus demás hijos murieron.

Blanco fue asesinada por sicarios el 3 de septiembre de 2012. Había ingresado a una carnicería para hacer un par de compras cuando hombres en motocicleta, siguiendo las modalidades que la misma narco había empleado en Estados Unidos, le dispararon y huyeron.

La enterraron en el cementerio Jardines de Montesacro, en Medellín, con un ataúd dorado con placas metálicas, como en su momento reveló la Unidad Investigativa de El Tiempo.

Algunos curiosos han visitado la tumba que permanece discreta y cubierta de pasto, pero en la que se leen dos nombres: Griselda Blanco de Trujillo y Luis Fernando Restrepo, este último del que no se tiene mayor información, pero se presume que sería algún familiar.

A escasos pasos de allí, en el mismo cementerio, con una lápida negra y más “decorada” yace Pablo Escobar, el otro narco que sembró terror en Colombia.

¿De cuánto era la fortuna de Griselda Blanco?

Según estimaciones del portal Celebrity Net Worth, Blanco estuvo dentro de las criminales más adineradas, al acumular dos mil millones de dólares, menos que Escobar, quien alcanzó 30 mil millones de dólares.

No obstante, estimaciones de la DEA calculan su fortuna en 500 millones de dólares, dinero con el que compró lujosas casas en Medellín, lotes y otros bienes.