Copenhague. Islandia celebra este sábado elecciones presidenciales en las que el actual jefe de Estado, Guðni Th. Jóhannesson, es favorito claro a revalidar el cargo, con un 93 por ciento de intención de voto en los sondeos frente a su único oponente, Guðmundur Franklín Jónsson, lo que convierte las elecciones en un trámite.

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Jónsson fue el único de los cinco aspirantes que logró las firmas necesarias para poder presentar su candidatura, en la que será la primera vez en las más de siete décadas de independencia de Islandia en que un presidente en ejercicio tiene que afrontar unas elecciones para conservar el cargo.

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Este hombre de negocios de 56 años, cuatro más que el actual presidente, y con licencia de agente de bolsa en Estados Unidos, buscó un primer salto a la política en 2010 con un partido conservador de corte ecologista pero no entró ni en el Parlamento.

Tras otro intento fracasado de llegar a diputado por el conservador Partido de la Independencia y de amagar con presentarse en las anteriores presidenciales, Jónsson prueba ahora de nuevo tratando de remontar unas encuestas muy adversas con una campaña agresiva, pero aparentemente sin éxito.

El aspirante ha insinuado que los sondeos son parte de una conspiración para que siga en el poder Jóhannesson, al que identifica con la élite islandesa partidaria del ingreso en la Unión Europea (UE), un tema espinoso en este país nórdico.

Salvo en los meses posteriores a la crisis de 2008, los partidarios del "no" a la UE han sido siempre mayoría en Islandia, y los planes del Gobierno rojiverde (2009-2013) para entrar en la Unión acabaron con una retirada de la solicitud de ingreso en 2015.

La reciente aprobación por el Parlamento islandés del tercer tramo de la política energética de la UE (Islandia es miembro del Espacio Económico Europeo) le ha servido como excusa a Jónsson para atacar al presidente por no haber bloqueado la decisión y convocado un referéndum.

Guðni Th. Jóhannesson se ha mostrado partidario no obstante de incluir en la Constitución una disposición para facilitar que un porcentaje determinado de electores puedan reclamar consultas populares sobre las leyes aprobadas en el Parlamento.

UNAS ELECCIONES MARCADAS POR EL CORONAVIRUS

Gracias a su estrategia de test masivos, rastreo y aislamiento, Islandia ha sido uno de los países que mejor ha controlado el coronavirus: apenas se han registrado casos nuevos en las últimas semanas, no hay pacientes ingresados y solo ha habido diez muertos, el último hace dos meses.

Esa buena situación ha facilitado una apertura progresiva de la vida pública y que el país permita desde mediados de mes la llegada de viajeros de todos los países del área Schengen y de Reino Unido, aunque es obligatorio hacerse un test o pasar cuarentena de 14 días.

El coronavirus tendrá influencia directa en el desarrollo de las elecciones: en los colegios electorales, que permanecerán abiertos hasta las 22.00 GMT, deberá mantenerse una distancia de dos metros y habrá disponibles guantes y desinfectante para los votantes.