Italia amaneció como “zona roja” luego de que se diagnosticaran más casos de coronavirus. Para la puertorriqueña Yary Morales, quien está radicada junto con su esposo e hijas en Gaeta, la situación no es fácil pues a pesar de las restricciones, muchos italianos lo toman a la ligera .

“Hay restricciones, hay leyes, pero como todo no son respetadas. No podemos salir, solo si es a hacer las compras con todas las precauciones. Aqui el país lo toma a la ligera. Piensan que es una influenza común, que afecta solo a ancianos, y no piensan en el peligro por este contagio”, asegura Morales, quien es natural del barrio Montebello de Manatí.

Relacionadas

En su caso, ha hecho los ajustes en casa, como tener compra por un mes. “Algunas cosas no se consiguen, como la comida enlatada, pero se hace lo que se puede”, dice.

Sus tres niñas no tienen clases y se mantienen al día estudiando por Internet. Pero a pesar de que el país está en cuarentena, Yary debe ir a su trabajo en una tienda.

Algunas cosas no se consiguen, como la comida enlatada, pero se hace lo que se puede"

-Yary Morales

“Los comercios siguen abiertos. Me preocupa no saber a quién te encuentras (en la calle), a quiénes tienes de frente. Tienes que regresar a la casa a tomar todas la medidas. Es un poco complicado y duros porque estamos cada 15 minutos desinfectando la casa, todo, incluso los zapatos… La mayor parte del pueblo no crea mucha conciencia. Yo puedo tenerla pero cuando salgo a la calle muchas personas no la tienen. ¿A dónde vamos a parar?”, acota.

“Manténganos en sus oraciones y que Dios nos cuide y nos proteja porque solamente a Dios tenemos que agarrarnos en estos momentos”, finaliza.

“Alertas pero no ansiosos”

Como Yary Morales, Aurora Margarita Méndez ha tenido que hacer los ajustes en casa para evitar la propagación del Covid-19. Al igual que otros italianos, permanece en su casa a las afueras de Nápoles.

Su pequeña Esther, de 5 años, no va a clases mientras su esposo asiste al trabajo pues no puede hacerlo desde la casa.

Sin embargo, en esta zona de Italia el Gobierno ha sido más estricto y ha establecido una nueva directriz: las autoridades pueden detener a cualquier persona que se encuentre en la calle sin justificación.

Las compras puede hacerla un miembro de la familia, los restaurantes y bares están cerrados la mayor parte del tiempo, y las actividades artísticas y deportivas están canceladas hasta nuevo aviso. En los centros comerciales se hace fila y las personas entran de dos en dos.

“Ha habido un poco de pánico porque los productos se han acabado, pero el Gobierno, a través de las noticias, ha dicho que no se deben preocupar, estar alertas pero no ansiosos”, explica Aurora quien antes de establecerse en Italia vivía en Canóvanas. “He tenido momentos en que me he preocupado, pero tengo mucha fe en el Señor. Estoy haciendo lo que pueda, respetando las reglas de permanecer en casa para combatir la propagación de este virus”.

“Sigan orando por nosotros y por el mundo entero. Si respetamos las reglas creo que se puede detener este virus. Ánimo a todos”, pide.