Estigmatizados históricamente por supersticiones que los asocian con la mala suerte o con prácticas vinculadas a lo oculto, los gatos negros han encontrado un inesperado resguardo en Terrassa, una ciudad española cercana a Barcelona.

Las autoridades locales han decidido suspender temporalmente las adopciones y acogidas de estos felinos entre el 1 de octubre y el 10 de noviembre, con el objetivo de prevenir posibles “ritos” o actos irresponsables durante el periodo de Halloween. La medida fue anunciada el 6 de octubre por el Servicio de Bienestar Animal del municipio.

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Medida preventiva ante posibles abusos

El comunicado oficial especifica que “cualquier solicitud de adopción o acogida de estos felinos será denegada entre el 1 de octubre y el 10 de noviembre para evitar ‘situaciones de riesgo (...) derivadas de supersticiones, ritos o usos irresponsables’”.

El Servicio de Bienestar Animal de Terrassa subrayó que la decisión se adopta “con motivo de la llegada del periodo de Halloween”, una fecha en la que tradicionalmente aumentan los temores sobre posibles maltratos o rituales en los que podrían verse implicados gatos negros.

Asimismo, el mismo organismo aclaró que “esta medida tiene carácter estrictamente preventivo y temporal y no implica ninguna discriminación en relación con el color o las características de los animales”. De esta forma, el ayuntamiento busca resguardar la integridad de los gatos sin fomentar prejuicios asociados a su color.

Terrassa protege a sus gatos

El concejal de Bienestar Animal, Noel Duque, justificó la decisión asegurando que el consistorio “no podía mirar hacia otro lado” ante un “tema tan tétrico”.

En declaraciones recogidas por el “Diari de Terrassa”, Duque reiteró la necesidad de actuar con prudencia para evitar que los gatos negros se conviertan en víctimas de supersticiones. El propio edil mantiene una fotografía junto a un gato en su perfil de Facebook, símbolo del compromiso personal con la protección animal.

Las autoridades locales estiman que en Terrassa habitan aproximadamente 9,800 gatos, cifra que refleja la importancia de la población felina en la ciudad y la magnitud de la responsabilidad municipal en materia de bienestar animal. Con esta acción, el ayuntamiento pretende prevenir riesgos y sensibilizar a la ciudadanía sobre el respeto hacia todos los animales, independientemente de su apariencia.