Hombre tendrá que pagar la manutención de sus dos gatos durante los próximos 10 años tras divorciarse de su pareja
El Juzgado de Familia de Estambul, Turquía, estableció una cuota para el cuidado de las mascotas.

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Hace algunos días, el Juzgado de Familia de Estambul, Turquía, le concedió a un hombre, identificado como Bruğra, la solicitud que presentó para disolver su unión con Ezgi, con quien se casó dos años atrás.
En el acuerdo, el ciudadano indicó que la decisión había sido tomada por ambas partes, argumentando que el compromiso no prosperó por una “grave incompatibilidad y una ruptura de los cimientos del matrimonio”.
Sin embargo, más allá de ser una disputa legal, el documento llamó la atención de los funcionarios, debido a que el hombre propuso pagarle una compensación económica a la mujer de 550 mil liras turcas (más de $13,120).
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Aunque esta cláusula resultó ser bastante llamativa para el juez, había una condición en la solicitud de divorcio que terminó por captar su atención. De acuerdo con lo señalado por Bruğra, durante los próximos 10 años, se encargará de mantener a sus dos gatos.
En ese sentido, el tribunal le ordenó pagar una pensión alimentaria de 10 mil liras mensuales (alrededor de $230), con el objetivo de que su exesposa pueda sufragar los gastos del cuidado de las mascotas.
Además, el Juzgado de Familia de Estambul advirtió que la cantidad será actualizada anualmente conforme al Índice de Precios al Consumidor (IPC) y al Índice de Eficiencia Económica (EFE).
Ley de Protección Animal
La Ley 5199 de 2004, conocida también como Ley de Protección Animal, estableció las bases para el cuidado y protección de los animales en el territorio turco, por lo que calificaba la crueldad hacia los animales como un delito menor que podía generar multas.
A pesar de ello, esta norma sufrió una reforma en el año 2021 con la finalidad de responder a las propuestas más actuales. En la nueva emisión, las autoridades competentes concluyeron que las mascotas eran seres sintientes y no una propiedad.
Sumado a esto, se promovió el uso obligatorio de microchips, las sanciones por abandono y la cría comercial sin registro, así como las medidas necesarias para que los centros de bienestar brinden apoyo en los refugios.
Si bien esta ley se sigue modificando con el paso del tiempo, el caso de divorcio entre Bruğra y Ezgi también sentó un precedente en Turquía, debido a que se tuvieron en cuenta los derechos de los gatos para tomar una decisión.

